Las lluvias torrenciales que azotan parte del territorio boliviano desde principios de año afectaron a 13.000 familias, principalmente en los departamentos de Santa Cruz y La Paz, informó este domingo el viceministerio de Defensa Civil.
“Estamos hablando de más de 13.000 familias damnificadas, de 13 municipios afectados, 9 en Santa Cruz (este) y 4 en La Paz”, detalló Juan Carlos Calvimontes en conferencia de prensa. Parte del territorio boliviano registra lluvias intensas mientras otras regiones del país sufren una aguda sequía.
Calvimontes señaló que en Santa Cruz se ha perdido la cosecha de 40.000 hectáreas de cultivos de soja, maíz y arroz perdidas. En el departamento de La Paz, 70 viviendas “han sido destruidas completamente”, agregó.
El Gobierno ha asistido a más de 11.000 familias afectadas con unas 160 toneladas de ayuda humanitaria consistente en vituallas, herramientas y asistencia médica. En las próximas semanas, está previsto entregar ayuda a las 2.000 familias restantes. La temporada de lluvias en Bolivia se extiende generalmente desde noviembre hasta marzo.
Fuente: AFP.
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Ayuda internacional empieza a llegar a Turquía y Siria tras sismo que dejó más de 24.000 muertos
La ayuda internacional llegaba lentamente el sábado a partes de Turquía y Siria devastadas por el masivo terremoto, que dejó más de 24.000 muertos y cientos de miles de personas en necesidad. El frío gélido en la zona dificulta los rescates y redobla el castigo sobre una población desesperada. Según la ONU, al menos 870.000 personas precisan urgentemente comida y, solo en Siria, 5,3 millones de personas se quedaron sin casa.
“Cuando veo los edificios destruidos, los cadáveres, no es que no pueda ver dónde estaré en dos o tres años, es que no puedo imaginar dónde estaré mañana”, dijo con los ojos llenos de lágrimas Fidan Turan, una pensionista en la ciudad turca de Antakya (sur). “Hemos perdido 60 miembros de nuestra familia extensa”, explicó. “¡Sesenta! ¿Qué puedo decir? Es la voluntad de Dios”, agregó.
Acceso humanitario
El Programa Mundial de Alimentos pidió 77 millones de dólares para aportar raciones de comida a al menos 590.000 personas desplazadas a causa del terremoto en Turquía y 284.000 en Siria. La oficina de Derechos Humanos de la ONU urgió el viernes a todas las partes en la zona afectada, donde operan militantes kurdos y rebeldes sirios, a permitir el acceso humanitario.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán, considerado grupo terrorista por Ankara y sus aliados occidentales, anunció que suspendía su lucha armada para contribuir a los trabajos de recuperación. Y en Siria, el gobierno anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste del país, castigado por el sismo.
Hasta ahora, solo dos convoyes humanitarios habían cruzado esta semana desde Turquía a esta área rebelde donde viven cuatro millones de personas. La ONU solicitó un alto el fuego inmediato en el país y la apertura de más puntos de paso para la ayuda humanitaria, que ahora mismo solo puede transitar por el puesto fronterizo de Bab al Hawa.
El Consejo de Seguridad debe reunirse para discutir la situación en Siria, posiblemente a principios de la próxima semana. La diplomacia turca afirmó que está trabajando para abrir otros dos puntos de paso “con las regiones bajo el control del gobierno” sirio, “por razones humanitarias”. Por miedo a volver a sus casas o porque estas han desaparecido, miles de personas duermen en tiendas de campaña o en sus coches y se reúnen junto a hogueras para calentarse en medio de unas temperaturas glaciales.
“Los pisos se apilan”
Aunque los equipos de rescate siguen sacando a personas vivas de entre los escombros, entre ellos varios niños y una mujer embarazada de seis meses el viernes, los balances no dejan de crecer. Los últimos cómputos del sábado por la mañana se sitúan en 24.218 personas muertas, 20.665 de ellas en Turquía y 3.553 en Siria.
Después de cinco días del sismo, el más mortífero desde 1939 en la región, la conmoción inicial deja paso en Turquía a la rabia y el enfado por la respuesta del gobierno y la baja calidad de las construcciones. Las autoridades cifran en 12.141 los edificios destruidos o gravemente dañados. “Los pisos se apilan unos encima de otros”, dijo el profesor de la Universidad Bogazici de Estambul, que lo atribuye a la mala calidad del hormigón y las columnas de acero.
La policía detuvo el viernes en el aeropuerto de Estambul a un promotor inmobiliario que trataba de huir del país después del colapso de una de sus residencias de lujo que construyó. Ante las críticas por la gestión del gobierno, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan entonó una suerte de mea culpa el viernes.
“Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó durante una visita a Adiyaman. Entre las múltiples tragedias del movimiento telúrico, una implica a un grupo de 24 niños chipriotas de entre 11 y 14 años que estaban en Turquía para un torneo de voleibol cuando el terremoto engulló su hotel. Los medios turcos aseguran que 19 personas del grupo, que incluía además a 15 adultos, se confirmaron muertas. Diez de los cuerpos ya fueron repatriados a sus casas en el norte de Chipre.
Fuente: AFP.
“Cuando veo los edificios destruidos, los cadáveres, no es que no pueda ver dónde estaré en dos o tres años, es que no puedo imaginar dónde estaré mañana”, dijo con los ojos llenos de lágrimas Fidan Turan, una pensionista en la ciudad turca de Antakya (sur). “Hemos perdido 60 miembros de nuestra familia extensa”, explicó. “¡Sesenta! ¿Qué puedo decir? Es la voluntad de Dios”, agregó.
Acceso humanitario
El Programa Mundial de Alimentos pidió 77 millones de dólares para aportar raciones de comida a al menos 590.000 personas desplazadas a causa del terremoto en Turquía y 284.000 en Siria. La oficina de Derechos Humanos de la ONU urgió el viernes a todas las partes en la zona afectada, donde operan militantes kurdos y rebeldes sirios, a permitir el acceso humanitario.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán, considerado grupo terrorista por Ankara y sus aliados occidentales, anunció que suspendía su lucha armada para contribuir a los trabajos de recuperación. Y en Siria, el gobierno anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste del país, castigado por el sismo.
