A pesar de las protestas de cientos de activistas, la cacería no se detiene y ayer comenzó una nueva temporada.
Taiji, una pequeña aldea japonesa de apenas 3.200 habitantes, se ubica en el centro de la escena mundial entre septiembre y abril. Es que allí los pescadores iniciaron ayer la temporada 2015-2016 de caza de delfines bajo la atenta mirada de activistas internacionales que acudieron al lugar para protestar y pedir el cese de esta controvertida práctica.
Doce barcos pesqueros de la cooperativa de esta localidad de Wakayama, al oeste de Japón, salieron del puerto a primera hora de la mañana y regresaron sin presas durante la primera jornada de caza, según informó la agencia japonesa Kyodo. En la temporada pasada se mataron y capturaron 937 delfines, y la Agencia de Pesca de ese país autorizó este año una cuota de hasta 1.873 ejemplares. Un número que sigue alimentando la polémica y las estadísticas ya que, por ejemplo, entre 2000 y 2013 se cazaron 19.092 cetáceos de los cuales 17.668 fueron sacrificados y 1.406 sobrevivieron y fueron destinados a acuarios y zoológicos de diferentes lugares del mundo.
Taiji está considerada la cuna de la pesca de cetáceos en Japón, y desde hace décadas practica la caza de delfines. Cada año, la campaña de pesca es supervisada por la policía costera local para evitar conflictos entre los pescadores y los activistas. Los delfines y pequeños cetáceos se cazan en Taiji mediante un método tradicional inventado en este pueblo: varias embarcaciones crean un muro de sonido que empuja a los ejemplares a la bahía en la que son seleccionados y luego, tras unas horas, son arponeados. Esta práctica ganó notoriedad a nivel internacional al ser retratada en el film estadounidense "The Cove", ganador en 2009 del Oscar a mejor documental, y desde entonces se intensificaron las críticas por su crueldad.
Entre los 15 activistas presentes ayer se encontraba el entrenador de delfines estadounidense Ric O'Barry, que aparecía en esa película premiada, y que fue detenido y posteriormente puesto en libertad el lunes por no llevar el pasaporte encima. Pero ¿por qué cazan delfines? Una parte de los cetáceos son destinados al consumo humano, principalmente en el mercado japonés, aunque la carne contiene mercurio y otros elementos tóxicos. Su consumo bajó en los últimos años.
Otra, como ya se dijo, son vendidos, según explica la ONG de protección medioambiental Sea Shepherd, observadora de la pesca de delfines en el país asiático. Los mejores ejemplares pueden llegar a valer 115 mil euros. Y de un delfín muerto se puede ganar hasta unos 600 dólares.
Según Dolphin Project existe otro aspecto importante: lo hacen "como una forma de control de plagas". Es decir, desde la perspectiva de los pescadores, los delfines comen demasiados peces, y los pescadores simplemente están matando o reduciendo la competencia. Es una teoría que comparte el gobierno japonés, a la cual le agrega la matanza de ballenas.
Delfín listado, los Tursiops o "delfines nariz de botella", el delfín manchado tropical, el delfín gris, el delfín de hocico estrecho o de dientes rugosos y el delfín del Pacífico de lados blancos, son las especies cazadas en esos mares.
La Asociación Japonesa de Zoos y Acuarios (JAZA) decidió en mayo prohibir a sus miembros comprar cetáceos capturados en la localidad japonesa, a raíz de que la agrupación mundial de este tipo de instalaciones (WAZA) amenazara con expulsar a la entidad japonesa si seguía permitiendo estas adquisiciones.
Doce barcos pesqueros de la cooperativa de esta localidad de Wakayama, al oeste de Japón, salieron del puerto a primera hora de la mañana y regresaron sin presas durante la primera jornada de caza, según informó la agencia japonesa Kyodo. En la temporada pasada se mataron y capturaron 937 delfines, y la Agencia de Pesca de ese país autorizó este año una cuota de hasta 1.873 ejemplares. Un número que sigue alimentando la polémica y las estadísticas ya que, por ejemplo, entre 2000 y 2013 se cazaron 19.092 cetáceos de los cuales 17.668 fueron sacrificados y 1.406 sobrevivieron y fueron destinados a acuarios y zoológicos de diferentes lugares del mundo.
Taiji está considerada la cuna de la pesca de cetáceos en Japón, y desde hace décadas practica la caza de delfines. Cada año, la campaña de pesca es supervisada por la policía costera local para evitar conflictos entre los pescadores y los activistas. Los delfines y pequeños cetáceos se cazan en Taiji mediante un método tradicional inventado en este pueblo: varias embarcaciones crean un muro de sonido que empuja a los ejemplares a la bahía en la que son seleccionados y luego, tras unas horas, son arponeados. Esta práctica ganó notoriedad a nivel internacional al ser retratada en el film estadounidense "The Cove", ganador en 2009 del Oscar a mejor documental, y desde entonces se intensificaron las críticas por su crueldad.
Entre los 15 activistas presentes ayer se encontraba el entrenador de delfines estadounidense Ric O'Barry, que aparecía en esa película premiada, y que fue detenido y posteriormente puesto en libertad el lunes por no llevar el pasaporte encima. Pero ¿por qué cazan delfines? Una parte de los cetáceos son destinados al consumo humano, principalmente en el mercado japonés, aunque la carne contiene mercurio y otros elementos tóxicos. Su consumo bajó en los últimos años.
Otra, como ya se dijo, son vendidos, según explica la ONG de protección medioambiental Sea Shepherd, observadora de la pesca de delfines en el país asiático. Los mejores ejemplares pueden llegar a valer 115 mil euros. Y de un delfín muerto se puede ganar hasta unos 600 dólares.
Según Dolphin Project existe otro aspecto importante: lo hacen "como una forma de control de plagas". Es decir, desde la perspectiva de los pescadores, los delfines comen demasiados peces, y los pescadores simplemente están matando o reduciendo la competencia. Es una teoría que comparte el gobierno japonés, a la cual le agrega la matanza de ballenas.
Delfín listado, los Tursiops o "delfines nariz de botella", el delfín manchado tropical, el delfín gris, el delfín de hocico estrecho o de dientes rugosos y el delfín del Pacífico de lados blancos, son las especies cazadas en esos mares.
La Asociación Japonesa de Zoos y Acuarios (JAZA) decidió en mayo prohibir a sus miembros comprar cetáceos capturados en la localidad japonesa, a raíz de que la agrupación mundial de este tipo de instalaciones (WAZA) amenazara con expulsar a la entidad japonesa si seguía permitiendo estas adquisiciones.