Así lo informó hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. La séptima economía del mundo ingresa así en el arranque de un periodo de retracción que, se estima, durará al menos dos años.
La economía brasileña, la séptima del mundo, entró en recesión en el segundo trimestre de este año, en el arranque de un periodo de retracción que según analistas durará al menos dos años.
El crecimiento de la economía brasileña ha sido débil en los últimos cuatro años, pero el país no registraba una recesión desde inicios de 2009. La recesión técnica se define por dos trimestres consecutivos de contracción de la economía.
El Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil retrocedió 1,9% en el segundo trimestre en relación a los tres meses anteriores, informó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial).
La caída del PBI en el segundo trimestre es mayor a la prevista por analistas de bancos extranjeros y brasileños, que apostaban por una retracción de en torno a 1,7%.
El crecimiento del primer trimestre también fue revisado a la baja por el IBGE, de -0,2% a -0,7%.
El PBI apunta lo que Brasil está viviendo en los últimos tiempos: una fuerte recesión, un escenario político bastante perturbado, con una inflación en alza, con tasas en alza y la necesidad de un ajuste fiscal que no llega.
"Eso ha afectado la confianza de los inversores, de los empresarios y de los consumidores", explica Alex Agostini, economista jefe de la agencia de calificación brasileña Austin Rating.
La presidenta Dilma Rousseff enfrenta problemas en varios frentes: la inflación está por alcanzar los dos dígitos (9,56%) y ya duplica la meta oficial, la tasa de interés de referencia está en su mayor nivel en nueve años (14,25%), el desempleo también está en alza por séptimo mes consecutivo (7,5%) y la moneda local, el real, se ha devaluado un 25% frente al dólar en lo que va del año.
A esto se suma el megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras,el mayor en la historia del país, y la inestabilidad política, con serias grietas en la coalición de gobierno y un sector de la población que reclama la destitución de Rousseff por parte del Congreso.
(Fuente: agencias)
El crecimiento de la economía brasileña ha sido débil en los últimos cuatro años, pero el país no registraba una recesión desde inicios de 2009. La recesión técnica se define por dos trimestres consecutivos de contracción de la economía.
El Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil retrocedió 1,9% en el segundo trimestre en relación a los tres meses anteriores, informó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE, oficial).
La caída del PBI en el segundo trimestre es mayor a la prevista por analistas de bancos extranjeros y brasileños, que apostaban por una retracción de en torno a 1,7%.
El crecimiento del primer trimestre también fue revisado a la baja por el IBGE, de -0,2% a -0,7%.
El PBI apunta lo que Brasil está viviendo en los últimos tiempos: una fuerte recesión, un escenario político bastante perturbado, con una inflación en alza, con tasas en alza y la necesidad de un ajuste fiscal que no llega.
"Eso ha afectado la confianza de los inversores, de los empresarios y de los consumidores", explica Alex Agostini, economista jefe de la agencia de calificación brasileña Austin Rating.
La presidenta Dilma Rousseff enfrenta problemas en varios frentes: la inflación está por alcanzar los dos dígitos (9,56%) y ya duplica la meta oficial, la tasa de interés de referencia está en su mayor nivel en nueve años (14,25%), el desempleo también está en alza por séptimo mes consecutivo (7,5%) y la moneda local, el real, se ha devaluado un 25% frente al dólar en lo que va del año.
A esto se suma el megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras,el mayor en la historia del país, y la inestabilidad política, con serias grietas en la coalición de gobierno y un sector de la población que reclama la destitución de Rousseff por parte del Congreso.
(Fuente: agencias)