Hasta ahora, solo dos convoyes humanitarios habían cruzado esta semana desde Turquía a esta área rebelde donde viven cuatro millones de personas. La ONU solicitó un alto el fuego inmediato en el país y la apertura de más puntos de paso para la ayuda humanitaria, que ahora mismo solo puede transitar por el puesto fronterizo de Bab al Hawa.
El Consejo de Seguridad debe reunirse para discutir la situación en Siria, posiblemente a principios de la próxima semana. La diplomacia turca afirmó que está trabajando para abrir otros dos puntos de paso “con las regiones bajo el control del gobierno” sirio, “por razones humanitarias”. Por miedo a volver a sus casas o porque estas han desaparecido, miles de personas duermen en tiendas de campaña o en sus coches y se reúnen junto a hogueras para calentarse en medio de unas temperaturas glaciales.
“Los pisos se apilan”
Aunque los equipos de rescate siguen sacando a personas vivas de entre los escombros, entre ellos varios niños y una mujer embarazada de seis meses el viernes, los balances no dejan de crecer. Los últimos cómputos del sábado por la mañana se sitúan en 24.218 personas muertas, 20.665 de ellas en Turquía y 3.553 en Siria.
Después de cinco días del sismo, el más mortífero desde 1939 en la región, la conmoción inicial deja paso en Turquía a la rabia y el enfado por la respuesta del gobierno y la baja calidad de las construcciones. Las autoridades cifran en 12.141 los edificios destruidos o gravemente dañados. “Los pisos se apilan unos encima de otros”, dijo el profesor de la Universidad Bogazici de Estambul, que lo atribuye a la mala calidad del hormigón y las columnas de acero.
La policía detuvo el viernes en el aeropuerto de Estambul a un promotor inmobiliario que trataba de huir del país después del colapso de una de sus residencias de lujo que construyó. Ante las críticas por la gestión del gobierno, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan entonó una suerte de mea culpa el viernes.
“Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó durante una visita a Adiyaman. Entre las múltiples tragedias del movimiento telúrico, una implica a un grupo de 24 niños chipriotas de entre 11 y 14 años que estaban en Turquía para un torneo de voleibol cuando el terremoto engulló su hotel. Los medios turcos aseguran que 19 personas del grupo, que incluía además a 15 adultos, se confirmaron muertas. Diez de los cuerpos ya fueron repatriados a sus casas en el norte de Chipre.
Fuente: AFP.
Unión Europea acordó acelerar expulsión de migrantes irregulares y gastará más dinero en evitar que entren
La Unión Europea (UE) acordó este jueves tomar medidas para acelerar las devoluciones de migrantes irregulares -hoy solo el 21% de las órdenes de expulsión son ejecutadas- y destinar más fondos para proteger las fronteras exteriores.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó en rueda de prensa al término de la reunión la necesidad de que los países se mantengan “unidos” para lograr resultados.
Explicó además las dos líneas que va a trabajar la UE: por un lado avanzando hacia el Pacto europeo de Migración y Asilo, que se negocia desde hace dos años y medio, y por otro con medidas operativas “que se pueden adoptar ahora”.
“Identificamos un paquete de medidas sobre las que trabajar de manera que podamos encontrar una forma de control y gestión del flujo migratorio”, señaló por su parte el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
La migración se puso en la agenda de la cumbre coincidiendo con el aumento de los flujos migratorios a través de la ruta de los Balcanes Occidentales y del Mediterráneo Central.
A ese aumento de las llegadas se suma la situación límite en la que se encuentran los sistemas de acogida de muchos Estados miembros, como Bélgica o Países Bajos, tras haber recibido la UE a más de cuatro millones de refugiados de Ucrania en solo un año.
Otro factor que preocupa, sobre todo a los países del Este, es que se vuelva a producir una instrumentalización de migrantes como la ocurrida en 2021, cuando Bielorrusia facilitó el traslado de miles de ciudadanos sirios, afganos e iraquíes hasta las fronteras europeas para tratar de desestabilizar a la UE.
Por esos motivos, los líderes de la UE aprobaron unas conclusiones que animan a adoptar medidas operativas para avanzar en los asuntos más urgentes, mientras se sigue negociando el Pacto europeo de Migración y Asilo, que se quiere cerrar para 2024.
Las conclusiones inciden en la llamada “dimensión externa” de la migración, el aspecto donde hay más consenso a nivel europeo, que pasa por la protección de las fronteras exteriores, la devolución de quienes no tienen derecho a pedir protección internacional y la cooperación con los países de origen.
Entre otros elementos, piden a la Comisión que “financie medidas de los Estados miembros que contribuyan directamente al control de las fronteras exteriores de la Unión, como los proyectos piloto de gestión de fronteras, así como a la mejora del control fronterizo en países clave en las rutas de tránsito hacia la UE”.
También instan a Bruselas a movilizar “inmediatamente” fondos y medios para “ayudar a los Estados miembros a reforzar las capacidades de protección de fronteras e infraestructura, medios de vigilancia, incluida la vigilancia aérea, y equipamiento”.
Von der Leyen dijo que se pondrán en marcha en las fronteras exteriores dos proyectos piloto para acelerar los retornos.
“Proporcionaremos un paquete integrado de infraestructuras móviles y fijas, desde coches a cámaras, pasando por torres de vigilancia y vigilancia electrónica. Esto requiere financiación de la UE”, señaló.
Y puntualizó que Bruselas ve con buenos ojos “la financiación bilateral y las contribuciones bilaterales” en ese ámbito y que “por supuesto, también se requiere financiación nacional”.
Austria, Grecia y algunos países del Este llegaron hoy pidiendo a la UE que financie la construcción de vallas y alambradas.
El canciller austríaco, Karl Nehammer, valoró al término de la cumbre que la UE haya “dicho claramente que las fronteras exteriores se protegerán”.
“Tenemos la promesa de la Comisión de que se apoyarán proyectos piloto en Bulgaria y Rumania”, añadió Nehammer.
La UE considera necesario actuar con rapidez para garantizar retornos efectivos desde la Unión Europea y desde terceros países a lo largo de las rutas a los países de origen.
Para ello plantea utilizar “como palanca” todas las políticas, instrumentos y herramientas, incluida “la diplomacia, el desarrollo, el comercio y los visados, así como migración legal”.
