Castro, de 52 años, se presentó ante el tribunal vestido con el habitual uniforme naranja utilizado en las prisiones de Estados Unidos, las manos y los tobillos encadenados y mantuvo todo el tiempo su cabeza baja, sin mirar siquiera a sus abogados. Sólo se limitó a negar su responsabilidad en los delitos que se le imputan, violación, secuestro y homicidio agravado, en particular por provocar un aborto a una de las mujeres.
La acusación formal de 329 cargos presentada el viernes pasado sólo cubre el período comprendido entre agosto de 2002, cuando desapareció la primera de las mujeres, y febrero de 2007. Pero podrían presentarse más.
El acusado podría ser condenado a la pena de muerte de ser hallado culpable de homicidio agravado, considerado un delito capital en Ohio si ocurre en el marco de un secuestro. El fiscal Timothy McGinty ya anunció su intención de solicitar el castigo máximo.
Pero los abogados de Castro sostienen que no hay suficientes pruebas "médico legales" para demostrar que su cliente es culpable de haber terminado con esos embarazos.
"Esperamos poder llegar a un acuerdo para no tener un juicio innecesario de homicidio agravado y pena de muerte", afirmó el defensor, Craig Weintraub”. Y añadió: "Somos muy sensibles a la tensión e impacto emocional que un juicio tendría sobre las mujeres, sus familias y la comunidad".
El ex chofer fue detenido a principios de mayo, después de que una de sus víctimas, Amanda Berry, de 27 años, lograra escapar de la casa donde estuvo recluida junto a otras dos mujeres, Michelle Knight, de 32 años, y Gina DeJesus, de 23. Con ellas vivía también la hija de Berry, Jocelyn, de seis años. Las pruebas de ADN confirmaron que Castro era el papá de la nena, nacida en cautiverio.
Fuente: Clarin.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario