China continúa la conquista discreta del espacio. Un cohete con tres astronautas -uno de ellos, mujer- ha sido lanzado con éxito esta tarde desde la base de Jiuquan, en el desierto de Gobi, para llevar a cabo la quinta y más larga misión tripulada de la historia espacial del país asiático.
La nave Shenzhou 10 ha sido lanzada, según lo previsto, a las 5.38 horas (seis horas menos en la España peninsular) a bordo de un cohete Larga Marcha 2F. Tras haber entrado en órbita, está previsto que se acople con el laboratorio espacial de pruebas Tiangong 1 (Palacio Celestial 1), en el cual los tripulantes llevarán a cabo una serie de experimentos. Tiangong 1 funciona como prototipo de una estación espacial mucho mayor que, según los planes, será lanzada en 2020.
El primer ejercicio de acoplamiento con el laboratorio espacial en una misión tripulada tuvo lugar en junio del año pasado. Supuso un hito clave en el proceso de adquisición de la tecnología y la capacidad logística necesarias para gestionar una estación espacial completa, capaz de albergar a gente durante largos periodos de tiempo.
La misión iniciada hoy durará 15 días, de los cuales Shenzhou (Nave Divina) pasará 12 conectada al laboratorio. Desde allí, los tripulantes acercarán la conquista del espacio a la población, mediante una serie de clases y charlas a estudiantes, en la línea de las dictadas por el astronauta canadiense Chris Hadfields, cuyos vídeos desde la Estación Espacial Internacional han tenido gran éxito en Youtube.
La tripulación china está compuesta por el comandante Nie Haisheng -que efectúa su segunda misión al espacio-, Zhang Xiaoguang y Wang Yaping, la segunda astronauta China en ser colocada en órbita.
El programa espacial chino es motivo de orgullo nacional. Las imágenes del lanzamiento han sido emitidas en directo por la televisión, donde el presidente chino, Xi Jinping, ha sido mostrado deseando un viaje exitoso a la tripulación. "Habéis hecho a los chinos sentirse orgullosos de sí mismos", ha dicho Xi. "Os habéis entrenado y os habéis preparado con mucho cuidado y de forma concienzuda, así que confío en que completaréis la misión con éxito. Os deseo éxito y quedo a la espera de vuestro regreso triunfante". Se trata de la quinta misión tripulada que lleva a cabo China desde la que realizó por primera vez en 2003.
El programa espacial refleja el rápido progreso económico y tecnológico que ha experimentado el país en las últimas décadas, y el deseo de las autoridades de situar a China entre las grandes potencias del mundo en todos los campos. China forma parte, junto con Estados Unidos y Rusia, del grupo de los tres únicos países que han enviado misiones tripuladas propias al espacio.
Algunos ciudadanos chinos, sin embargo, han criticado en las redes sociales al Gobierno y han defendido que en lugar de gastar tanto dinero en la exploración del espacio debería utilizarlo en garantizar la seguridad alimentaria, resolver los graves problemas de contaminación o mejorar la seguridad en las fábricas para evitar incendios como el que se produjo la semana pasada en un matadero avícola en la provincia nororiental de Jilin, en el que murieron 120 personas.
El programa espacial ha recorrido un gran camino desde que Mao Zedong, fundador del República Popular China en 1949, lamentara que el país no era capaz de lanzar ni una patata al espacio. Pekín prevé llevar a cabo un alunizaje no tripulado y colocar un vehículo robotizado en la luna; y los científicos han planteado la posibilidad de enviar un ser humano a la luna, aunque no antes de 2020.
Pekín está lejos aún de contar con un conocimiento espacial del nivel de los de Estados Unidos o Rusia, que dominan desde hace décadas las técnicas de acoplamiento que ahora está ensayando China. Pero el país asiático trabaja a largo plazo y continúa invirtiendo dinero en este campo mientras las superpotencias espaciales sufren restricciones presupuestarias y cambios de prioridades, que han afectado, por ejemplo en Estados Unidos, a los lanzamientos de misiones tripuladas.
Fuente: El paìs