Los líderes invitan a hacer “pleno uso” del mecanismo del Código de Visados que permite restringir esos documentos a los ciudadanos de los países que no cooperan en la readmisión de sus nacionales.
También se invita a los países, para acelerar los procedimientos de retorno, a reconocer las decisiones de devolución de los otros Estados miembros.
Otro de los objetivos mencionados es avanzar hacia una lista común de terceros países seguros, con la ayuda de la Agencia Europea de Asilo.
“Todos los Estados miembros deberían hacer uso de esta guía, con vistas a lograr un enfoque más coordinado, allanando así el camino hacia una lista común”, dice el texto acordado.
No olvidan la situación de los países afectados por las entradas por mar y subrayan la necesidad de una cooperación reforzada en relación con las actividades de búsqueda y salvamento.
Además, piden a la Comisión que presente “con carácter prioritario” planes de acción para el Atlántico y el Mediterráneo Oriental y Occidental.
La UE quiere involucrar más a Frontex en la protección de las fronteras exteriores y combatir el tráfico de personas.
Por ello, llamó hoy a concluir nuevos acuerdos para desplegar a agentes de Frontex también en terceros países.
Por último, para combatir los intentos de instrumentalizar la migración, los Veintisiete piden avanzar en una serie de herramientas, incluidas posibles medidas contra los operadores de transporte que participen o faciliten la trata de personas o el tráfico ilícito de migrantes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó en rueda de prensa al término de la reunión la necesidad de que los países se mantengan “unidos” para lograr resultados.
Explicó además las dos líneas que va a trabajar la UE: por un lado avanzando hacia el Pacto europeo de Migración y Asilo, que se negocia desde hace dos años y medio, y por otro con medidas operativas “que se pueden adoptar ahora”.
“Identificamos un paquete de medidas sobre las que trabajar de manera que podamos encontrar una forma de control y gestión del flujo migratorio”, señaló por su parte el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
La migración se puso en la agenda de la cumbre coincidiendo con el aumento de los flujos migratorios a través de la ruta de los Balcanes Occidentales y del Mediterráneo Central.
A ese aumento de las llegadas se suma la situación límite en la que se encuentran los sistemas de acogida de muchos Estados miembros, como Bélgica o Países Bajos, tras haber recibido la UE a más de cuatro millones de refugiados de Ucrania en solo un año.
Otro factor que preocupa, sobre todo a los países del Este, es que se vuelva a producir una instrumentalización de migrantes como la ocurrida en 2021, cuando Bielorrusia facilitó el traslado de miles de ciudadanos sirios, afganos e iraquíes hasta las fronteras europeas para tratar de desestabilizar a la UE.
Por esos motivos, los líderes de la UE aprobaron unas conclusiones que animan a adoptar medidas operativas para avanzar en los asuntos más urgentes, mientras se sigue negociando el Pacto europeo de Migración y Asilo, que se quiere cerrar para 2024.
Las conclusiones inciden en la llamada “dimensión externa” de la migración, el aspecto donde hay más consenso a nivel europeo, que pasa por la protección de las fronteras exteriores, la devolución de quienes no tienen derecho a pedir protección internacional y la cooperación con los países de origen.
Entre otros elementos, piden a la Comisión que “financie medidas de los Estados miembros que contribuyan directamente al control de las fronteras exteriores de la Unión, como los proyectos piloto de gestión de fronteras, así como a la mejora del control fronterizo en países clave en las rutas de tránsito hacia la UE”.
También instan a Bruselas a movilizar “inmediatamente” fondos y medios para “ayudar a los Estados miembros a reforzar las capacidades de protección de fronteras e infraestructura, medios de vigilancia, incluida la vigilancia aérea, y equipamiento”.
Von der Leyen dijo que se pondrán en marcha en las fronteras exteriores dos proyectos piloto para acelerar los retornos.
“Proporcionaremos un paquete integrado de infraestructuras móviles y fijas, desde coches a cámaras, pasando por torres de vigilancia y vigilancia electrónica. Esto requiere financiación de la UE”, señaló.
Y puntualizó que Bruselas ve con buenos ojos “la financiación bilateral y las contribuciones bilaterales” en ese ámbito y que “por supuesto, también se requiere financiación nacional”.
Austria, Grecia y algunos países del Este llegaron hoy pidiendo a la UE que financie la construcción de vallas y alambradas.
El canciller austríaco, Karl Nehammer, valoró al término de la cumbre que la UE haya “dicho claramente que las fronteras exteriores se protegerán”.
“Tenemos la promesa de la Comisión de que se apoyarán proyectos piloto en Bulgaria y Rumania”, añadió Nehammer.
La UE considera necesario actuar con rapidez para garantizar retornos efectivos desde la Unión Europea y desde terceros países a lo largo de las rutas a los países de origen.
Para ello plantea utilizar “como palanca” todas las políticas, instrumentos y herramientas, incluida “la diplomacia, el desarrollo, el comercio y los visados, así como migración legal”.
Los líderes invitan a hacer “pleno uso” del mecanismo del Código de Visados que permite restringir esos documentos a los ciudadanos de los países que no cooperan en la readmisión de sus nacionales.
También se invita a los países, para acelerar los procedimientos de retorno, a reconocer las decisiones de devolución de los otros Estados miembros.
Otro de los objetivos mencionados es avanzar hacia una lista común de terceros países seguros, con la ayuda de la Agencia Europea de Asilo.
“Todos los Estados miembros deberían hacer uso de esta guía, con vistas a lograr un enfoque más coordinado, allanando así el camino hacia una lista común”, dice el texto acordado.
No olvidan la situación de los países afectados por las entradas por mar y subrayan la necesidad de una cooperación reforzada en relación con las actividades de búsqueda y salvamento.
Además, piden a la Comisión que presente “con carácter prioritario” planes de acción para el Atlántico y el Mediterráneo Oriental y Occidental.
La UE quiere involucrar más a Frontex en la protección de las fronteras exteriores y combatir el tráfico de personas.
Por ello, llamó hoy a concluir nuevos acuerdos para desplegar a agentes de Frontex también en terceros países.
Por último, para combatir los intentos de instrumentalizar la migración, los Veintisiete piden avanzar en una serie de herramientas, incluidas posibles medidas contra los operadores de transporte que participen o faciliten la trata de personas o el tráfico ilícito de migrantes.
