Un niño de 11 años disparó mortalmente a un adolescente de 16 afuera de su casa en el área de St Louis la tarde del jueves.
Según los informes policiales, el menor se encontraba solo en casa con su hermanita de cuatro años, cuando notó más de un intento de invasión a su casa por lo que finalmente disparó al supuesto intruso, que resultó ser un joven de 16 años.
El intruso iba acompañado de otro joven de 22 años, quien escapó al escuchar el disparo, según la versión oficial de las autoridades. Este joven fue detenido y se encuentra bajo custodia policial, pero todavía no ha sido acusado.
Brian Schellman, sargento de policía del condado de St. Louis, dijo que el disparo se dio en el tercer intento del joven de entrar en la casa. Cuando las autoridades llegaron, encontraron el cadáver de Lamonte Streeter, quien vivía a unas cuadras del lugar, en el vestíbulo.
Algunos vecinos le dijeron al diario St. Louis Post-Dispatch que presenciaron el incidente y que no hubo invasión de morada.
Donna Jackson dijo que ella vio al niño de 11 años dispararle a quemarropa al de 16 años cuando ambos hablaban junto a la puerta delantera.
"No trataron de meterse en la casa", dijo Jackson, de 45 años. "Él le dio un disparo en la cabeza".
Jazmyne Clark, de 18 años, quien vive a dos casas del incidente, dijo que el niño de 11 años estaba en el portal de la casa cuando el de 16 años se le acercó. Cuando el joven llegó a la puerta frontal, el niño le disparó.
"Él no entró nunca a la casa", le dijo Clark al periódico. "Él no estaba tratando de meterse en la casa. Solamente trataba de venderle su celular".
Todavía no se sabe por qué los dos menores se quedaron solos sin compañía de un adulto en la casa, ni tampoco cómo fue que el menor tuvo acceso a armas de fuego.
Schellman dijo que la evidencia indica que el disparo ocurrió dentro de la casa, aunque no dio detalles, y alentó a cualquier persona con información a acudir a las autoridades.
Sharon Taylor, quien vive junto a la casa donde ocurrió el tiroteo, dijo que es prima del padre del niño de 11 años y que el chico no es problemático.
Pero también dudó de la historia de que trataran de entrar a la casa, pues dijo que sería poco probable a pleno día.
Las autoridades informaron que la madre de los pequeños está cooperando con la investigación, y que aseguró que compró el arma de fuego porque han sufrido varios intentos de irrupción en su hogar.
Este es solo el último capítulo de la violencia producida por las armas, cuyo debate para controlarlas alcanzó su punto álgido en 2012 a raíz del asesinato de 12 personas en un cine de Aurora, Colorado, y la matanza ocurrida en la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut, donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.
A pesar de las matanzas, según datos de la consultora Gallup, el número de estadounidenses que apuesta por mayores controles sobre las armas ha descendido dramáticamente en los últimos 24 años, pasando del 79% de en 1990 al 47% en 2014.
Mientras, el número de armas en posesión de los estadounidenses (319 millones de personas) no ha parado de crecer y, en 2012, los civiles tenían a su disposición 114 millones de pistolas, 110 millones de rifles y 86 millones de escopetas, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso.
Con cambios menores moviéndose a nivel estatal, hace dos décadas que el Congreso no aprueba ninguna ley para restringir las armas y el único cambio fue impulsado por Obama con 23 decretos, que firmó ante las víctimas de la matanza de la escuela de Newtown y que podrían ser derogados por el próximo presidente.
Univision.com