Washington, Estados Unidos. Las primarias de los partidos Demócrata y Republicano en el estado de Iowa, que dan inicio a las primarias para elegir a los candidatos para las presidenciales de noviembre, abren nuevos interrogantes tras mostrar que los favoritos Hillary Clinton y Donald Trump no son tan invencibles como hacían prever los sondeos.
En la mayor de las sorpresas, el senador ultraconservador Ted Cruz, hijo de un inmigrante cubano, venció entre los republicanos con una cómoda ventaja de poco más de tres puntos porcentuales sobre Trump, quien hasta ahora encabezó todos los sondeos realizados en los últimos cinco meses.
Para dejar aún más en evidencia la magnitud del tropiezo de Trump, el millonario quedó a apenas un punto porcentual del tercero, el senador Marco Rubio, también hijo de inmigrantes cubanos y considerado el favorito de la conducción del partido.
Si bien los sondeos habían sugerido un crecimiento de la campaña de Cruz en semanas recientes, el excelente desempeño de Rubio lo convirtió de hecho en uno de los vencedores de la noche de primarias.
En tanto, entre los demócratas, la superfavorita Clinton tuvo que esperar hasta la mañana del martes para tener certeza de una victoria extraordinariamente ajustada sobre el experimentado senador Bernie Sanders y su campaña en favor de una “revolución política”.
Al fin del conteo de las asambleas demócratas (que usan un sistema interno diferente al de los republicanos, ya que cuentan delegados conseguidos y no votos), Clinton se quedó con el 49,8% de los apoyos contra el 49,6% para Sanders, que se traducen en 22 delegados contra 21.
Desde que lanzó su candidatura presidencial, Clinton puso en marcha una formidable máquina partidaria movida con muchos millones de dólares, aparentemente insuperable, contra la modesta movilización de Sanders en busca de pequeños donantes particulares.
Al igual que Trump, Clinton dominó con extrema comodidad todos los sondeos hasta diciembre, cuando se tornaron evidentes las primeras señales de un crecimiento de los apoyos a Sanders, en especial gracias a la movilización de los más jóvenes.
Por ello, y a pesar de haber quedado formalmente en segundo lugar en Iowa, Sanders dejó claro que su desempeño también lo convirtió uno de los grandes ganadores de la jornada.
Estos resultados levantan el telón sobre un nuevo escenario, completamente diferente del que existía antes de las primarias en Iowa, y de cara a la próxima parada de la campaña, en New Hampshire.
De un lado, sondeos preliminares indican que Sanders llega a la siguiente primaria con ventaja sobre Clinton, aunque aún resta conocer con más precisión el impacto que los resultados de Iowa tendrán en esa nueva contienda.
Una derrota de la ex secretaria de Estado en New Hampshire, después de una tan apretada victoria en Iowa, encendería todas las alarmas, aunque sondeos a nivel nacional aún la colocan como la favorita entre los demócratas.