El papa Francisco se despide de la República Centroafricana. |
Enfrentamientos entre jóvenes musulmanes y milicias cristianas antibalaka.Bangui, República Centroafricana.
Refugiados en el barrio PK5, bajo la amenaza constante de las milicias armadas cristianas, los musulmanes de la capital de República Centroafricana recibieron triunfalmente el lunes al Papa, quien les devolvió la “esperanza”.
“Creíamos que todo el mundo nos había abandonado, pero él no. Él quiere también a los musulmanes. Estoy muy feliz”, confesó Idi Bohari, un anciano ataviado con una túnica blanca resplandeciente pese al polvo levantado al paso de los vehículos blindados de la ONU.
Miles de personas se congregaron a lo largo de la carretera, algunos mostrando la bandera amarilla y blanca del Vaticano en una mano y su rosario en la otra, bajo la vigilante mirada de decenas de cascos azules de la Minusca (misión de la ONU para la estabilización de la República Centroafricana) encargados de controlar la zona.
La etapa en Bangui era especialmente sensible a causa de los enfrentamientos que oponen a menudo a jóvenes musulmanes cercanos a la ex rebelión Seleka y a milicias cristianas antibalaka, que han causado más de 100 muertos en Bangui desde finales de setiembre.
Ousmane Abakar, portavoz de la comunidad musulmana de Bangui, piensa lo mismo. “Ha llegado el momento de hacer las paces definitivamente”, después de dos años de caos que ha devastado la República Centroafricana.
“No debemos aceptar ser manipulados, advierte, pues no se trata de un conflicto confesional, son los políticos quienes instrumentalizan a nuestros compatriotas y al final es el pueblo centroafricano el que pierde”.
Casi cada día, historias de jóvenes musulmanes o cristianos “asesinados” por el campo contrario recorren la ciudad. ¿Hechos demostrados o simples rumores? Tanto es que la tensión aumenta de inmediato y en los barrios implicados, barricadas hechas con neumáticos y palés de madera impiden la circulación, paralizando toda la capital.
AFP