La decisión de Estados Unidos y Cuba de restablecer relaciones diplomáticas marca el fin del castrismo duro y constituye un triunfo de la diplomacia pragmática y de las reformas del presidente cubano Raúl Castro.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio este miércoles un paso histórico al anunciar la normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba, dejando atrás más de medio siglo de enfrentamientos y sanciones entre los dos vecinos.
Legisladores estadounidenses y otros sectores venían pidiendo a Obama que diera este paso, pero Raúl Castro allanó la vía al emprender reformas y acabar con el furibundo discurso antiestadounidense de su hermano Fidel, al que sucedió en el mando de la isla comunista en 2006.
Este paso de Obama no habría sido posible probablemente con Fidel, quien se había erigido en eterno enemigo del "imperialismo estadounidense", en un contexto marcado por la Guerra Fría y numerosos intentos de asesinato en su contra planificados por la agencia de inteligencia CIA.
Paradójicamente, hasta que sustituyó en el mando a Fidel, Raúl había tenido la fama de ser el duro de los hermanos Castro, como ministro de las Fuerzas Armadas.
Para el académico cubano Arturo López-Levy, del Centro de Estudios Globales de la Universidad de Nueva York, es importante que ambas partes mantengan esta nueva senda.
"El camino adelante no será fácil, pero una percepción correcta es clave para los vínculos entre Cuba y Estados Unidos", dijo López-Levy a la AFP.
Los cubanos recibieron con júbilo la noticia de la evolución de la política norteamericana.
Para muchos observadores el cambio de actitud fue perceptible por primera vez en noviembre de 2013 en Miami, donde viven más de un millón de cubanos y sus descendientes, un mes antes del histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro en Sudáfrica en los funerales delexpresidente de ese país Nelson Mandela.
En una gala para recaudar fondos en Miami, Obama afirmó en presencia de prominentes anticastristas que era el momento de repensar los lazos con La Habana.
"Para mí la fecha fundacional de este acercamiento es el 8 de noviembre de 2013, momento en que Obama admitió por primera vez en 50 años el fracaso de la política estadounidense hacia Cuba", dijo a la AFP un diplomático europeo que pidió no revelar su identidad.
Desde hacia varios años Raúl ofrecía un "diálogo" en igualdad de condiciones a Estados Unidos, país que participó hace unas semanas en La Habana, en un hecho inédito, en una conferencia convocada por el ALBA para discutir sobre la amenaza del ébola.
"Este acuerdo de normalizar relaciones no es una cosa que ha surgido de la noche a la mañana. Es un proceso que ha venido madurando y que tiene que implicar algunas concesiones", dijo a la AFP un diplomático latinoamericano, bajo condición de anonimato.
"El intercambio de prisioneros es la parte más visible (del acuerdo entre ambos países), pero tiene que haber habido promesas y concesiones" de Cuba, agregó sobre la liberación de tres agentes cubanos, y del contratista estadounidense Alan Gross y un "espía de origen cubano".
Raúl Castro subrayó el papel del papa Francisco y del Vaticano en facilitar este acercamiento, otro cambio respecto a Fidel, que mantuvo por años tensas relaciones con la Iglesia.
Raúl Castro ha revertido medidas emblemáticas adoptadas por su hermano y mentor Fidel, cinco años mayor, y puso fin a prohibiciones "excesivas" que pesaban sobre los cubanos, como adquirir celulares o computadoras, comprar y vender casas y autos, pero ha descartado acabar con el unipartidismo.
Aunque nunca ha dejado de condenar el embargo, Raúl imprimió a la diplomacia cubana un estilo pragmático, que le ha valido el respaldo unánime de América Latina, reflejado en la asistencia de 30 mandatarios a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebrada en La Habana en enero.
Además, dio muestras de pragmatismo al encarar los complejos problemas de la isla y abrir espacio en la economía al floreciente sector privado.
Fuente: terra
Legisladores estadounidenses y otros sectores venían pidiendo a Obama que diera este paso, pero Raúl Castro allanó la vía al emprender reformas y acabar con el furibundo discurso antiestadounidense de su hermano Fidel, al que sucedió en el mando de la isla comunista en 2006.
Este paso de Obama no habría sido posible probablemente con Fidel, quien se había erigido en eterno enemigo del "imperialismo estadounidense", en un contexto marcado por la Guerra Fría y numerosos intentos de asesinato en su contra planificados por la agencia de inteligencia CIA.
Paradójicamente, hasta que sustituyó en el mando a Fidel, Raúl había tenido la fama de ser el duro de los hermanos Castro, como ministro de las Fuerzas Armadas.
Para el académico cubano Arturo López-Levy, del Centro de Estudios Globales de la Universidad de Nueva York, es importante que ambas partes mantengan esta nueva senda.
"El camino adelante no será fácil, pero una percepción correcta es clave para los vínculos entre Cuba y Estados Unidos", dijo López-Levy a la AFP.
Los cubanos recibieron con júbilo la noticia de la evolución de la política norteamericana.
Para muchos observadores el cambio de actitud fue perceptible por primera vez en noviembre de 2013 en Miami, donde viven más de un millón de cubanos y sus descendientes, un mes antes del histórico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro en Sudáfrica en los funerales delexpresidente de ese país Nelson Mandela.
En una gala para recaudar fondos en Miami, Obama afirmó en presencia de prominentes anticastristas que era el momento de repensar los lazos con La Habana.
"Para mí la fecha fundacional de este acercamiento es el 8 de noviembre de 2013, momento en que Obama admitió por primera vez en 50 años el fracaso de la política estadounidense hacia Cuba", dijo a la AFP un diplomático europeo que pidió no revelar su identidad.
Desde hacia varios años Raúl ofrecía un "diálogo" en igualdad de condiciones a Estados Unidos, país que participó hace unas semanas en La Habana, en un hecho inédito, en una conferencia convocada por el ALBA para discutir sobre la amenaza del ébola.
"Este acuerdo de normalizar relaciones no es una cosa que ha surgido de la noche a la mañana. Es un proceso que ha venido madurando y que tiene que implicar algunas concesiones", dijo a la AFP un diplomático latinoamericano, bajo condición de anonimato.
"El intercambio de prisioneros es la parte más visible (del acuerdo entre ambos países), pero tiene que haber habido promesas y concesiones" de Cuba, agregó sobre la liberación de tres agentes cubanos, y del contratista estadounidense Alan Gross y un "espía de origen cubano".
Raúl Castro subrayó el papel del papa Francisco y del Vaticano en facilitar este acercamiento, otro cambio respecto a Fidel, que mantuvo por años tensas relaciones con la Iglesia.
Raúl Castro ha revertido medidas emblemáticas adoptadas por su hermano y mentor Fidel, cinco años mayor, y puso fin a prohibiciones "excesivas" que pesaban sobre los cubanos, como adquirir celulares o computadoras, comprar y vender casas y autos, pero ha descartado acabar con el unipartidismo.
Aunque nunca ha dejado de condenar el embargo, Raúl imprimió a la diplomacia cubana un estilo pragmático, que le ha valido el respaldo unánime de América Latina, reflejado en la asistencia de 30 mandatarios a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebrada en La Habana en enero.
Además, dio muestras de pragmatismo al encarar los complejos problemas de la isla y abrir espacio en la economía al floreciente sector privado.
Fuente: terra