Este lunes se celebra el Día Mundial de la Actividad Física, instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para concienciar de los beneficios que aporta cuando es un hábito regular, teniendo en cuenta que el sedentarismo es una realidad creciente.
Está demostrado que llevar una vida activa contribuye a prevenir una multitud de enfermedades crónicas no transmisibles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye a la inactividad física el cuarto factor de riesgo en la tasa de mortalidad mundial, que corresponde al 6% de todas las muertes, y estima que es la causa principal de entre el 21% y el 25% de los cánceres de mama y de colon, del 27% de las diabetes mellitus y del 30% de la carga de cardiopatía isquémica en todo el mundo, señala el portal 20minutos.es.
Un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition concretaba que llevar una vida sedentaria provoca el doble de fallecimientos prematuros (antes de los 70 años) que la obesidad.
La investigación indicaba el problema pero aunaba alguna solución: invertir 20 minutos al día en caminar a paso ligero, reduciría el riesgo de muerte prematura entre un 16% y un 30%. Esta variación en la rutina diaria favorece más a quienes, siendo inactivos, mantienen un peso normal, aunque también es provechoso para quienes sufren sobrepeso.
Desde 2002, el Día Mundial de la Actividad Física se celebra cada año el 6 de abril con el objetivo de invitar a la población de todo el planeta a la práctica de actividad física para conseguir un nivel óptimo de salud y bienestar.
El nivel de actividad física se puede incrementar con facilidad con solo utilizar más escaleras en vez del ascensor, usar el coche lo menos posible y optar por desplazarse caminando o en bici o, si se emplea el transporte público, bajar unas cuantas paradas antes y terminar el recorrido a pie.
Actividad física para todas las edades
Dentro del documento de la OMS, existen recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud. Se especifica cuál es el nivel de actividad física adecuado, la intensidad y la duración para cada grupo de población:
Los niños de cinco años hasta los jóvenes de 17 años deberían invertir como mínimo una hora al día en realizar actividad física de intensidad moderada a intensa, sobre todo de tipo aeróbico.
Las personas entre 18 años y 64 años es aconsejable que dediquen como mínimo, cada semana, 150 minutos a la práctica de actividad física aeróbica (que equivale a 20 minutos de caminata al día), de intensidad moderada en sesiones de 10 minutos de duración, de intensidad vigorosa en sesiones de 75 minutos o una combinación de ambas.
Los mayores de 65 años deberían realizar alguna actividad física al menos tres días a la semana, como mínimo 150 minutos semanales de actividades físicas moderadas aeróbicas (que equivale a 20 minutos al día), 75 minutos de actividad física vigorosa o una combinación equivalente. Su práctica a estas edades aporta grandes beneficios: disminuye el riesgo de sufrir deterioro cognitivo, brinda bienestar mental y mejora el apetito.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye a la inactividad física el cuarto factor de riesgo en la tasa de mortalidad mundial, que corresponde al 6% de todas las muertes, y estima que es la causa principal de entre el 21% y el 25% de los cánceres de mama y de colon, del 27% de las diabetes mellitus y del 30% de la carga de cardiopatía isquémica en todo el mundo, señala el portal 20minutos.es.
Un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition concretaba que llevar una vida sedentaria provoca el doble de fallecimientos prematuros (antes de los 70 años) que la obesidad.
La investigación indicaba el problema pero aunaba alguna solución: invertir 20 minutos al día en caminar a paso ligero, reduciría el riesgo de muerte prematura entre un 16% y un 30%. Esta variación en la rutina diaria favorece más a quienes, siendo inactivos, mantienen un peso normal, aunque también es provechoso para quienes sufren sobrepeso.
Desde 2002, el Día Mundial de la Actividad Física se celebra cada año el 6 de abril con el objetivo de invitar a la población de todo el planeta a la práctica de actividad física para conseguir un nivel óptimo de salud y bienestar.
El nivel de actividad física se puede incrementar con facilidad con solo utilizar más escaleras en vez del ascensor, usar el coche lo menos posible y optar por desplazarse caminando o en bici o, si se emplea el transporte público, bajar unas cuantas paradas antes y terminar el recorrido a pie.
Actividad física para todas las edades
Dentro del documento de la OMS, existen recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud. Se especifica cuál es el nivel de actividad física adecuado, la intensidad y la duración para cada grupo de población:
Los niños de cinco años hasta los jóvenes de 17 años deberían invertir como mínimo una hora al día en realizar actividad física de intensidad moderada a intensa, sobre todo de tipo aeróbico.
Las personas entre 18 años y 64 años es aconsejable que dediquen como mínimo, cada semana, 150 minutos a la práctica de actividad física aeróbica (que equivale a 20 minutos de caminata al día), de intensidad moderada en sesiones de 10 minutos de duración, de intensidad vigorosa en sesiones de 75 minutos o una combinación de ambas.
Los mayores de 65 años deberían realizar alguna actividad física al menos tres días a la semana, como mínimo 150 minutos semanales de actividades físicas moderadas aeróbicas (que equivale a 20 minutos al día), 75 minutos de actividad física vigorosa o una combinación equivalente. Su práctica a estas edades aporta grandes beneficios: disminuye el riesgo de sufrir deterioro cognitivo, brinda bienestar mental y mejora el apetito.
UH
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