Fuente: Infobae
Más de 8.000 personas rescatadas por sismo en Turquía y Siria
Las gélidas temperaturas agravaban el jueves la situación de los supervivientes y dificultaba el desesperado trabajo de los socorristas en Turquía y Siria, donde el potente terremoto del lunes dejó más de 16.000 muertos y fueron rescatadas otras 8.000 personas.
Pasadas ya las primeras 72 horas tras el terremoto del lunes, el periodo con más posibilidad de salvar vidas, se teme que el balance de muertos pueda subir dramáticamente debido al elevado número de personas que se calcula que todavía están atrapadas entre los escombros.
Tras la conmoción inicial, el descontento se hace cada vez más palpable entre la población por la respuesta de las autoridades al fatal terremoto que, según admitió el mismo presidente turco Recep Tayyip Erdogan, tuvo “deficiencias”. Numerosos supervivientes tuvieron que buscar por sí mismos comida y refugio. Sin equipos de rescate en varias zonas, algunos contemplaron impotentes cómo sus familiares atrapados pedían ayuda hasta que sus voces se apagaban.
“Mi sobrino, mi cuñada y la hermana de mi cuñada están bajo los escombros. Están atrapadas en las ruinas y no hay señales de vida”, dijo Semire Coban, profesora de guardería en la ciudad turca de Hatay. “No podemos llegar a ellos. Intentamos hablarles, pero no responden”, agregó.
A contrareloj
Los equipos de rescate en Turquía y Siria seguían salvando el miércoles a contrarreloj a supervivientes atrapados en los escombros del potente terremoto del lunes, que dejó ya más de 15.000 muertos. Durante dos días y dos noches desde el sismo de magnitud 7,8, miles de socorristas trabajaron en temperaturas gélidas para encontrar a sobrevivientes bajo los edificios derrumbados a ambos lados de la frontera.
El responsable de la Media Luna Roja turca, Kerem Kinik, advirtió que las primeras 72 horas eran críticas en las labores de rescate, pero señaló que estas se veían entorpecidas por las “severas condiciones meteorológicas”. Aun así, los trabajadores de emergencia pudieron salvar el miércoles a varios niños encontrados bajo un bloque colapsado en la castigada provincia turca de Hatay, donde municipios enteros desaparecieron.
“De repente oímos voces (...) Inmediatamente oímos las voces de tres personas al mismo tiempo”, dijo el socorrista Alperen Cetinkaya. “Esperamos más de ellos (...) las opciones de sacar gente con vida aquí son muy altas”, agregó.
En Turquía, donde se declararon siete días de luto y un estado de emergencia de tres meses en las provincias más castigadas, el número de fallecidos alcanzó las 12.873 personas, según las autoridades. En Siria, país castigado por más de una década de guerra civil, el saldo llega a 3.162 muertos, según el balance del gobierno de Damasco y de los equipos de protección civil en las zonas rebeldes.
“Hay deficiencias”
Erdogan visitó dos de las zonas más castigadas, la ciudad de Kahramanmaras en el epicentro del sismo y la región de Hatay en la frontera con Siria. “Por supuesto, hay deficiencias, es imposible estar preparado para una catástrofe así”, indicó. Coincidiendo con su visita, la red social Twitter quedó inaccesible desde Turquía durante unas 12 horas, según periodistas de AFP y el grupo de vigilancia NetBlocks. Además, la policía del país detuvo a 18 personas por publicaciones “provocativos” en redes sociales que criticaban la respuesta gubernamental.
El frío agrava la situación. Aunque con temperaturas de -5 ºC, miles de familias en Gaziantep pasaron la noche en coches o tiendas de campaña al no poder volver a sus casas o tener demasiado miedo de hacerlo. Los padres paseaban por las calles de esta ciudad del sureste de Turquía cargando a sus hijos, envueltos en mantas, porque pasaban menos frío que en las tiendas.
“Cuando nos sentamos, duele. Me da miedo por la gente atrapada bajo los escombros”, dijo Melek Halici, con su hija de dos años cubierta por una manta. En Bruselas, la Unión Europea prepara una conferencia de donantes en marzo para movilizar ayuda internacional para Siria y Turquía. “Estamos corriendo contra el reloj para juntos salvar vidas”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Nadie debe quedarse solo cuando una tragedia como esta golpea a un pueblo”, agregó.
“Dejen de lado la política”
La cuestión de la ayuda es espinosa en Siria, castigada por la guerra civil, con zonas del país bajo control rebelde y un gobierno enemistado con Occidente. Los Cascos Blancos, que lideran los esfuerzos de rescate en las zonas rebeldes, imploraron por ayuda. “Pedimos a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad hacia las víctimas civiles”, dijo a la AFP su portavoz Mohammad al Chebli. “Es una verdadera carrera contrarreloj, la gente muere a cada segundo bajo los escombros”, añadió.
El coordinador de la ONU en Siria pidió también que se facilite el ingreso de asistencia humanitaria a las zonas rebeldes y advirtió que las reservas de urgencia pronto se agotarán pronto. “Dejen de lado la política y permitan que realicemos nuestra tarea humanitaria”, afirmó El Mostafa Benlamlih a la AFP.
De su parte, el régimen sirio de Bashar al Asad también solicitó formalmente ayuda a la Unión Europea, indicó el comisario comunitario de Gestión de Emergencias, Janez Lenarcic. Una década de guerra civil y bombardeos aéreos de Siria y Rusia han destruido hospitales, hundido la economía y provocado continua escasez de electricidad, combustible y suministro de agua.
La Comisión Europea instó a los países miembros a “responder favorablemente” a los pedidos de Damasco de comida y suministros médicos, aunque vigilando que la ayuda “no sea desviada”, dijo Lenarcic. La Unión Europea envió rápidamente equipos de rescate a Turquía, que también recibió ayuda de Estados Unidos, China o los países del Golfo, pero inicialmente ofreció una asistencia mínima a Siria por las sanciones contra el régimen de Al Asad.
Morgue improvisada
“Encontramos a mi tía, pero no a mi tío”, dice con voz ahogada Rania Zaboubi mientras revisa una por una las decenas de bolsas para cadáveres depositadas en el estacionamiento del principal hospital de Antakya, sur de Turquía, convertido en morgue al aire libre tras el mortífero terremoto del lunes.
