De acuerdo con la nueva confianza que China tiene en sí misma, el país volverá a aumentar notablemente el presupuesto militar. No obstante, Pekín también puede demostrar su fuerza de otra manera, cree Alexander Freund.
China aún no posee la fuerza militar de una superpotencia. Hasta ahora, Pekín solo tiene el poder económico para hacerse escuchar en el mundo, y no se ha entrometido militarmente en los grandes conflictos. Sin embargo, eso podría cambiar, puesto que China se muestra cada vez más segura de sí misma, por no decir, cada vez más agresiva. Ahora planea aumentar notablemente su presupuesto de Defensa. Si bien es una suma menor que en 2014, desde hace años el país asiático invierte enormes cantidades en la modernización de sus FF. AA., algo que no solo preocupa a los países vecinos.
Rumbo a una potencia militar
Con 2,1 millones de soldados, China posee, en términos numéricos, las mayores FF. AA. del mundo, la Fuerza Aérea más poderosa de Asia y también tiene en su poder misiles nucleares intercontinentales que podrían llegar hasta EE. UU. No obstante, desde hace tiempo, Pekín no solo busca defender el país, sino también sus intereses. Por ello, China invertirá sobre todo en armas ofensivas, a fin de poder solucionar rápidamente conflictos regionales. Por ejemplo, invertirá en portaaviones, puesto que el país asiático hasta ahora solo cuenta con uno.
Entre defensa de intereses y agresiones
Rumbo a una potencia militar
Con 2,1 millones de soldados, China posee, en términos numéricos, las mayores FF. AA. del mundo, la Fuerza Aérea más poderosa de Asia y también tiene en su poder misiles nucleares intercontinentales que podrían llegar hasta EE. UU. No obstante, desde hace tiempo, Pekín no solo busca defender el país, sino también sus intereses. Por ello, China invertirá sobre todo en armas ofensivas, a fin de poder solucionar rápidamente conflictos regionales. Por ejemplo, invertirá en portaaviones, puesto que el país asiático hasta ahora solo cuenta con uno.
Claro que se podría argumentar que los chinos están en su derecho de buscar un lugar entre las potencias bélicas. Después de todo, países como EE. UU. y Rusia han impuesto militarmente sus intereses más de una vez.En Asia, existe suficiente potencial conflictivo. Sobre todo las disputas territoriales en torno a islas, que en su mayoría están deshabitadas, avivan las llamas del nacionalismo.No obstante, bajo la misma lógica, países en toda Asia se están rearmando. Esto no solo tiene que ver con el comercio mundial globalizado a través de las rutas marítimas asiáticas, sino con una creciente desconfianza y disposición en Asia a resolver los conflictos de forma militar. Esto podría acabar en la catástrofe, y las repercusiones se sentirían en todo el mundo. Aparte de China, también India, Japón, Filipinas, Indonesia y Vietnam se están rearmando.
Entre defensa de intereses y agresiones
A nivel de política de seguridad, China adoptará una nueva posición. Así, por ejemplo, una nueva ley “antiterrorista” permitirá al país intervenir militarmente en el extranjero, en caso de que sus ciudadanos o intereses se vean amenazados.
Sin embargo, el hecho de que Pekín quiera aumentar su presupuesto militar no significa que realmente se esté armando para una guerra. Aún queda tiempo para evitar los errores del pasado. En la mayoría de los países asiáticos, el desarrollo económico juega un papel más importante que las disputas territoriales. Estrechas relaciones comerciales impedirán escaladas y fortalecerán una cooperación basada en la confianza. Además, la prosperidad económica genera bienestar. Mientras más personas se beneficien del auge económico, menos oportunidades tendrán las fuerzas nacionalistas.
dw.de
Sin embargo, el hecho de que Pekín quiera aumentar su presupuesto militar no significa que realmente se esté armando para una guerra. Aún queda tiempo para evitar los errores del pasado. En la mayoría de los países asiáticos, el desarrollo económico juega un papel más importante que las disputas territoriales. Estrechas relaciones comerciales impedirán escaladas y fortalecerán una cooperación basada en la confianza. Además, la prosperidad económica genera bienestar. Mientras más personas se beneficien del auge económico, menos oportunidades tendrán las fuerzas nacionalistas.
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