La región está sumida en la "incertidumbre y desaceleración. Llevamos cinco años de desaceleración económica, esto es un tema de enorme preocupación", advirtió la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, al presentar el informe en Santiago, sede del organismos técnico de las Naciones Unidas.
El colapso de la economía venezolana -que sufriría una baja de 23%- empuja el desplome de la región. Sumido en una profunda crisis política, el país caribeño arrastrará el desempeño de América del Sur, que también sufrirá por el retroceso de 1,8% previsto para Argentina, según detalla el informe.
Una fuerte caída en los precios de los commodities -motor de las economías latinoamericas- y el bajo dinamismo del mercado interno empujan fuertemente a la baja las economías de la región, que en 2018 cerró con una expansión de 0,9%.
"A diferencia de años anteriores, en 2019 la desaceleración será generalizada y afectará a 21 de los 33 países de América Latina y el Caribe. En promedio, se espera que América del Sur crezca 0,2%, América Central 2,9% y el Caribe 2,1%", señala el reporte de Cepal.
Más allá del retroceso de Argentina y Venezuela, el gigante sudamericano Brasil cerraría el año con una débil expansión de 0,8%, lejos del dinamismo que muestran las economías de Perú, Colombia y Chile, con avances de 3,2%, 3,1% y 2,8%, respectivamente.
Venezuela, crisis eterna
En una región con espacio fiscal restringido, con niveles de ingresos insuficientes para cubrir el gasto público, la profunda crisis de Venezuela -uno de los grandes de la región- cala hondo y explica gran parte del deterioro latinoamericano.
La econompia venezolana enfrenta su sexto año de contracción con hiperinflación, debido a que le "está pegando muy fuerte todo el tema de las sanciones, restricciones y sus efectos sobre el comercio exterior", con exportaciones que han caído "brutalmente", comentó Bárcena.
Parte de la comunidad internacional, en especial el gobierno estadounidense de Donald Trump, han impuesto sanciones contra el Ejecutivo liderado por Nicolás Maduro, que sigue en el poder en medio del creciente deterioro económico y social que en los últimos años provocó la salida del país de unos 3,3 millones de personas.
Malas noticias para Argentina y Brasil
Más al sur, Argentina sigue de capa caída y cerraría el año con una contracción de 1,8%.
"Hay una incertidumbre por las próximas elecciones presidenciales", que a fin de año decidirán si el derechista Mauricio Macri sigue en el poder o entrega el gobierno a la izquierda, advirtió Bárcena.
Cepal espera que la inflación se desacelere en Argentina en los próximos meses, pero sin dejar de tener un nivel elevado que afecta la estabilidad a mediano plazo.
Menos golpeado, pero en retroceso y con una expansión prevista para este año de apenas 0,8% aparece el gigante Brasil. La caída en las inversiones, en especial en sector minero, y la crisis de su vecino Argentina complican el plan económico de su nuevo presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
En América del Norte destaca la tibia expansión de México (1,0%), inmersa en una relación conflictiva con Estados Unidos y cambios estructurales en su matriz energética, lanzados en el primer año del gobierno de Andrés López Obrador que la Cepal sigue de cerca.
Para la secretaria de Cepal es probable que la economía mexicana retome su fuerza en los próximos meses.
Asimismo, Bárcena mostró optimismo ante la posible baja en las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos. Una gota de optimismo en medio de un escenario de la economía regional que la funcionaria calificó de “muy mediocre”, con excepción de América Central que crecerá 2,9% gracias a la fuerza de las remesas.
Paraguay
En 2018 el crecimiento del PIB del Paraguay fue del 3,7%, menor al esperado e inferior al registrado en 2017 (5%). Para 2019 se prevé un crecimiento moderado y cercano al 1,6%.
En el primer trimestre del año la economía se vio afectada por fuertes lluvias que provocaron inundaciones y desplazados tanto en el interior como en la capital del país. Esta situación repercutió tanto en la producción agrícola y ganadera como en el sector de la construcción.
Si bien la depreciación del tipo de cambio podría incidir positivamente en las exportaciones, no se espera una mejora sustancial de la cuenta corriente, debido a la caída del precio internacional de la soja y al escaso dinamismo que exhiben los principales socios comerciales.