Rania Zaboubi, una refugiada siria, perdió a ocho miembros de su familia en la tragedia que ha dejado más de 16.000 muertos en Turquía y la vecina Siria. En el estacionamiento del principal hospital de Antakya, una ciudad de 360.000 habitantes de la provincia de Hatay, otros sobrevivientes iban de cuerpo en cuerpo buscando conocidos.
En la noche del miércoles, periodistas de AFP contaron cerca de 200 cuerpos repartidos a uno y otro lado de las carpas donde se atienden a los heridos. Al menos 3.356 personas murieron en Hatay, más de un tercio de los fallecidos reportados hasta ahora en Turquía.
Ante la magnitud del desastre, no había espacio suficiente en el vasto estacionamiento, por lo que siete cuerpos fueron tendidos al lado de un contenedor desbordado de basura. El hospital tiene enormes grietas visibles en uno de sus muros, pero se mantiene en pie. Sin embargo, las autoridades decidieron evacuarlo porque debido a los daños en el interior el edificio ya no puede recibir pacientes ni cadáveres.
Cadáveres anónimos
Los pacientes, clasificados en tres colores, según la gravedad de sus heridas, son atendidos en carpas situadas en el exterior del edificio. Muchos fueron trasladados en helicóptero a hospitales que soportaron el sismo y varios de ellos fueron llevados a Adana. Pero los muertos quedan tendidos sobre el asfalto helado.
¿Cuántos han sido llevados al sitio desde el lunes? “Demasiados”, responde Yigitcan Kayserili, un voluntario de Ankara. “Tal vez 400, tal vez 600″, acotó. Kayserili ayuda a las personas a encontrar a sus familiares muertos y brinda apoyo psicológico. Lleva dos días sin dormir. En el estacionamiento, las idas y venidas son constantes.
A su derecha, un hombre y su hijo, un adolescente de cabello rizado, recogen un cuerpo y se alejan impasibles, superados por la tragedia. A su espalda, un hombre conduce lentamente un viejo auto azul. En el asiento trasero yace, en una bolsa negra, el cuerpo que buscaba.
Una camioneta blanca se estaciona en las cercanías. A diferencia de otros coches en el camino a Antakya, no es utilizado para transportar ayuda. Este transporta cuerpos no identificados. “Casi 70% de los cuerpos aquí son anónimos”, señaló Kayserili. Los que no son recuperados después de 24 horas son cargados en la camioneta y terminan en fosas comunes. “Podemos cargar 50 cadáveres”, afirma Kayserili. “Podríamos cargar más pero no queremos amontonarlos”, agrega con sobria tristeza.
El frío amenaza a los supervivientes
En la ciudad turca de Gaziantep, golpeada por el sismo, las temperaturas cayeron el jueves a -5 ºC en la mañana. A pesar del frío, miles de familias, que perdieron su vivienda, no pueden volver a ella o temerosas de nuevas réplicas, viven en vehículos o tiendas improvisadas. Para mitigar el frío en sus tiendas, los padres pasean con sus hijos en brazos y cubiertos en mantas por las calles de esta ciudad del sureste, cercana al epicentro del sismo del lunes, que causó en Turquía y Siria más de 16.000 muertos.
“Cuando nos sentamos, duele. Me da miedo por la gente atrapada bajo los escombros”, dijo Melek Halici, con su hija de dos años en brazos, que observa a los equipos de rescate trabajar durante la noche. “Terminaremos yendo a la tienda, pero no quiero”, añade la mujer. “No soporto el frío, pero lo soporto más que la idea de volver a nuestro apartamento”, explica. Las autoridades de la ciudad prohibieron a miles de habitantes volver a sus casas, juzgadas todavía demasiado peligrosas por las réplicas que sacuden a diario la región.
“No podemos volver a casa”
Alrededor de la familia Halici, el humo de decenas de hogueras colma el aire de la noche. Supermercados y otros comercios dan a las familias palés de madera para quemar. Entre los supervivientes, algunos encontraron refugio en casas de vecinos o familiares. Otros dejaron la región. Pero muchos no tienen ningún sitio adónde ir.
Gimnasios, mezquitas, escuelas y otras tiendas los acogen por la noche. Sin embargo, hay pocas camas y miles de personas pasan las noches encajadas dentro de vehículo, con el motor en marcha para dar un poco más de calor. “No tengo otra opción”, reconoce Suleyman Yanik, sentado en su vehículo al lado de un niño que juega con el volante. Su mujer y otro niño duermen en el asiento trasero.
“El olor es terrible, pero no podemos volver a casa”, dice. Burhan Cagdas duerme en su vehículo desde el lunes porque su familia no está “psicológicamente” preparada para volver a su casa. ¿Cuántas noches más pasarán así? Este gerente de restaurante todavía no lo sabe, pero no cree que la familia aguante mucho más.
Muchos refunfuñan de la gestión de las tareas de rescate por parte del gobierno. En una visita el miércoles a la región, el presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció “deficiencias”, pero insistió que “es imposible estar preparado” ante una catástrofe de esta magnitud.
“Nuestros niños están congelados”
Cerca de un castillo del siglo VI, muy dañado por el sismo, unas familias desamparadas aseguran que las autoridades no hicieron nada por ellas. Se construyeron refugios improvisados con lonas y maderas lanzadas por otros. “Al menos podrían habernos dado tiendas”, dice Ahmet Huseyin.
“Nuestros niños están congelados”, añade este padre de cinco niños, de 40 años. “Tuvimos que quemar los bancos del parque e incluso algunas prendas de los niños. No había nada más”, asegura. Para Emel Osman, un adolescente de 14 años cuya familia huyó de Siria hacia Turquía hace siete años, las autoridades deberían haber instalado tiendas, “al menos para los niños”. Aunque las piedras del castillo penden amenazantes de caer sobre sus refugios, estas familias aseguran que tampoco pueden elegir, porque no tienen coche ni otro cobijo.
