El gobierno impuso un sistema para evitar las largas colas, en medio del creciente desabastecimiento.
Los anuncios del presidente Nicolás Maduro preocupan mucho a los venezolanos, que en estas semanas sufren el fuerte desabastecimiento de productos básicos en los supermercados. Mientras las colas en las puertas de los comercios se extienden a cada vez más ciudades, el mandatario informaba ayer que, producto de un acuerdo con el emir de Qatar, pretende vender a ese país de Oriente Medio precisamente alimentos.
Maduro acaba de regresar de una larga gira por esa región, con el objetivo de atraer fuertes inversiones y de lograr que los principales productores de petróleo reduzcan la producción para poder equilibrar la caída del precio del crudo, que provocó un fuerte cimbronazo a la economía venezolana. Como los resultados no fueron los esperados, desde Doha –tras un acuerdo con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani– Maduro intentó provocar un nuevo golpe de efecto al anunciar que Venezuela exportará alimentos.
“Llevamos tecnología, llevamos capital, producimos alimentos para el mercado venezolano y además vamos construyendo la ruta de exportación con alimentos de calidad hacia esta región”, dijo el presidente al canal Telesur.
Es tan grave la crisis que el gobierno puso en marcha ayer un sistema para restringir el acceso de consumidores a los supermercados estatales. La cadena Bicentenario solo atendió ayer a los compradores cuyos números de cédula de identidad terminaban en cero y uno. Paralelamente, la Defensoría del Pueblo puso en marcha un “plan de atención a ciudadanos en la adquisición de productos de primera necesidad de manera regular”.
El desabastecimiento de productos básicos y las colas provocan enojos y tensión, a tal punto que el jueves pasado el gobierno también desplegó operativos de seguridad en los alrededores de supermercados y autoservicios y detuvo a personas que sacaban fotos de las colas –entre ellos un reportero gráfico– para difundirlas en Internet. Con todo, las imágenes de góndolas vacías y la gente agolpada se difundieron masivamente.
El líder opositor Henrique Capriles, que prepara nuevas protestas callejeras, afirmó que “el problema es que no hay suficiente comida”, responsabilizó por ello a “los que están en el gobierno” y llamó a “la unión de todos los factores” porque “la racionalidad está por encima de todo”.
Desde que en 2003 se instauró el régimen de control de cambios, Venezuela comenzó a registrar niveles crecientes de escasez de productos básicos, pues su industria nacional sólo puede satisfacer 40% de la demanda, según reconoció el vicepresidente Jorge Arreaza en marzo pasado. El otro 60% necesario es importado y quien más le vende a Caracas es nada menos que Estados Unidos.
Fuente: agencias
Maduro acaba de regresar de una larga gira por esa región, con el objetivo de atraer fuertes inversiones y de lograr que los principales productores de petróleo reduzcan la producción para poder equilibrar la caída del precio del crudo, que provocó un fuerte cimbronazo a la economía venezolana. Como los resultados no fueron los esperados, desde Doha –tras un acuerdo con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani– Maduro intentó provocar un nuevo golpe de efecto al anunciar que Venezuela exportará alimentos.
“Llevamos tecnología, llevamos capital, producimos alimentos para el mercado venezolano y además vamos construyendo la ruta de exportación con alimentos de calidad hacia esta región”, dijo el presidente al canal Telesur.
Es tan grave la crisis que el gobierno puso en marcha ayer un sistema para restringir el acceso de consumidores a los supermercados estatales. La cadena Bicentenario solo atendió ayer a los compradores cuyos números de cédula de identidad terminaban en cero y uno. Paralelamente, la Defensoría del Pueblo puso en marcha un “plan de atención a ciudadanos en la adquisición de productos de primera necesidad de manera regular”.
El desabastecimiento de productos básicos y las colas provocan enojos y tensión, a tal punto que el jueves pasado el gobierno también desplegó operativos de seguridad en los alrededores de supermercados y autoservicios y detuvo a personas que sacaban fotos de las colas –entre ellos un reportero gráfico– para difundirlas en Internet. Con todo, las imágenes de góndolas vacías y la gente agolpada se difundieron masivamente.
El líder opositor Henrique Capriles, que prepara nuevas protestas callejeras, afirmó que “el problema es que no hay suficiente comida”, responsabilizó por ello a “los que están en el gobierno” y llamó a “la unión de todos los factores” porque “la racionalidad está por encima de todo”.
Desde que en 2003 se instauró el régimen de control de cambios, Venezuela comenzó a registrar niveles crecientes de escasez de productos básicos, pues su industria nacional sólo puede satisfacer 40% de la demanda, según reconoció el vicepresidente Jorge Arreaza en marzo pasado. El otro 60% necesario es importado y quien más le vende a Caracas es nada menos que Estados Unidos.
Fuente: agencias