Está en su mayor nivel desde el año 1900, informaron los especialistas.
La temperatura del aire en el Ártico alcanzó un récord este año desde que se comenzó a llevar este registro en 1900, mientras el derretimiento del hielo ha destruido el hábitat de las morsas y obliga a algunos peces a migrar más al norte, según un informe publicado el martes.
La temperatura del aire ártico estuvo 1,3 grados Celsius por encima del promedio y alcanzó su nivel “más alto desde los primeros registros de 1900”, precisó el Arctic Report Card 2015, publicado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés).
El hielo además alcanzó su área máxima anual el 25 de febrero, dos semanas antes de lo habitual, lo que significa “la medida más baja desde que se inició este registro en 1979”.
“El Ártico se está calentando el doble de rápido que otras regiones del planeta y esto tiene consecuencias para la seguridad mundial, el clima y el comercio”, explicó el jefe científico de la NOAA, Rick Spinrad, en un comunicado.
La temperatura media del aire en el último año, a partir de datos tomados entre octubre del 2014 y setiembre del 2015, es 3°C superior a la que había a inicios del siglo XX. Por otro lado, en el corazón de la tundra del Ártico, los científicos observan con preocupación el deshielo acelerado de los suelos, un fenómeno que preocupa cada vez más a los expertos del clima. El deshielo del permafrost (la capa de hielo permanente) se está acelerando a causa del cambio climático y podría liberar gases de efecto invernadero que hasta ahora estaban “encerrados” debajo.
Desde hace algunos años, los científicos han identificado este fenómeno como una fuente más de calentamiento global. Estos suelos cubren una cuarta parte de las tierras del hemisferio norte. “Se habla de una ‘bomba climática’ porque existe el peligro de que el gas salga rápidamente del permafrost. Hay que evaluar el riesgo”, asegura el investigador Florent Dominé.