Twitter, inaccesible en Turquía
Twitter se volvió inaccesible en las principales redes de telefonía móvil de Turquía el miércoles, con el telón de fondo de la multiplicación de las críticas en línea respecto a la respuesta del gobierno al terremoto de esta semana. Los periodistas de AFP no pudieron acceder a esta red social en Turquía. En cambio, la aplicación funcionaba si se usaban servicios de VPN, que camuflan la ubicación del dispositivo.
El propietario de la red social, Elon Musk, indicó el miércoles que “Twitter ha sido informado por el gobierno turco que el acceso se restituirá pronto”. El organismo de supervisión de la gobernanza de internet netblocks.org señaló que el acceso a Twitter está restringido a través de “varios proveedores de servicios de internet en Turquía”.
“Turquía tiene una larga historia de restricciones a las redes sociales en emergencias nacionales e incidentes de seguridad”, agregó el organismo. El bloqueo se produjo cuando el presidente turco Recep Tayyip Erdogan viajaba a dos de las provincias turcas más afectadas, en particular a Kahramanmaras, epicentro del terremoto.
La policía turca arrestó a 18 personas desde el terremoto del lunes por publicar en las redes sociales críticas sobre la forma en que el gobierno estaba manejando la catástrofe. Las redes sociales turcas están inundadas de mensajes de personas que se quejan de la falta de esfuerzos de rescate y búsqueda de las víctimas en sus zonas, especialmente en Hatay. Los funcionarios turcos no hicieron ninguna declaración inmediata sobre la interrupción del servicio.
Fuente: AFP.
Pasadas ya las primeras 72 horas tras el terremoto del lunes, el periodo con más posibilidad de salvar vidas, se teme que el balance de muertos pueda subir dramáticamente debido al elevado número de personas que se calcula que todavía están atrapadas entre los escombros.
Tras la conmoción inicial, el descontento se hace cada vez más palpable entre la población por la respuesta de las autoridades al fatal terremoto que, según admitió el mismo presidente turco Recep Tayyip Erdogan, tuvo “deficiencias”. Numerosos supervivientes tuvieron que buscar por sí mismos comida y refugio. Sin equipos de rescate en varias zonas, algunos contemplaron impotentes cómo sus familiares atrapados pedían ayuda hasta que sus voces se apagaban.
“Mi sobrino, mi cuñada y la hermana de mi cuñada están bajo los escombros. Están atrapadas en las ruinas y no hay señales de vida”, dijo Semire Coban, profesora de guardería en la ciudad turca de Hatay. “No podemos llegar a ellos. Intentamos hablarles, pero no responden”, agregó.
A contrareloj
Los equipos de rescate en Turquía y Siria seguían salvando el miércoles a contrarreloj a supervivientes atrapados en los escombros del potente terremoto del lunes, que dejó ya más de 15.000 muertos. Durante dos días y dos noches desde el sismo de magnitud 7,8, miles de socorristas trabajaron en temperaturas gélidas para encontrar a sobrevivientes bajo los edificios derrumbados a ambos lados de la frontera.
El responsable de la Media Luna Roja turca, Kerem Kinik, advirtió que las primeras 72 horas eran críticas en las labores de rescate, pero señaló que estas se veían entorpecidas por las “severas condiciones meteorológicas”. Aun así, los trabajadores de emergencia pudieron salvar el miércoles a varios niños encontrados bajo un bloque colapsado en la castigada provincia turca de Hatay, donde municipios enteros desaparecieron.
“De repente oímos voces (...) Inmediatamente oímos las voces de tres personas al mismo tiempo”, dijo el socorrista Alperen Cetinkaya. “Esperamos más de ellos (...) las opciones de sacar gente con vida aquí son muy altas”, agregó.
En Turquía, donde se declararon siete días de luto y un estado de emergencia de tres meses en las provincias más castigadas, el número de fallecidos alcanzó las 12.873 personas, según las autoridades. En Siria, país castigado por más de una década de guerra civil, el saldo llega a 3.162 muertos, según el balance del gobierno de Damasco y de los equipos de protección civil en las zonas rebeldes.
“Hay deficiencias”
Erdogan visitó dos de las zonas más castigadas, la ciudad de Kahramanmaras en el epicentro del sismo y la región de Hatay en la frontera con Siria. “Por supuesto, hay deficiencias, es imposible estar preparado para una catástrofe así”, indicó. Coincidiendo con su visita, la red social Twitter quedó inaccesible desde Turquía durante unas 12 horas, según periodistas de AFP y el grupo de vigilancia NetBlocks. Además, la policía del país detuvo a 18 personas por publicaciones “provocativos” en redes sociales que criticaban la respuesta gubernamental.
El frío agrava la situación. Aunque con temperaturas de -5 ºC, miles de familias en Gaziantep pasaron la noche en coches o tiendas de campaña al no poder volver a sus casas o tener demasiado miedo de hacerlo. Los padres paseaban por las calles de esta ciudad del sureste de Turquía cargando a sus hijos, envueltos en mantas, porque pasaban menos frío que en las tiendas.
“Cuando nos sentamos, duele. Me da miedo por la gente atrapada bajo los escombros”, dijo Melek Halici, con su hija de dos años cubierta por una manta. En Bruselas, la Unión Europea prepara una conferencia de donantes en marzo para movilizar ayuda internacional para Siria y Turquía. “Estamos corriendo contra el reloj para juntos salvar vidas”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Nadie debe quedarse solo cuando una tragedia como esta golpea a un pueblo”, agregó.
“Dejen de lado la política”
La cuestión de la ayuda es espinosa en Siria, castigada por la guerra civil, con zonas del país bajo control rebelde y un gobierno enemistado con Occidente. Los Cascos Blancos, que lideran los esfuerzos de rescate en las zonas rebeldes, imploraron por ayuda. “Pedimos a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad hacia las víctimas civiles”, dijo a la AFP su portavoz Mohammad al Chebli. “Es una verdadera carrera contrarreloj, la gente muere a cada segundo bajo los escombros”, añadió.
El coordinador de la ONU en Siria pidió también que se facilite el ingreso de asistencia humanitaria a las zonas rebeldes y advirtió que las reservas de urgencia pronto se agotarán pronto. “Dejen de lado la política y permitan que realicemos nuestra tarea humanitaria”, afirmó El Mostafa Benlamlih a la AFP.
