Se está iniciando el proceso de levantamiento e identificación de las víctimas, en una jornada en la que Valencia amanece aún con carreteras colapsadas, personas pendientes de rescatar e innumerables daños materiales en múltiples puntos de la provincia de Valencia arrasados por el paso de la DANA.
Decenas de personas han pasado la noche en la intemperie en municipios de Valencia, subidos a los techos de tiendas o gasolineras, en lo alto de puentes o atrapados en sus vehículos en carreteras inundadas y cortadas. Muchas de ellas aún siguen esperando el rescate de los servicios de emergencias, que en muchos casos no pueden llegar por el estado de las vías e infraestructuras. Miles de ciudadanos han sufrido cortes de luz y cortes en las comunicaciones.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) había establecido aviso rojo, el máximo nivel, por la previsión de lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana. A pesar de esto, en la mayoría de municipios no se habían suspendido las clases ni otras actividades. Pasadas las 20 horas del martes, Protección Civil envió una alerta a la población por las fuertes lluvias que recomendaba evitar cualquier tipo de desplazamiento.
Las lluvias han sido especialmente intensas en el interior de la provincia de Valencia, donde hay varias carreteras cortadas. También ha habido inundaciones en la provincia de Albacete, donde siguen desaparecidas seis personas, y en Teruel, Andalucía y Castilla-La Mancha. El servicio ferroviario está suspendido.
Este miércoles no hay aviso rojo en ninguna región española. La DANA se desplaza hacia el centro y el noreste del país, con un segundo foco en el oeste de Andalucía. Diez comunidades y Ceuta están en alerta por tormentas y mala mar. En Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y Comunidad Valenciana el nivel de aviso es naranja. En Baleares, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Navarra, La Rioja y la ciudad autónoma tienen aviso amarillo, el más bajo.
A falta de un análisis más reposado, desde la delegación valenciana de la AEMET señalan que esta gota fría (así se llama también a una DANA) es la más adversa del siglo en la Comunitat Valenciana – “con un impacto y registros superiores a la DANA de septiembre de 2019″– y uno de los tres más intensos del último siglo, a la altura de los dos grandes temporales de los años ochenta, del de octubre de 1982 y el de noviembre de 1987.
A falta de un estudio de atribución detallado –en el que se está trabajando–, ahora mismo no se se puede afirmar que este episodio en concreto sea consecuencia del cambio climático. No obstante, la evidencia científica y estudios previos sobre eventos extremos similares concluyen que este tipo de lluvias e inundaciones se ven potenciados como consecuencia de una temperatura del mar y del aire más caliente, es decir, por el calentamiento global.
“En un contexto de cambio climático, este tipo de fenómenos de precipitaciones intensas y excepcionales, raras, van a ser cada vez más frecuentes y más intensos y, por lo tanto, destructivos”, apunta Ernesto Rodríguez, meteorólogo de la agencia estatal y miembro de la Asociación Meteorológica Española en declaraciones recogidas por el Science Media Centre España.
Respecto a los avisos emitidos por AEMET, el especialista aclara que “se hacen para zonas relativamente amplias, a nivel de comarca, y luego las consecuencias más extremas son a nivel puntual, a nivel de municipio muchas veces, y eso depende de muchas otras cosas que no tienen que ver con la precipitación”.
Climática
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