- La Habana (PL) La Cumbre entre gobernantes africanos y el presidente Barack Obama realizada en Washington del 4 al 6 de agosto evidenció el marcado interés de Estados Unidos en potenciar su dominio económico y la presencia militar en aquel continente.
La cita fue una oportunidad para analizar los desafíos en las relaciones entre ambas partes, en particular los bajos niveles de los vínculos con las naciones de la región y el desequilibrio en el desarrollo de los países africanos, a pesar de sus gigantescos recursos.
Expertos en el tema se cuestionan hasta qué punto Obama y sus asesores serán capaces de asimilar las auténticas aspiraciones expresadas por los gobernantes africanos de mantener con la gran potencia una relación de iguales, que tenga en cuenta los legítimos intereses de los pueblos que ellos representan.
Pero los hechos tienden a poner en entredicho la posibilidad de ese entendimiento bilateral, pues la intención de la Casa Blanca es aprovechar todas las potencialidades de África en función de sus intereses económicos y para la consolidación de la hegemonía en el nivel global.
En un artículo publicado en el diario The Hill el 6 de agosto titulado "Los pequeños secretos sucios de Estados Unidos" la experta Diana Ohlbaum señala que lo que no se dijo en esta cumbre, o al menos se escondió de forma conveniente, es que las reglas del comercio internacional son parte de los factores que mantienen a África en la pobreza.
Según Ohlbaum, el sistema internacional de comercio beneficia a las grandes corporaciones, porque facilita el saqueo de los recursos públicos en ultramar y esconde las ganancias ilegales en el exterior, como sucede en África, donde es mucho más el dinero que sacan de allí las transnacionales que el que invierten en esos países.
Un estudio publicado el 5 de agosto por la firma consultora estadounidense McKinsey and Company, señala que África es la segunda zona del mundo que crece con mayor celeridad, pero aún el comercio norteamericano con ese continente se mantiene rezagado y es necesario revertir esa situación.
Desde el año 2000, las relaciones de Estados Unidos con África han estado regidas por la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA), que supuestamente debe estimular el comercio y las inversiones en las naciones de ese continente.
Sin embargo, en los últimos 14 años el comercio entre ambas partes sufrió una reducción considerable: de 125 mil millones de dólares en
2011 a 85 mil millones en 2013, y es probable que, de acuerdo con las tendencias actuales, al finalizar 2014 la cifra de los intercambios apenas llegue a los 80 mil millones.
África está dejando de ser un continente que necesita ayuda para convertirse en una región que presenta grandes oportunidades, porque su crecimiento económico solo es superado por Asia oriental, afirma el texto publicado en el sitio digital de esa empresa internacional, cuyas oficinas radican en la ciudad de Nueva York.
Los flujos de capitales privados hacia África totalizaron 545 mil millones de dólares entre 2003 y 2012, lo que sobrepasó el monto de las remesas familiares y la ayuda oficial, señala el estudio de la firma consultora.
Sin embargo, Estados Unidos ha quedado detrás de Europa, los Brics (Brasil, China, India y Sudáfrica) y el Medio Oriente en cuanto al volumen de sus inversiones directas, concluye el documento.
Pero no solo es el tema económico-financiero el que motiva a los organizadores de esta cita de alto nivel.
Al respecto, uno de los principales asesores de seguridad nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, declaró el 6 de agosto que "esta Cumbre tuvo como fin aprovechar las oportunidades del desarrollo y crecimiento en África, pero al mismo tiempo se abordaron una cantidad significativa de desafíos de seguridad en el continente".
Por su parte, el diario The Washington Post considera que la Casa Blanca tiene en esta Cumbre la posibilidad de avanzar acuerdos que fortalezcan la presencia militar norteamericana en África.
Altos jefes militares estadounidenses que prefirieron mantener el anonimato, dijeron a dicha publicación que la expansión bélica allí es necesaria, debido al incremento del extremismo y la violencia en naciones como Sudán y Libia.
