La presidenta Tsai Ing-wen, en el cargo desde 2016, aspira a un segundo mandato, frente a su principal rival, Han Kuo-yu.
Estos dos candidatos tienen visiones divergentes sobre el futuro de la isla y de sus relaciones con Pekín, principal socio comercial.
Taiwán, que tiene su propia moneda, bandera, ejército, diplomacia y gobierno está de hecho separada políticamente de China desde hace 70 años. Pero solamente un puñado cada vez menor de países reconoce a la isla como país independiente.
“Democracia más fuerte”
Tsai, que se distancia del autoritarismo de Pekín, dijo al votar que espera que con su voto los electores "hagan la democracia taiwanesa más fuerte".
Por su lado, Han, favorable a estrechar relaciones con Pekín, no hizo comentarios al emitir su voto en Kaohsiung, segunda mayor ciudad de la isla, de la que es alcalde.
Otro conservador también está en liza: James Soong, de 77 años, y presidente de un movimiento favorable a Pekín, el Partido del Pueblo Primero.
China considera a Taiwán como una de sus provincias y ha jurado que volvería a controlar un día este territorio, incluso por la fuerza si fuera necesario.
La presidenta Tsai Ing-wen se presenta como la garante de los valores democráticos frente al autoritarismo del poder comunista en Pekín de Xi Jinping, y rechaza el principio de unidad de la isla y del continente en el seno de una misma China.
Presiones económicas
China ha roto todas las comunicaciones con el gobierno de Tsai, intensificando las presiones económicas y los ejercicios militares.
En cambio, su principal adversario Han Kuo-yu, asegura que Taiwan puede beneficiarse económicamente si existen mejores relaciones con el gobierno chino.
Pese a que los sondeos están prohibidos en la isla desde hace 10 días, la presidenta Tsai parece tener una amplia ventaja sobre su adversario, pues capitaliza los temores que suscita China en la isla.
En efecto, el año pasado, Xi Jinping pronunció un discurso particularmente belicoso en el que calificó de "inevitable" la asimilación de Taiwán a la madre patria.
"Necesitamos a una presidenta que pueda defender la libertad y la democracia" afirmó a la AFP Vicky Hsiao, una mujer de 37 años que votó por Tsai Ing-wen.
"Taiwán es un país independiente y no pertenece a nadie", agregó la mujer, en alusión a China.
Turistas de Hong Kong
Los taiwaneses también han observado con preocupación las negativas de Pekín a acceder a las demandas prodemocracia en Hong Kong, excolonia británica devuelta a China en 1997.
Y los propios turistas hongkoneses han descubierto en Taiwán que esta elección presidencial se celebra aquí mediante sufragio universal, algo que China les rehúsa en su propio territorio.
"Tengo la impresión de que hay esperanza aquí" en Taiwán, afirma a la AFP Karen Leung, una turista hongkonesa de 26 años.
"En Hong Kong estamos desesperados porque sentimos la llegada del Partido Comunista", con su creciente injerencia en los asuntos del territorio semiautónomo, se lamenta Leung.
"Taiwán tiene su libertad, y le hace frente a China" agrega.
"Hoy Hong Kong, mañana Taiwán" es un eslogan utilizado a menudo por el Partido Democrático Progresista (PDP) de la presidenta saliente, Tsai Ing-wen.
De alguna manera, el movimiento de protesta "ha acercado" a la excolonia británica y a Taiwán, dice a la AFP Ivy, de 36 años, una hongkonesa que trabaja en el ámbito social.
Los colegios electorales taiwaneses cerraron a las 16H00 locales (08H00 GMT) y los resultados serán conocidos por la noche.