Giammattei, un médico de 63 años que se moviliza en muletas por padecer esclerosis, ganó ampliamente el domingo el balotaje a la ex primera dama socialdemócrata Sandra Torres.
Escrutado el 99,73% de los votos, el presidente electo tenía el 57,95% de los votos frente al 42,05% de Torres, según el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que calificó los resultados de "irreversibles".
La baja participación marcó la elección y, según datos preliminares del TSE, el abstencionismo ronda el 57%.
"Con un nudo en la garganta, 12 años después, vengo a decirles (...) va ser un inmenso honor ser el presidente del país", afirmó en un mensaje a periodistas el político que había buscado la presidencia en tres ocasiones anteriores.
El partido de Torres reconoció la derrota la noche del domingo, pero la candidata se pronunció por primera vez este lunes, agradeciendo en Twitter "de todo corazón la confianza depositada" en su proyecto.
"Hoy, es momento de la unidad", señaló Torres, quien por segunda vez consecutiva pierde un balotaje, la primera en 2015 ante el actual gobernante, Jimmy Morales, quien deja el cargo en enero próximo.
Acuerdos urgentes
Tras la efervescencia electoral, en las calles ronda la incertidumbre sobre el futuro del país.
"Esperamos que este nuevo gobierno sea mejor que el que está", dijo a la AFP Leila Gabriel, vendedora de periódicos de 37 años en el centro de la capital.
Mientras que el médico Gabriel Ruiz (64) se mostró poco entusiasmado: "Lo único que va ocurrir es que cambian las personas que se van a repartir el pastel", pero sin cambios a la población.
Los objetivos a cumplir por Giammattei son enormes, tomando en cuenta que la pobreza afecta a 59% de los 17,7 millones de guatemaltecos y la violencia deja unos 4.500 muertos anualmente, siendo los principales factores que motivan la migración, según expertos.
El próximo mandatario ha evitado profundizar sobre el acuerdo firmado a fines de julio por el gobierno de Morales con Estados Unidos para convertir a Guatemala en "tercer país seguro", lo que implica recibir a migrantes que buscan pedir asilo en el país norteamericano.
Este acuerdo sacudió la recta final de la campaña y generó múltiples críticas y acciones legales, principalmente basadas en el elevado índice de pobreza y la falta de infraestructura para recibir migrantes.
El gobierno de Giammattei deberá enfrentar una "política exterior bastante exigente" para "recuperar espacios" que permitan abordar el tema migratorio y acercarse a Honduras, El Salvador y México, dijo a la AFP el exvicepresidente Eduardo Stein (2004-2008).
"La actual administración (de Morales), por razones que no terminamos de entender, ha descuidado" la relación con los países vecinos, aseveró.
El gobierno mexicano, al felicitar a Giammattei, expresó en un comunicado su interés en avanzar en un Plan de Desarrollo Integral regional que busca contener la migración.
A lo interno, Stein agregó que Giammattei debe lograr consensos con opositores y otros sectores para llegar a "entendimientos políticos fecundos y constructivos".
"Guatemala ya no puede aguantar otros cuatro años de fracturas constantes y de antagonismos extremos como los que se han venido dando en este último periodo", sentenció Stein.
Justicia y corrupción
La presidencia de Giammattei se inaugurará sin el acompañamiento que ha dado desde 2007 la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente adscrito a la ONU que apoyó la revelación de casos de corrupción de alto impacto, que llevaron incluso a la renuncia en 2015 del entonces presidente Otto Pérez.
La Cicig terminará sus funciones en septiembre debido a que Morales no pedirá una nueva ampliación de dos años del mandato de la entidad, y Giammattei, quien fue involucrado en una matanza de reos cuando fungió como director del Sistema Penitenciario tras una investigación apoyada por la Cicig, se ha negado a apoyar la continuación del ente.
Organizaciones sociales y activistas han alertado de retrocesos importantes en la lucha contra la corrupción.
Álvaro Montenegro, integrante del colectivo Alianza por las Reformas, expresó su temor de que con Giammattei en el gobierno continúe el hostigamiento a funcionarios de justicia, como ha sucedido bajo Morales.
"La ciudadanía tiene que estar muy atenta a que no haya un ataque permanente a los operadores de justicia, sobre todo tras la salida de la Cicig", advirtió.
Montenegro consideró “bastante complicado” que Giammattei conforme un ente similar a la Cicig, con apoyo internacional, para una verdadera lucha contra la corrupción.
La presidencia de Giammattei se inaugurará sin el acompañamiento que ha dado desde 2007 la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente adscrito a la ONU que apoyó la revelación de casos de corrupción de alto impacto, que llevaron incluso a la renuncia en 2015 del entonces presidente Otto Pérez.
La Cicig terminará sus funciones en septiembre debido a que Morales no pedirá una nueva ampliación de dos años del mandato de la entidad, y Giammattei, quien fue involucrado en una matanza de reos cuando fungió como director del Sistema Penitenciario tras una investigación apoyada por la Cicig, se ha negado a apoyar la continuación del ente.
Organizaciones sociales y activistas han alertado de retrocesos importantes en la lucha contra la corrupción.
Álvaro Montenegro, integrante del colectivo Alianza por las Reformas, expresó su temor de que con Giammattei en el gobierno continúe el hostigamiento a funcionarios de justicia, como ha sucedido bajo Morales.
"La ciudadanía tiene que estar muy atenta a que no haya un ataque permanente a los operadores de justicia, sobre todo tras la salida de la Cicig", advirtió.
Montenegro consideró “bastante complicado” que Giammattei conforme un ente similar a la Cicig, con apoyo internacional, para una verdadera lucha contra la corrupción.