El Pentágono quiere gastar más de cinco mil millones de dólares para expandir sus programas actuales de entrenamiento a fuerzas de seguridad de naciones africanas y la mayoría de este dinero estará destinado a acuerdos en ese sentido con Kenya, Mauritania, Níger, Uganda y Burundi.
Bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, Estados Unidos mantiene en África más de cinco mil efectivos, en particular de las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) -unidades élites del Pentágono- bajo la dirección del Comando de África, establecido en 2007 y cuya sede está en Stuttgart, Alemania.
Esta jefatura es la encargada de coordinar todas las actividades bilaterales con las autoridades de las naciones africanas en las cuales hay presencia militar estadounidense.
Su marco de acción ahora incluye la dirección de operaciones de espionaje y asesinatos selectivos con drones, la creación de fuerzas de tareas que pueden responder de forma expedita en tiempos de crisis y otras misiones puntuales, refiere el Post.
En Somalia, alrededor de 200 elementos de las FOE entrenan a las unidades locales en la lucha contra la organización extremista al-Shabaab, mientras en Nigeria y naciones vecinas el Pentágono incrementó en los últimos meses sus actividades de espionaje aéreo, bajo el pretexto de la lucha contra el grupo terrorista Boko Haram.
Bajo la guía de un plan secreto del Departamento de Defensa, unidades de los Boinas Verdes y las Fuerzas Delta del Ejército, entrenan a centenares de efectivos en Libia, Níger, Mauritania y Mali, a un costo cercano a los 70 millones de dólares.
En el caso de Libia, el Pentágono asignó más de 16 millones de dólares para preparar a dos compañías "élites" locales, mientras que a Mauritania le otorgó unos 29 millones de dólares en abastecimiento logístico, principalmente para misiones de espionaje.
Para Níger los fondos ascienden a unos 15 millones de dólares destinados a la formación y entrenamiento de una nueva unidad antiterrorista.
Por otra parte, el Pentágono decidió enviar un grupo de expertos a la embajada estadounidense en Abuja, la capital nigeriana, para conformar "una célula de coordinación entre agencias de ambos países", informó a finales de julio el diario Stars and Stripes.
Elementos de la 173 Brigada Aerotransportada, con sede en Vincenza, Italia, participaron hace pocas semanas en Camerún en un ejercicio llamado Central Accord, como parte de la reorientación de las misiones de esta unidad hacia el teatro de operaciones africano, tras cumplir tareas de contrainsurgencia en Afganistán.
Durante todo el año 2014, unidades de la primera División de Infantería del Ejército estadounidense, con sede en Fort Riley (Kansas), participan en más de 100 ejercicios en cerca de 40 países de la región, con un amplio plan de actividades con sus homólogos en Libia, Sudán, Argelia, Níger, Kenya y Uganda, entre otros.
Desde el ataque contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Bengasi, en septiembre de 2012, donde murieron el embajador en Trípoli, Christopher Stevens, y otros tres funcionarios, el Pentágono tomó medidas para responder con urgencia a situaciones similares en el futuro.
Así surgió la Fuerza de Tarea Combinada Conjunta del Cuerno de África, ubicada en Camp Lemonnier, Djibouti, bajo el mando del general Wayne Grigsby, que es una base avanzada y elemento esencial para las operaciones del Africom en más de una decena de naciones africanas.
Además, el Departamento de Defensa inició en 2013 el despliegue de unos 500 infantes de Marina en la base militar de Rota, en el sur de España, cuya misión es actuar como elemento de intervención rápida en caso de amenazas a intereses estadounidenses en África, anunció oficialmente el Pentágono.
Pero con todo esto también la Casa Blanca corre el riesgo de "inflamar el sentimiento antinorteamericano en estos países", señaló al Washington Post Laura Seay, profesora y especialista en temas africanos en el Colby Collage, del estado de Maine.
Fuente: Prensa latina