En lugar de eso, funcionarios y legisladores estadounidenses pasaron horas justificando públicamente los programas de vigilancia de líneas telefónicas y de internet como herramientas de seguridad vitales y criticaron la decisión de Snowden de filtrar los detalles de estas operaciones a los medios.
El general Keith Alexander, jefe de la NSA, dijo que Snowden había infligido un daño "irreversible y significativo" a la seguridad nacional.
"Creo que nos perjudicará a nosotros y a nuestros aliados", dijo Alexander al panel de la Cámara baja, que supervisa las labores de vigilancia y espionaje del Gobierno.
La divulgación de los programas por parte de Snowden desató un escándalo político sobre el equilibrio entre derechos de privacidad y protección de la seguridad nacional, pero el presidente Barack Obama y los líderes del Congreso de ambos partidos han apoyado las operaciones y no han emergido iniciativas de peso para suspenderlas.
Aunque críticos consideran que la vigilancia se basa en una autoridad excesiva del Gobierno sin supervisión independiente, los remedios legislativos propuestos hasta ahora se han centrado en hacer más estrictas las normas para los empleados externos de las agencias estatales y transparentar las labores de la corte secreta que aprueba las órdenes de búsqueda mediante espionaje.
Alexander dijo a la comisión que los trabajos de vigilancia eran legales y cruciales para los estadounidenses, y que estaban siendo supervisados de cerca.
"Preferiría estar aquí hoy debatiendo este punto más que intentando explicar cómo hemos podido evitar otro 11 de septiembre", expresó al comité, en su segunda aparición pública ante el Congreso desde que se conoció la existencia de los programas.
"En los últimos años, estos programas, junto con otra inteligencia, han protegido a Estados Unidos y a nuestros aliados de amenazas terroristas en todo el mundo, incluyendo ayudar a impedir (...) potenciales eventos terroristas más de 50 veces desde el 11 de septiembre", dijo.
ATAQUES CON BOMBA FRUSTRADOS
Las autoridades revelaron la semana pasada dos de esos ataques potenciales: un plan en 2009 para colocar una bomba en el periódico danés que publicó caricaturas del profeta Mahoma y un complot de insurgentes islamistas para colocar explosivos en el subterráneo de Nueva York ese mismo año.
Miembros del comité dijeron que llevaban a cabo la audiencia para dejar en claro cómo operaban esos programas y su importancia para la seguridad nacional.
Dutch Ruppersberger, el legislador demócrata de más alto rango en el comité, dijo que las filtraciones "ponen a nuestro país y a nuestros aliados en peligro al dar a los terroristas una buena visión del libro de estrategias que usamos para proteger nuestro país. Los terroristas conocen ahora muchas de nuestras fuentes y métodos".
El presidente del panel, el republicano Mike Rogers, defendió a la NSA. "La gente de la NSA en particular ha estado escuchando constantemente una larga lista de cosas malas que supuestamente ha hecho para espiar a los estadounidenses, todas ellas equivocadas", dijo.
Snowden, un ex empleado de la contratista del Gobierno Booz Allen Hamilton que trabajó en instalaciones de la NSA en Hawái, defendió el lunes sus acciones en un foro en internet y prometió dar más detalles sobre el grado de acceso que tenía la agencia.
Se cree que Snowden está escondido en Hong Kong, mientras el Departamento de Justicia de Estados Unidos realiza una investigación penal sobre las filtraciones.
Fuente: Reuters/ lta.reuters.com
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