De su parte, el régimen sirio de Bashar al Asad también solicitó formalmente ayuda a la Unión Europea, indicó el comisario comunitario de Gestión de Emergencias, Janez Lenarcic. Una década de guerra civil y bombardeos aéreos de Siria y Rusia han destruido hospitales, hundido la economía y provocado continua escasez de electricidad, combustible y suministro de agua.
La Comisión Europea instó a los países miembros a “responder favorablemente” a los pedidos de Damasco de comida y suministros médicos, aunque vigilando que la ayuda “no sea desviada”, dijo Lenarcic. La Unión Europea envió rápidamente equipos de rescate a Turquía, que también recibió ayuda de Estados Unidos, China o los países del Golfo, pero inicialmente ofreció una asistencia mínima a Siria por las sanciones contra el régimen de Al Asad.
Morgue improvisada
“Encontramos a mi tía, pero no a mi tío”, dice con voz ahogada Rania Zaboubi mientras revisa una por una las decenas de bolsas para cadáveres depositadas en el estacionamiento del principal hospital de Antakya, sur de Turquía, convertido en morgue al aire libre tras el mortífero terremoto del lunes.
Rania Zaboubi, una refugiada siria, perdió a ocho miembros de su familia en la tragedia que ha dejado más de 16.000 muertos en Turquía y la vecina Siria. En el estacionamiento del principal hospital de Antakya, una ciudad de 360.000 habitantes de la provincia de Hatay, otros sobrevivientes iban de cuerpo en cuerpo buscando conocidos.
En la noche del miércoles, periodistas de AFP contaron cerca de 200 cuerpos repartidos a uno y otro lado de las carpas donde se atienden a los heridos. Al menos 3.356 personas murieron en Hatay, más de un tercio de los fallecidos reportados hasta ahora en Turquía.
Ante la magnitud del desastre, no había espacio suficiente en el vasto estacionamiento, por lo que siete cuerpos fueron tendidos al lado de un contenedor desbordado de basura. El hospital tiene enormes grietas visibles en uno de sus muros, pero se mantiene en pie. Sin embargo, las autoridades decidieron evacuarlo porque debido a los daños en el interior el edificio ya no puede recibir pacientes ni cadáveres.
Cadáveres anónimos
Los pacientes, clasificados en tres colores, según la gravedad de sus heridas, son atendidos en carpas situadas en el exterior del edificio. Muchos fueron trasladados en helicóptero a hospitales que soportaron el sismo y varios de ellos fueron llevados a Adana. Pero los muertos quedan tendidos sobre el asfalto helado.
¿Cuántos han sido llevados al sitio desde el lunes? “Demasiados”, responde Yigitcan Kayserili, un voluntario de Ankara. “Tal vez 400, tal vez 600″, acotó. Kayserili ayuda a las personas a encontrar a sus familiares muertos y brinda apoyo psicológico. Lleva dos días sin dormir. En el estacionamiento, las idas y venidas son constantes.
A su derecha, un hombre y su hijo, un adolescente de cabello rizado, recogen un cuerpo y se alejan impasibles, superados por la tragedia. A su espalda, un hombre conduce lentamente un viejo auto azul. En el asiento trasero yace, en una bolsa negra, el cuerpo que buscaba.
Una camioneta blanca se estaciona en las cercanías. A diferencia de otros coches en el camino a Antakya, no es utilizado para transportar ayuda. Este transporta cuerpos no identificados. “Casi 70% de los cuerpos aquí son anónimos”, señaló Kayserili. Los que no son recuperados después de 24 horas son cargados en la camioneta y terminan en fosas comunes. “Podemos cargar 50 cadáveres”, afirma Kayserili. “Podríamos cargar más pero no queremos amontonarlos”, agrega con sobria tristeza.
El frío amenaza a los supervivientes
En la ciudad turca de Gaziantep, golpeada por el sismo, las temperaturas cayeron el jueves a -5 ºC en la mañana. A pesar del frío, miles de familias, que perdieron su vivienda, no pueden volver a ella o temerosas de nuevas réplicas, viven en vehículos o tiendas improvisadas. Para mitigar el frío en sus tiendas, los padres pasean con sus hijos en brazos y cubiertos en mantas por las calles de esta ciudad del sureste, cercana al epicentro del sismo del lunes, que causó en Turquía y Siria más de 16.000 muertos.
“Cuando nos sentamos, duele. Me da miedo por la gente atrapada bajo los escombros”, dijo Melek Halici, con su hija de dos años en brazos, que observa a los equipos de rescate trabajar durante la noche. “Terminaremos yendo a la tienda, pero no quiero”, añade la mujer. “No soporto el frío, pero lo soporto más que la idea de volver a nuestro apartamento”, explica. Las autoridades de la ciudad prohibieron a miles de habitantes volver a sus casas, juzgadas todavía demasiado peligrosas por las réplicas que sacuden a diario la región.
“No podemos volver a casa”
Alrededor de la familia Halici, el humo de decenas de hogueras colma el aire de la noche. Supermercados y otros comercios dan a las familias palés de madera para quemar. Entre los supervivientes, algunos encontraron refugio en casas de vecinos o familiares. Otros dejaron la región. Pero muchos no tienen ningún sitio adónde ir.
Gimnasios, mezquitas, escuelas y otras tiendas los acogen por la noche. Sin embargo, hay pocas camas y miles de personas pasan las noches encajadas dentro de vehículo, con el motor en marcha para dar un poco más de calor. “No tengo otra opción”, reconoce Suleyman Yanik, sentado en su vehículo al lado de un niño que juega con el volante. Su mujer y otro niño duermen en el asiento trasero.
“El olor es terrible, pero no podemos volver a casa”, dice. Burhan Cagdas duerme en su vehículo desde el lunes porque su familia no está “psicológicamente” preparada para volver a su casa. ¿Cuántas noches más pasarán así? Este gerente de restaurante todavía no lo sabe, pero no cree que la familia aguante mucho más.
Muchos refunfuñan de la gestión de las tareas de rescate por parte del gobierno. En una visita el miércoles a la región, el presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció “deficiencias”, pero insistió que “es imposible estar preparado” ante una catástrofe de esta magnitud.
