- El grupo extremista divulgó esta semana un video en el que muestra la decapitación del periodista estadounidense James Foley
Cuando en junio los militantes extremistas del Estado Islámico (EI) tomaron Mosul –la segunda ciudad más importante de Irak– las potencias occidentales decidieron no intervenir. Se dijo entonces que el grupo yihadista, más que una amenaza global, era un problema sectario y regional.
Ahora, dos meses después, Washington advirtió que EI es la amenaza más peligrosa que Estados Unidos ha enfrentado en años.
"Van más allá que un grupo terrorista. Combinan ideología con sofisticadas habilidades militares tácticas y estratégicas, están sumamente bien financiados... esto va más allá de nada que hayamos visto", declaró el jueves en una conferencia de prensa el secretario de Defensa estadounidense Chuck Hagel.
Las advertencias surgen después de que EI divulgó esta semana un video en el que muestra la decapitación del periodista estadounidense James Foley.
Así, lo que muchos consideraban hace dos meses un movimiento fanático y pequeño, se ha convertido de pronto en un ejército sofisticado, determinado y peligroso.
"Apocalíptico y escatológico"
En la conferencia de prensa en el Pentágono el jueves también estuvo presente el más alto militar del país, el jefe del Estado Mayor conjunto general Martin Dempsey, quien enfatizó que EI no podrá ser derrotado sin atacar su base en Siria.
"Esta es una organización que cuenta con una visión estratégica apocalíptica y escatológica que eventualmente tendrá que ser derrotada", declaró Dempsey.
"¿Pueden ser derrotados sin enfocarnos en la parte de la organización que reside en Siria? La respuesta es no", agregó.
Por su parte, el secretario de Defensa aseguró que las recientes incursiones aéreas que el gobierno estadounidense está llevando a cabo en el norte de Irak han logrado detener el avance de los islamistas, pero dijo que éstos se reagruparán.
A juzgar por las declaraciones, Estados Unidos ha tomado en serio la amenaza de que EI está cerca de convertirse en un verdadero Estado en el corazón de Medio Oriente el cual podrá servir como una plataforma de lanzamiento de ataques contra Estados Unidos y sus intereses, similar a lo que fue Afganistán bajo el Talibán.
¿Cómo llegó hasta aquí?
Estado Islámico surgió después de la invasión de Estados Unidos y sus aliados a Irak de lo que quedó de la agrupación al Qaeda en Irak (AQI), que el militante jordano Abu Musab al Zarqawi había formado para oponerse a las fuerzas occidentales.
Al Zarqawi murió durante un ataque de Estados Unidos en 2006 y los miembros de AQI se unieron a otros grupos militantes para formar el Estado Islámico de Irak (ISI).
En sus inicios fue un movimiento débil tras varios operativos de las fuerzas de EE UU para sofocarlo.
Pero entre 2011 y 2013, cuando estalló la rebelión en Siria y se volvió una guerra civil, el ISI –ahora dirigido por Abu Bakr al Baghdadi y apoyado por combatientes de oposición sirios– volvió a adquirir fuerza. Y en unos cuantos meses en 2014 tomó varias ciudades en el norte de Irak.
Con sus tácticas brutales, el grupo –que entonces se hizo llamar ISIS (Estado Islámico de Irak y el Levante)– dejó a muchos en Occidente incrédulos y sorprendidos.
"Se dice que cuando tomó Mosul en junio no tenía más de 800 combatientes", explica Frank Gardner, corresponsal de seguridad de la BBC.
Ahora, armado con el arsenal estadounidense que ha ido obteniendo durante sus victorias sobre el ejército iraquí en la región, se piensa que cuenta con unos 17.000 combatientes y que tiene acceso a fondos de $2 millardos, principalmente de donaciones privadas, secuestros, y robos.
El "factor miedo"
Según la periodista iraquí Mina al Orabi, subeditora del periódico Ash Sharq al Awsat, EI ha logrado avanzar aceleradamente gracias al apoyo de tribus y milicias locales.
"La capacidad de ISIS para controlar los territorios está basada en tratos con militantes locales dispuestos a llevar a cabo la 'gobernación' en su nombre", expresa.
"Algunos de estos tratos están basados en el temor, otros en la satisfacción temporal de sus intereses, a veces es algo tan crudo como el intercambio financiero entre distintas pandillas", agrega.
Gardner está de acuerdo en que el "factor miedo" ha sido fundamental en la estrategia del movimiento yihadista.
EI ha logrado "éxitos militares fenomenales, principalmente con una combinación de temor y potencia de fuego", asegura el corresponsal de la BBC.
"E incluso si fuera aplastado mañana, es poco probable que los historiadores militares olviden el efecto de su 'guerra psicológica', sus estrategias psicológicas para aterrorizar a sus opositores inundando las redes sociales con imágenes y videos espantosos de lo que ocurre con sus enemigos".
¿Seguirá el avance?
Muchos ahora se preguntan si EI se detendrá en Irak y Siria. Pocos creen que lo haga.
Según Gardner, "aún si EI se mantiene en las zonas conquistadas hasta ahora, probablemente encontraría un trampolín para atacar en países vecinos como Jordania y Líbano, además de atraer a centenares de yihadistas jóvenes desde Reino Unido y otros países occidentales".
En la conferencia en el Pentágono el jueves, ni el general Dempsey ni el secretario de Defensa Hagel dieron indicios de que el presidente Barack Obama fuera a aprobar –o no– ataques contra las bases de EI en Siria.
Y ante las preguntas de los reporteros, Dempsey se mostró vago al describir qué tipo de operativo se requeriría para detener el avance de EI en Siria e Irak.
"Se requiere una variedad de herramientas, de las cuales los ataques aéreos son sólo una pequeña parte", indicó el general.
Y subrayó: "No estoy prediciendo que eso ocurrirá en Siria, al menos no de parte de Estados Unidos. Pero se requiere de la aplicación de todas las herramientas de la capacidad nacional: diplomáticas, económicas, informativas y militares".
Los expertos, sin embargo, creen que sin una operación en el terreno bien coordinada es poco probable que el movimiento sea derrotado.
Tal como explica Shiraz Maher, experto en la yihad de la universidad King's College de Londres, sin la voluntad de las potencias occidentales para comprometerse en un operativo militar amplio y concertado, con fuerzas en tierra, para desalojar a EI, es poco probable que se logre detener su avance.
"El hecho de que ISIS (EI) haya tomado un gran territorio no es inédito. Hemos visto a otras organizaciones yihadistas conseguir esto en el pasado, por ejemplo, en Afganistán y Pakistán, el cuerno de África y, más recientemente, en Mali", asegura.
Y concluye que "en todos estos casos, una intervención occidental desequilibró la balanza contra los yihadistas. Es la gran diferencia con lo que está pasando ahora".
Fuente: BBC