Una familia latina ha sufrido una doble tragedia, luego que ayer falleció Marcela Franco, quien resultó herida en el tiroteo ocurrido el pasado viernes en el Colegio de Santa Mónica (SMC). Franco, de 26 años, iba de pasajero en la camioneta Ford Explorer de su padre, Carlos Navarro Franco, también muerto en la balacera. Con su muerte aumentan a cinco las víctimas fatales del incidente.
Carlos, de 68 años y oriundo de México, se desempeñaba como jardinero en la universidad y murió durante el tiroteo. Aunque Carlos no era de los que dejaban mensajes de amor a su esposa, logró decirle, antes de morir, cuánto la amaba.
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"Cuando Carlos ya estaba saliendo de la universidad, con Marcela, llamó a Letty, su esposa, y le dijo 'voy un poco tarde pero quiero que sepas que te amo'. Él no hace eso y nunca supimos más de él", dijo Margaret Quiñones-Pérez, concuña de Leticia Franco, esposa de Carlos, durante una conferencia de prensa que ofreció anoche la familia para dar a conocer cómo están luchando con el hecho de haber perdido dos seres queridos en un mismo incidente. "Ella (Leticia), solo escuchó el mensaje cuando estábamos en el hospital, esperando a que mejorara Marcela", dijo Quiñones-Pérez.
Durante la conferencia, en la que también estuvieron presentes la única hija que le queda a la familia, Leticia, el novio de Marcela, Ryan Payne, Quiñones-Pérez señaló que ellos querían que todos supieran que eran una "familia, no víctimas o ese carro que ha sido mostrado lleno de balas. Somos una familia en donde todos se aman y se respetan unos a los otros", dijo.
Quiñones-Pérez destacó lo trabajador que era Carlos, quien aún mantenía su puesto a pesar de haber pasado la edad de la jubilación. "Su orgullo como hombre latino era el poder cuidar de su hijo e hijas y amar a su esposa".
Asimismo, enfatizó que Marcela estaba a punto de graduarse con un título en Psicología de Cal State Dominguez Hills. "Ella quería ser una excelente psicólogo clínica", dijo, añadiendo que "ella era una persona radiante, hermosa y amaba a la gente. Amaba a su padre y su madre".
Una de las decisiones más difíciles de la familia, de acuerdo con Quiñones-Pérez, fue desconectar a Marcela del soporte vital. "Ella dio su último suspiro esta mañana [domingo]. La vamos a extrañar", dijo, tratando de contener las lágrimas. "Este mundo va a extrañar a Carlos Franco y a Marcela Franco, quienes eran personas amorosas y comprometidas", dijo, añadiendo que, aunque siente encontrarse en un agujero que nunca podrá ser llenado, "la mejor bendición es que el papá y la hija murieron juntos".
Es la segunda vez en dos años que la tragedia golpea a la familia, ya que el 16 de julio de 2011, su hijo Juan Carlos murió en un accidente de tránsito durante el cierre de la autopista 405.
Aunque la Fundación de SMC colaborará con los gastos del funeral, la familia esta aceptando ayuda del público para sufragarlos. Leticia Franco es maestra de pre kínder en el Centro de Niños San Juan, pero el mayor ingreso provenía del trabajo de Carlos.
Más vigilancia
El Departamento de Policía de SMC ha decidido redoblar la vigilancia en el campus hasta nuevo aviso. "Mañana [hoy], a partir de las 7 de la mañana, tendremos un intenso patrullaje policial en el campus principal que continuará hasta próximo aviso", dijo Albert Vásquez, jefe de dicha fuerza del orden.
Vásquez añadió que también habrá un servicio de escolta disponible durante el día de hoy, hasta las 11:00 de la noche, y que seguirán adelante con la graduación programada para el martes en la tarde. "Pedimos a todos los estudiantes que asistan, aun cuando no se estén graduando, para que participen en una vigilia que ayudará con el proceso de sanación y volver a nuestra misión que es la de educar estudiantes", dijo.
Las autoridades policiales del Colegio continuarán trabajando con el departamento de policía de Santa Mónica y otros organismos "para mantener a Santa Mónica como una comunidad segura. Queremos mostrarles a nuestros estudiantes que la seguridad es nuestra primera prioridad", agregó Vásquez.
Aunque tres de las víctimas murieron en el campus, Vásquez dijo que su departamento no cataloga el incidente como un tiroteo escolar.
Vásquez destacó que también revisaran las "políticas y procedimientos de seguridad pero, en estos momentos, es algo que acaba de ocurrir y nos estamos moviendo tan rápido como podemos", dijo.
Las actividades fueron suspendidas después del incidente y se espera que hoy regresen los estudiantes que no pudieron tomar su examen final que debieron tener lugar el viernes. "Reconocemos que esta es una situación de emergencia y que los estudiantes tienen todo el derecho de estar preocupados", dijo Vásquez, refiriéndose a la inquietud de los estudiantes con respecto a su seguridad.
Vásquez también destacó que se estaban ofreciendo servicios de terapia a los estudiantes para ayudarlos a comprender las consecuencias de esta tragedia.
"Los estudiantes nos pidieron que organizáramos una reunión en la comunidad universitaria para reunirse, compartir y recibir apoyo". Las sesiones se llevaron a cabo en el Bundy Campus, congregando numerosos estudiantes durante el fin de semana en que se llevó a cabo. De acuerdo con Vásquez, la última sesión culminaría ayer a las seis de la tarde pero los estudiantes continuarán recibiendo terapia en el campus principal durante toda la semana, desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde.
FuenteUnivision