“Nuestros niños están congelados”
Cerca de un castillo del siglo VI, muy dañado por el sismo, unas familias desamparadas aseguran que las autoridades no hicieron nada por ellas. Se construyeron refugios improvisados con lonas y maderas lanzadas por otros. “Al menos podrían habernos dado tiendas”, dice Ahmet Huseyin.
“Nuestros niños están congelados”, añade este padre de cinco niños, de 40 años. “Tuvimos que quemar los bancos del parque e incluso algunas prendas de los niños. No había nada más”, asegura. Para Emel Osman, un adolescente de 14 años cuya familia huyó de Siria hacia Turquía hace siete años, las autoridades deberían haber instalado tiendas, “al menos para los niños”. Aunque las piedras del castillo penden amenazantes de caer sobre sus refugios, estas familias aseguran que tampoco pueden elegir, porque no tienen coche ni otro cobijo.
Twitter, inaccesible en Turquía
Twitter se volvió inaccesible en las principales redes de telefonía móvil de Turquía el miércoles, con el telón de fondo de la multiplicación de las críticas en línea respecto a la respuesta del gobierno al terremoto de esta semana. Los periodistas de AFP no pudieron acceder a esta red social en Turquía. En cambio, la aplicación funcionaba si se usaban servicios de VPN, que camuflan la ubicación del dispositivo.
El propietario de la red social, Elon Musk, indicó el miércoles que “Twitter ha sido informado por el gobierno turco que el acceso se restituirá pronto”. El organismo de supervisión de la gobernanza de internet netblocks.org señaló que el acceso a Twitter está restringido a través de “varios proveedores de servicios de internet en Turquía”.
“Turquía tiene una larga historia de restricciones a las redes sociales en emergencias nacionales e incidentes de seguridad”, agregó el organismo. El bloqueo se produjo cuando el presidente turco Recep Tayyip Erdogan viajaba a dos de las provincias turcas más afectadas, en particular a Kahramanmaras, epicentro del terremoto.
La policía turca arrestó a 18 personas desde el terremoto del lunes por publicar en las redes sociales críticas sobre la forma en que el gobierno estaba manejando la catástrofe. Las redes sociales turcas están inundadas de mensajes de personas que se quejan de la falta de esfuerzos de rescate y búsqueda de las víctimas en sus zonas, especialmente en Hatay. Los funcionarios turcos no hicieron ninguna declaración inmediata sobre la interrupción del servicio.
Fuente: AFP.
Condenado a muerte por asesinato cuádruple será ejecutado el martes en EEUU
El estado de Misuri, en el centro de Estados Unidos, prevé ejecutar este martes a un hombre condenado a muerte por un asesinato cuádruple en 2004, que él niega.
Leonard Taylor, un afroestadounidense de 58 años, debe recibir una inyección letal en la penitenciaría de Potosi, unos 100 kilómetros al sur de la ciudad de St. Louis.
Fue condenado a muerte en 2008 por los asesinatos de su novia Angela Rowe y los tres hijos de ella, de 10, 6 y 5 años.
Fueron encontrados muertos en su casa, cada uno con un disparo en la cabeza, el 3 de diciembre de 2004. Según los médicos forenses, llevaban muertos unos días.
Taylor siempre ha sostenido que aún estaban vivos el 26 de noviembre, cuando salió de la casa, ubicada en Jennings, Misuri, para tomar un vuelo a California, en la costa oeste del país.
Durante el juicio, los fiscales aseguraron que Taylor había confesado los asesinatos a su hermano e hizo desaparecer su arma frente a un testigo.
Los jurados lo declararon culpable. Desde entonces, interpuso numerosos recursos para ser absuelto, todos sin éxito. También el lunes, el gobernador de Misuri, Mike Parson, rechazó su pedido de clemencia.
“La evidencia muestra que Taylor cometió estas atrocidades, un jurado lo declaró culpable y todos los tribunales confirmaron la sentencia”, dijo el gobernador republicano en un comunicado.
The Innocence Project, una oenegé que lucha contra los errores judiciales y defiende a Taylor, asegura sin embargo que el testimonio del hermano se obtuvo bajo coacción y que luego se retractó.
Los abogados de Taylor presentaron recientemente un testimonio de su hija que asegura que estaba en California con ella en el momento de los asesinatos, sin lograr que se reabriera el caso.
El martes presentaron una apelación final ante la Corte Suprema de Estados Unidos, que debe decidir rápidamente.
Si no se suspende la ejecución, Taylor será el quinto condenado a muerte ejecutado desde el 1 de enero en Estados Unidos.
Leonard Taylor, un afroestadounidense de 58 años, debe recibir una inyección letal en la penitenciaría de Potosi, unos 100 kilómetros al sur de la ciudad de St. Louis.
Fue condenado a muerte en 2008 por los asesinatos de su novia Angela Rowe y los tres hijos de ella, de 10, 6 y 5 años.
Fueron encontrados muertos en su casa, cada uno con un disparo en la cabeza, el 3 de diciembre de 2004. Según los médicos forenses, llevaban muertos unos días.
Taylor siempre ha sostenido que aún estaban vivos el 26 de noviembre, cuando salió de la casa, ubicada en Jennings, Misuri, para tomar un vuelo a California, en la costa oeste del país.
Durante el juicio, los fiscales aseguraron que Taylor había confesado los asesinatos a su hermano e hizo desaparecer su arma frente a un testigo.
Los jurados lo declararon culpable. Desde entonces, interpuso numerosos recursos para ser absuelto, todos sin éxito. También el lunes, el gobernador de Misuri, Mike Parson, rechazó su pedido de clemencia.
“La evidencia muestra que Taylor cometió estas atrocidades, un jurado lo declaró culpable y todos los tribunales confirmaron la sentencia”, dijo el gobernador republicano en un comunicado.
The Innocence Project, una oenegé que lucha contra los errores judiciales y defiende a Taylor, asegura sin embargo que el testimonio del hermano se obtuvo bajo coacción y que luego se retractó.
Los abogados de Taylor presentaron recientemente un testimonio de su hija que asegura que estaba en California con ella en el momento de los asesinatos, sin lograr que se reabriera el caso.
El martes presentaron una apelación final ante la Corte Suprema de Estados Unidos, que debe decidir rápidamente.
Si no se suspende la ejecución, Taylor será el quinto condenado a muerte ejecutado desde el 1 de enero en Estados Unidos.
Fuente: AFP
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