Washington. EFE. La vida extraterrestre ya no es solo una posibilidad para los científicos de la NASA, sino una convicción, pues aseguran que la humanidad hallará signos concluyentes de vida fuera de la Tierra antes de que termine el año 2045.
Los expertos de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) ya no se preguntan sobre si hay o no vida alienígena.
Ahora, su gran interrogante es cuándo se dará con ella.
“Vamos a tener indicaciones sólidas de vida más allá de la Tierra en una década, y que vamos a tener pruebas definitivas dentro de 20 o 30 años”, anunció la jefa científica de la NASA, Ellen Stofan, en un foro sobre zonas habitables en el espacio.
“Sabemos dónde buscar y sabemos cómo buscar. En muchos casos, disponemos de la tecnología y estamos en camino de implementarla” , aseguró Stofan.
Cabe destacar, sin embargo, que los extraterrestres a los que se refiere la NASA no son los marcianos inteligentes que inundan desde antaño el imaginario popular, sino que se trata potencialmente de pequeños microbios.
Otro hábitat. La comunidad científica lleva años buscando vida extraterrestre. Hallazgos recientes sugieren que varios planetas cercanos a la Tierra, así como sus lunas, podrían presentar condiciones necesarias para albergar algún tipo de vida.
Incluso, dentro del sistema solar, los astrónomos creen que podría haber un océano en Enceladus, una de las 60 lunas de Saturno, mientras que en Ganímedes, la famosa luna de Júpiter, se halla otro océano de agua salada; dos circunstancias que posibilitan la existencia de vida gracias a la presencia de este líquido.
Otro de los sitios más prometedores, según la NASA, para hallar vida alienígena es Europa, luna helada de Júpiter que también tiene su propio océano y donde los expertos apuntan que se reúnen todos los ingredientes necesarios para la formación de vida.
“Creo que estamos a una generación de hallar signos de vida extraterrestre en nuestro sistema solar, ya sea en una luna o en Marte, y también a una generación de encontrarlos en un planeta alrededor de una estrella cercana” , indicó el exastronauta y administrador adjunto del directorio de la misión Ciencia de la NASA, John Grunsfeld.
Tan convencido está Grunsfeld, que explicó que está haciendo planes para ser el director de ciencia planetaria en la agencia espacial cuando se descubra “vida en el sistema solar”.
Si bien el debate sobre la existencia de vida alienígena parece superado, ahora las preguntas que se hacen los científicos van un paso más lejos: ¿qué aspecto tiene la vida extraterrestre y en qué forma se presenta?
“Más allá de Marte, las posibilidades de encontrar vida que sea similar a la de la Tierra son muy, muy escasas. Y creo que es precisamente aquí donde esto se vuelve excepcionalmente interesante”, se sinceró Grunsfeld.
La vida espacial no debería darse necesariamente como en la Tierra, lo que supone un reto añadido para los científicos, que podrían tener dificultades para identificar vida que, por ejemplo, no habite en la superficie del planeta o que no se mueva.
E incluso podría darse la circunstancia de que los potenciales signos de vida extraterrestre a los que se refiere la NASA fuesen en realidad de seres muertos y fosilizados, lo que todavía dificultaría más su hallazgo.
Stofan, que además de astrónoma es geóloga, admitió las dificultades de encontrar fósiles en la roca, pero aseguró que, si este es el caso, los humanos serán capaces de hallar muestras, recogerlas y traerlas a la Tierra para que toda la comunidad científica pueda discutir sobre su origen.
“Enviar geólogos y astrobiólogos a Marte aumentaría mucho las posibilidades de encontrar fósiles de vida pasada en nuestro vecino planetario más cercano”, reconoció la jefa científica de la agencia espacial estadounidense.
EFE
Ahora, su gran interrogante es cuándo se dará con ella.
“Vamos a tener indicaciones sólidas de vida más allá de la Tierra en una década, y que vamos a tener pruebas definitivas dentro de 20 o 30 años”, anunció la jefa científica de la NASA, Ellen Stofan, en un foro sobre zonas habitables en el espacio.
“Sabemos dónde buscar y sabemos cómo buscar. En muchos casos, disponemos de la tecnología y estamos en camino de implementarla” , aseguró Stofan.
Cabe destacar, sin embargo, que los extraterrestres a los que se refiere la NASA no son los marcianos inteligentes que inundan desde antaño el imaginario popular, sino que se trata potencialmente de pequeños microbios.
Otro hábitat. La comunidad científica lleva años buscando vida extraterrestre. Hallazgos recientes sugieren que varios planetas cercanos a la Tierra, así como sus lunas, podrían presentar condiciones necesarias para albergar algún tipo de vida.
Incluso, dentro del sistema solar, los astrónomos creen que podría haber un océano en Enceladus, una de las 60 lunas de Saturno, mientras que en Ganímedes, la famosa luna de Júpiter, se halla otro océano de agua salada; dos circunstancias que posibilitan la existencia de vida gracias a la presencia de este líquido.
Otro de los sitios más prometedores, según la NASA, para hallar vida alienígena es Europa, luna helada de Júpiter que también tiene su propio océano y donde los expertos apuntan que se reúnen todos los ingredientes necesarios para la formación de vida.
“Creo que estamos a una generación de hallar signos de vida extraterrestre en nuestro sistema solar, ya sea en una luna o en Marte, y también a una generación de encontrarlos en un planeta alrededor de una estrella cercana” , indicó el exastronauta y administrador adjunto del directorio de la misión Ciencia de la NASA, John Grunsfeld.
Tan convencido está Grunsfeld, que explicó que está haciendo planes para ser el director de ciencia planetaria en la agencia espacial cuando se descubra “vida en el sistema solar”.
Si bien el debate sobre la existencia de vida alienígena parece superado, ahora las preguntas que se hacen los científicos van un paso más lejos: ¿qué aspecto tiene la vida extraterrestre y en qué forma se presenta?
“Más allá de Marte, las posibilidades de encontrar vida que sea similar a la de la Tierra son muy, muy escasas. Y creo que es precisamente aquí donde esto se vuelve excepcionalmente interesante”, se sinceró Grunsfeld.
La vida espacial no debería darse necesariamente como en la Tierra, lo que supone un reto añadido para los científicos, que podrían tener dificultades para identificar vida que, por ejemplo, no habite en la superficie del planeta o que no se mueva.
E incluso podría darse la circunstancia de que los potenciales signos de vida extraterrestre a los que se refiere la NASA fuesen en realidad de seres muertos y fosilizados, lo que todavía dificultaría más su hallazgo.
Stofan, que además de astrónoma es geóloga, admitió las dificultades de encontrar fósiles en la roca, pero aseguró que, si este es el caso, los humanos serán capaces de hallar muestras, recogerlas y traerlas a la Tierra para que toda la comunidad científica pueda discutir sobre su origen.
“Enviar geólogos y astrobiólogos a Marte aumentaría mucho las posibilidades de encontrar fósiles de vida pasada en nuestro vecino planetario más cercano”, reconoció la jefa científica de la agencia espacial estadounidense.
EFE
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