Partió su reflexión del pasaje bíblico en el cual Jesús indica la diferencia entre los escribas y fariseos, que se mostraban en público cuando daban limosna, rezaban o ayunaban, con la justa actitud a asumir: el secreto y la discreción.
"Pensemos en la hipocresía en la Iglesia, ¡cuánto mal nos hace a todos! El hipócrita no sabe qué cosa es la alegría, no sabe qué es la amplitud, no sabe qué es la magnanimidad", dijo en italiano.
Insistió que esas personas no conocen la bondad, pero son fanáticos de la ética: dicen que se debe hacer esto y aquello, llenan de preceptos a los demás pero sin bondad.
Según Jorge Mario Bergoglio, existe otro tipo de hipócritas, aquellos que se aprovechan de lo sagrado. Precisó que quienes viven con hipocresía su relación con Dios "están muy cerca de pecar contra el espíritu santo" y "son pequeños, viles".
"Los que usan tantos ornamentos, tantas cosas, para hacerse ver como majestuosos, perfectos, no tienen sentido de la belleza, llegan sólo a una belleza de museo. Estos son los hipócritas a los cuales Jesús reclamaba tanto", apuntó.
En contraparte puso como ejemplo al publicano de la Biblica, el cual rezaba diciendo: "¡Ten piedad de mi, señor, que soy un pecador!".
"Esta es la oración que debemos hacer todos los días, en la conciencia que somos pecadores, pero con pecados concretos, no teóricos. Esta oración nos ayudará a recorrer el camino contrario a la hipocresía, tentación que todos tenemos", afirmó.
Fuente: cronica.com.mx
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