Parece que no tenemos más remedio que repetirnos y es que el FMI lejos de evolucionar, aprender y proponer nuevas políticas, sigue enquistado en sus planteamientos y da igual la crisis, el tiempo, el lugar, los avances científicos, que allí donde van predican las mismas sagradas escrituras que consisten en bajar salarios, recortes de servicios públicos y privatizaciones.
Esta vez sorprende que en agosto revise sus previsiones a largo plazo hechas en el mes de abril, diciendo que el panorama a la vista es aún peor en verano que el que describían en primavera. Y eso tras los aplaudidos recortes en el decrépito estado de bienestar (educación, sanidad, pensiones, aumento del IVA, mercado de trabajo…) terminan por decir que el enfermo empeora y lo que proponen en lugar de un cambio de rumbo inminente es bajar más los salarios para ver si así se crea empleo.
La verdad que el Fondo tiene una visión muy marxista de la economía donde la principal manera que tiene el empresario de aumentar su beneficio es a costa de explotar más a sus subordinados, en lugar de preguntarse por qué en la eurozona existen países donde el salario medio es el doble que en España y mantienen tasas de paro inferiores al 10%, por qué en esos países el gasto público como porcentaje del PIB es mayor que en España, por qué tienen una estructura económica con un mayor desarrollo tecnológico e industrial, mientras que aquí se apostó por enterrar la política industrial y nuestra tecnología puntera consiste en dirigir estratégicamente los rayos solares hacia las playas del mediterráneo.
Esto no lo dice su informe y no lo dice porque llamarlo informe es atentar contra las personas que realizan un trabajo serio, arduo y complicado que consiste en estudiar la complejidad de la realidad para a continuación poder decir algo útil y pertinente, por ello mismo y porque dentro de cinco meses ustedes repetirán como loros que hay que profundizar más en las mismas medidas que no sirven (aumentar el IVA, abaratar el despido, recortar los salarios, bajar las pensiones, descentralizar la negociación colectiva, desvincular salarios de la inflación, recortar el gasto público…) por ello concluimos que ustedes no hacen informes, hacen panfletos políticos de los malos.
En este marco aparentemente tan economicista y aséptico políticamente, se pide aumentar la competitividad y la productividad de la economía española, pero parece que en este terreno los empresarios españoles no pintan nada ya que nunca se les menciona como posibles agentes de cambio de estas dos variables, a través, por ejemplo, del aumento de la inversión en tecnología y capital humano, para mencionar solamente la vía más obvia.
Sin estudiar la realidad concreta de las empresas que operan en el territorio y tener un plan estratégico acerca de qué actividades se deberían potenciar, con qué medios, calendario, etc. (lo que es sinónimo de tener la voluntad y capacidad intelectual de diseñar e implementar una política industrial), todo “ajuste” ha de pasar necesariamente por los salarios en un brindis al conservadurismo económico apoyado por el rancio conservadurismo de la derecha europea que está agudizando la depresión y sus muchas veces trágicas consecuencias para la gente que no va en jet privado y no habita viviendas de lujo en urbanizaciones exclusivas.
Si miramos la evolución de la remuneración media por asalariado en España y lo comparamos con otras economías, observamos cómo parece que sí existe un problema en los salarios y los datos proporcionados por un ente tan poco sospechoso de insurgente como el Consejo Económico y Social, cuyo presidente es nombrado por propuesta conjunta de los Ministros de Trabajo y Asuntos Sociales (Fátima Báñez) y de Economía y Hacienda (Cristóbal Montoro) se puede ver que España ha sido en uno de los países donde más han caído dentro del mundo desarrollado, por lo que concluimos que sí, parece que hay un problema que son demasiado bajos y no logramos converger hacia la media europea ni en tiempos de bonanza ni en tiempos de crisis.
Hechos como este y el que no existe ningún estudio que demuestre que bajando los salarios se consigue aumentar el empleo (no sabemos por qué siguiendo vuestro razonamiento en muchos países del continente africano no vemos una situación de pleno empleo), desacreditan a esta institución. A pesar de que el gobierno sea más que afín a la reducción de salarios propuesta por el Fondo, no sería fundamentado concluir que su puesta en marcha reactivará la contratación; habría también que considerar que, incluso si ello se diera, la proliferación de los contratos basura resultantes no debería ser la meta de ningún partido que dice ser “de los trabajadores”. A la vez no es sensato aceptar el argumento de la reducción salarial como herramienta para el aumento de la competitividad en un entorno en el que las empresas exportadoras son una mínima parte de las empresas existentes.
Como en anteriores informes, nada dicen de los grandes defraudadores a Hacienda, de por qué las grandes empresas tributan sólo el 3,5% de sus beneficios, de los paraísos fiscales, tampoco explican donde se han ganado la legitimidad para dictar la política económica de los países del sur de Europa, por qué son incapaces de establecer conexión alguna entre la destrucción de los derechos laborales y recortes en gasto social con el aumento del empobrecimiento y riesgo de exclusión social de la población.
Es importante subrayar que la solución de esta crisis es política y el cambio de rumbo solo es posible con un gran cambio en la fuerza de las clases trabajadoras. Hoy existe una gran mordaza sobre los intereses de los trabajadores, que es el dominio de la derecha europea, incluido el PP, en los aparatos políticos e ideológicos, imponiendo su ley y sus ideas. El BCE, la Comisión Europea, el FMI y el aparato de dominación constituido en torno a la Unión Europea impide que se pueda poner en práctica ni siquiera una salida reformista burguesa, similar a la aplicada en el plano económico en Estados Unidos, que tiene simplemente como objetivo volver a la situación anterior a la crisis.
Fuente: http://blogs.publico.es