Jeff Bezos es un genio, y eso le da un toque de locura. Logró transformar un portal que se dedicaba a vender libros de texto en un hipermercado en el que se encuentra de todo, hasta comida. Y con su idea de tienda online revolucionó también la logística para la distribución de los productos que compra el cliente.
La mayor parte de los envíos de Amazon se hacen por tierra, con camiones y camionetas. Pero eso podría cambiar en el giro de cinco años, si sale adelante su última gran ambición: realizar pequeños envíos a domicilio con drones.
Bezos, consejero delegado y fundador de Amazon, presentó los artilugios en el programa 60 Minutes de la cadena norteamericana CBS.Su laboratorio trabaja en aparatos no tripulados de ocho hélices que podrían llevar el producto desde los centros de distribución hasta la puerta de casa en media hora. Tienen autonomía para un radio de 16 kilómetros y pueden transportar unos 2,5 kilogramos. Pero para que este nuevo proyecto de Bezos se haga realidad debe contar antes con el visto bueno del regulador de la seguridad en el espacio aéreo. Además, debe afinar la tecnología para que el sistema Amazon PrimerAir sea efectivo y eficiente.
Bezos cree que estos robots volantes podrían empezar a surcar los cielos en EE UU en cuatro o cinco años. Serán completamente autónomos y se guiarán por GPS. Pero admite que el mayor obstáculo para el despliegue de estos drones es legal. También de redundancia porque, como explicó en televisión, hay que garantizar "que no aterrizan en la cabeza de alguien". "Suena a ciencia ficción, pero no lo es", insiste. Es también una muestra del frenesí por llevar cuanto antes los paquetes a domicilio. Hace unas semanas anunció un acuerdo con el Servicio Postal para hacer las entregas los domingos.
Aunque parezca de ciencia ficción, los drones ya se emplean para tareas de lo más rutinarias, desde la vigilancia de playas hasta para el mismo chismorreo del patio del vecino, pero como apunta Bezos el problema no es tecnológico sino legal y de seguridad, ya que las ciudades se podrían poblar de moscardones descargando libros (quedan fuera de la iniciativa lavadoras y otros objetos más pesado y voluminosos).
Otra cosa es el envío a lugares remotos. En cualquier caso Amazon necesita encontrar una solución al principal problema que tienen el comercio electrónico: la última milla. La entrega de cualquier objeto comprado por Internet y que encarece el precio final. En estas décadas de Internet se ha mejorado mucho en la tecnología, desde las webs a los procesos de compra, pero el transporte de la mercancía ha permanecido inalterado. Bezos se da un plazo de cinco años para que los repartidores de paquetes bajen del cielo, pero, por si acaso, ya ha abierto cuenta en Twitter: @AmazonDrone.