Londres, Reino Unido. AFP, por Alfons LUNA. El presidente colombiano Juan Manuel Santos será recibido este martes en Londres con todos los honores por la reina Isabel II de Inglaterra al inicio de una visita de Estado en que el proceso de paz será también protagonista.
“Es un gran honor para Colombia. Nunca un presidente de Colombia ha sido invitado a una visita de Estado al Reino Unido”, dijo el mandatario poco antes de aterrizar en Londres.
Mientras en Colombia pugna por sacar adelante su plan de reconciliación con las FARC, Santos disfrutará de una tregua y un trato de altura en Europa, primero en Londres y luego en Oslo, el 10 de diciembre, donde recibirá el premio Nobel de la paz.
La etapa más políticamente llamativa de su visita británica (del 1-3 de noviembre) será el jueves, cuando se desplace a Belfast, la capital de la provincia británica de Irlanda del Norte, escenario de tres décadas de conflicto sangriento entre católicos y protestantes que acabaron con los acuerdos de paz de 1998.
A lo largo de su visita, entre otras cosas, Santos pronunciará un discurso en el Parlamento, dará una conferencia en la London School of Economics, se reunirá con la primera ministra Theresa May, y recorrerá las dependencias subterráneas de Londres desde donde su admirado Winston Churchill dirigió al país durante la Segunda Guerra Mundial, bajo los bombardeos alemanes.
Lo más granado del protocolo británico
La reina saldrá al encuentro de Santos y juntos recorrerán en carroza el Mall, la gran avenida que concluye en el palacio de Buckingham y que estará engalanada con banderas colombianas y británicas. Además, habrá salvas de cañón en honor del huésped.
Siete carrozas integrarán el cortejo: en la primera viajarán Santos y la reina -tirada por caballos grises, como es costumbre-, seguida por la que usarán el marido de la reina, Felipe de Edimburgo, y la primera dama de Colombia, María Clemencia Rodríguez.
Por la noche, la reina presidirá un banquete en honor de su invitado en el palacio de Buckingham, donde Santos se hospedará esta noche y la del miércoles junto a su esposa y otros miembros de su séquito, ocupando en total nueve habitaciones de la residencia real.
Generalmente, la reina recibe a dos jefes de Estado al año, pero en esta ocasión, y coincidiendo con el 90º cumpleaños de Isabel II, Santos será el único, porque el rey Felipe VI de España tuvo que cancelar la suya para atender la situación política en su país.
La visita es un despliegue de lo más vistoso del protocolo real británico. Al banquete, por ejemplo, asistirán 171 invitados que usarán 4.000 cubiertos de plata, 1.000 copas y vasos, y que exige tres días de preparativos sólo para poner la mesa.
Buscando inspiración en Irlanda del Norte
El presidente Santos vivió en su juventud en Londres. Una noche, cuando paseaba por la famosa zona londinense de Piccadilly, la onda expansiva de una bomba colocada por el IRA (Ejército Republicano Irlandés) lo lanzó al suelo.
En una entrevista con la BBC en setiembre, calificó de “anécdota” aquel episodio, pero dijo que el proceso de paz norirlandés “fue una inspiración en muchos aspectos”.
“Cuando vi a la reina dando la mano a un líder del IRA, me dije, ‘¡Dios mío, esto (la paz) es posible!'”. narró.
“Quiero decir al pueblo de Irlanda del Norte y del Reino Unido en general: aprendimos de su pasado, admiramos su presente y aspiramos a seguir trabajando con ustedes en el futuro”, escribió Santos en el diario The Times, en un momento en que Londres necesita respaldos internacionales tras la decisión de abandonar la Unión Europea en un referéndum también desgraciado para quien lo convocó, el entonces primer ministro David Cameron.
Santos “visitará el centro comunitario de Girdwood, en el norte de Belfast, para escuchar la exitosa experiencia de reconciliación de los habitantes de la zona”, según el programa oficial.
“El presidente se reunirá con líderes de la comunidad, con quienes hablará sobre el proceso de reconciliación y el postconflicto”, agrega el texto.
Dos arquitectos de la reconciliación en Irlanda del Norte, el protestante David Trimble, dirigente del Partido Unionista del Úlster, y el líder católico nacionalista John Hume, fueron galardonados con el Nobel de la Paz en octubre de 1998, en reconocimiento por “sus esfuerzos para encontrar una solución pacífica”, como lo acaba de ser Santos.
El conflicto norirlandés dejó cerca de 3.600 muertos, mientras el colombiano causó más de 260.000 y 6,9 millones de desplazados.