La crisis económica está abriendo nuevas vías de entender la economía. Esta puede ser una buena razón para entender que las empresas pertenecientes a la conocida como economía social se estén haciendo fuertes, tanto en nuestro país como en el resto del mundo.
Hasta cuatro cooperativas españolas han conseguido liderar, durante 2012, sus respectivos sectores a nivel internacional y otras dos lo han hecho a nivel europeo. Esto es, al menos, lo que se desprende del informe publicado por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (Cepes).
La organización, que agrupa a las principales cooperativas de España, ha elaborado este informe para dar visibilidad a este modelo de empresa, que parece estar ganando adeptos, al menos a juzgar por los resultados: 145.299 millones de euros de facturación entre las 42.684 compañías que conforman la Cepes, dando trabajo a más de 2.560.000 personas.
Según los mismos datos proporcionados por la Confederación, desde que comenzó la crisis económica, hace cinco años, se han creado hasta 20.000 empresas con estas señas de identidad. De hecho, solo en 2012 iniciaron su andadura 2.000 de estas compañías, sobretodo cooperativas y sociedades laborales, y, en el sector, se han creado cerca de 16.000 nuevos empleos. Todo ello supone que su participación en el Producto Interior Bruto español llegó, el pasado año, a ser del 10%.
¿Qué es la economía social?Según la legislación que regula este tipo de empresas, se entiende a la economía social como el conjunto de actividades económicas y empresariales que, siempre desde el ámbito privado, se llevan a cabo por entidades que buscan tener como finalidad la prevalencia del interés general, ya sea económico o social, o ambos, frente al interés particular.
Son compañías en las que, al menos a priori, tienen prioridad las personas frente al capital, algo que se concreta con que haya una gestión democrática y participativa con los socios de la cooperativa, además de transparente. Por supuesto, los beneficios se reparten en función del trabajo aportado o servicios realizados por los miembros de la sociedad.
A este tipo de agrupaciones, por su principal carácter privado, se les presupone independencia con respecto a los poderes públicos. Pero, sin embargo, también tienden a preocuparse por el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, crear empleo estable o, como es el caso de las fundaciones u otras formas de entidades pertenecientes a este sector, pueden ayudar a las personas en riesgo de exclusión social a superar su difícil situación.
Entre los tipos de sociedades que podemos encontrar dentro de la Cepes están las cooperativas, que son las más abundantes y, también, las más importantes por haber conseguido llegar más alto económicamente hablando; las sociedades laborales, un espécimen parecido al anterior en el que el capital social pertenece mayoritariamente a los trabajadores; las mutualidades, que son sociedades sin ánimo de lucro; los centros especiales de empleo, que basan su plantilla en personas con discapacidad; las empresas de inserción, cuya misión es posibilitar el acceso al empleo a los colectivos más desfavorecidos; las cofradías de pescadores, las asociaciones, y las fundaciones.
Líderes mundialesAlgunas de las empresas españolas pertenecientes a la economía social están consiguiendo formarse un nombre propio a nivel internacional. Según los datos proporcionados por la Cepes, hasta cuatro de las sociedades que la conforman han conseguido liderar sus respectivos sectores durante el año 2012.
Uno de los grupos es Hojiblanca, que es el mayor productor mundial de aceite de oliva virgen y aceitunas de mesa. Esta unión de cooperativas liderada por José Moreno ha conseguido liderar estos sectores en todo el mundo con una facturación total de 389,07 millones de euros y dando trabajo a 228 personas. Después está el grupo Anecoop, que es líder a nivel mundial en la comercialización de cítricos y facturó el pasado año 508,40 millones de euros, con lo que hasta 202 personas pudieron ser empleadas por estas cooperativas.
Además, también sobresalen mundialmente otras dos empresas españolas, vascas para más señas, que a su vez pertenecen al gigante grupo Mondragón. Por un lado, Copreci es líder mundial en la fabricación de componentes de regulación de gas para electrodomésticos; mientras que Orkli sobresale ante todos sus competidores en los sistemas de seguridad termoeléctricos.
