- L os damnificados, que viven en zonas bajas de Asunción y pueblos ubicados a orillas del río Paraguay, abandonaron sus viviendas por las intensas lluvias
Francisco Rivarola, funcionario de la Dirección Nacional de Meteorología, explicó este martes que las precipitaciones "fueron muy intensas desde febrero hasta mayo".
"El 25 de febrero pasado, por ejemplo, llovió en un solo día en Asunción nada menos que 221 milímetros, récord de los últimos 50 años. Entonces, los barrios de la periferia asentados en terrenos bajos todavía no se recuperaron de tanta agua caída. Y además continuó lloviendo fuerte en abril y mayo", añadió el meteorólogo.
La estatal Secretaría de Emergencia Nacional informó que ya son 75.000 las familias damnificadas, sumando a las de barrios bajos de Asunción y de pueblos ubicados a lo largo del río Paraguay.
Los ministerios de Salud Pública y de Obras Públicas movilizaron sus recursos para vacunar contra enfermedades respiratorias a personas vulnerables como niños y ancianos de las zonas en crisis, mientras las máquinas viales intentan poner en buenas condiciones los caminos vecinales inundados.
El religioso explicitó al máximo su pesar por el sombrío escenario al asegurar que "tenemos que andar pidiendo migajas para poder sobrevivir".
Infobae
"El 25 de febrero pasado, por ejemplo, llovió en un solo día en Asunción nada menos que 221 milímetros, récord de los últimos 50 años. Entonces, los barrios de la periferia asentados en terrenos bajos todavía no se recuperaron de tanta agua caída. Y además continuó lloviendo fuerte en abril y mayo", añadió el meteorólogo.
La estatal Secretaría de Emergencia Nacional informó que ya son 75.000 las familias damnificadas, sumando a las de barrios bajos de Asunción y de pueblos ubicados a lo largo del río Paraguay.
Los ministerios de Salud Pública y de Obras Públicas movilizaron sus recursos para vacunar contra enfermedades respiratorias a personas vulnerables como niños y ancianos de las zonas en crisis, mientras las máquinas viales intentan poner en buenas condiciones los caminos vecinales inundados.
"Necesitamos agua y alimentos", expresó a periodistas el líder indígena José Luis Chávez al reclamar asistencia oficial a su comunidad anegada por las aguas en Puerto Casado, distante a unos 600 kilómetros al norte de Asunción."¿Por qué los pobres tienen que sufrir mucho más para que el derecho los alcance?",remarcó por su parte el obispo del Chaco, monseñor Gabriel Escobar, durante una homilía realizada a fines de la semana pasada por la festividad de María Auxiliadora.
El religioso explicitó al máximo su pesar por el sombrío escenario al asegurar que "tenemos que andar pidiendo migajas para poder sobrevivir".
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