En el terreno europeo, este tipo de sociedades también han repuntado y están superando a la competencia. Es el caso de Orona, que también está asociada al grupo Mondragón y que se ha convertido en el mayor productor de ascensores completos de todo el Viejo Continente. La cooperativa que se centra en el diseño, fabricación, instalación, mantenimiento y modernización de ascensores ha conseguido que uno de cada 10 montacargas nuevos en Europa haya sido fabricado por ellos.
Por su parte, quien es cabecilla de nuestro continente en dar soluciones para que todo el mundo pueda acceder a las teconologías de la información y la comunicación es Technosite, una compañía que pertenece a la ONCE. Además, Anecoop, que antes la veíamos como líder mundial en uno de sus sectores comerciales, también aparece en el terreno continental como máximo comerciante de sandías y caquis de Europa.
También en EspañaY, por supuesto, si las empresas de la economía social de origen patrio se están comiendo el mundo literalmente, no podían ser menos dentro de nuestras fronteras. La Corporación Mondragón también está bien representada en el territorio nacional con sociedades como Danoba Group, que es una cooperativa fabricante de maquinaria y herramientas, y los conocidísimos Fagor, que son primeros en España en fabricación de ollas, y quintos de Europa en cuanto a la creación de electrodomésticos en general.
Pero el éxito de estas empresas dentro del terreno nacional no acaba ahí. Por ejemplo, en la alimentación, hay dos grandes representantes: por un lado están la red de supermercados Consum, que es la cooperativa con mayor número de socios consumidores de nuestro país, líder en responsabilidad social y la segunda empresa que más factura de la Comunidad Valenciana. Además, no podemos olvidarnos en este apartado de las cofradías de pescadores, tan en la picota durante el último mes. La líder en ventas, facturación, número de afiliados y embarcaciones es la cofradía de Santa Pola.
Además, este tipo de sociedades sociales destacan en otros muchos ámbitos. Como Enercoop, que es la cooperativa energética más importante de España; Gredos San Diego, que es la mayor cooperativa de enseñanza y líder en la Comunidad de Madrid; Flisa, que es líder en cuanto a lavandería industrial con una plantilla de más de 3.200 personas formada, en un 87 por ciento, por personas con discapacidad; o la Mutual Médica, que es una entidad de previsión social que ya tiene casi un siglo de edad al haber nacido en 1920. También hay que recordar que el sector bancario tiene su propio socio en la Cepes, como es Cajamar, que es la primera cooperativa de crédito del país.
Sin embargo, pese a todos estos éxitos, no son todo luces en las empresas de la economía social. También hay sombras. Frente a los grandes datos que nos ofrece la Cepes también son numerosos los casos en los que algunas de las empresas más importantes pertenecientes a la catalogada como economía social han visto cómo los objetivos económicos no se cumplían y había que actuar en consecuencia.
Es el caso de una de las joyas de la corona de este tipo de empresas. En el seno del exitoso grupo Mondragón, que es el primer holding empresarial del País Vasco y séptimo de toda España, la cadena de hipermercados Eroski, que le pertenece, presentó el pasado mayo un resultado nada halagüeño al cerrar su año fiscal: 121 millones de euros en pérdidas, lo que supuso triplicar sus números rojos con respecto al curso anterior.
Esto, junto con las pérdidas acumuladas desde 2008 de 386 millones, hizo que este mismo mes la empresa tuviera que pedir a sus trabajadores bajarse el sueldo hasta un 10 por ciento. Siempre alegando que “si cuando hay beneficios se reparte el excedente, cuando las cosas van mal todos decidimos de forma voluntaria ajustarnos a la situación. Es algo inherente a nuestro modelo de negocio”, según dijeron fuentes de la compañía.
Además, otro escándalo, mucho mayor, azotó hace unos meses al gigante Mondragón. Pese a que la economía social busca el interés general frente al empresarial, tanto Eroski como Fagor vendieron un tipo de inversión llamado aportaciones financieras subsidiarias que, como las tan conocidas preferentes, son productos a perpetuidad. Estas aportaciones habrían conseguido enganchar a 40.000 personas. Aquí no prevaleció el interés general.
Fuente: intereconomia.com
