La fuerza policial estadounidense investiga si se trata de un caso de tráfico de personas
ESTADOS UNIDOS (AFP-NA) -- La policía de Texas, Estados Unidos, halló este domingo ocho cadáveres y cerca de 30 personas heridas dentro de un camión estacionado en el aparcamiento de un centro comercial de San Antonio, indicaron las autoridades, en un caso que podría estar relacionado con el tráfico de migrantes.
Además de los fallecidos, había 28 personas heridas (niños y adultos), veinte de ellas graves, que fueron llevadas a siete hospitales de la zona, indicaron el comisario de San Antonio, William McManus, y el responsable de los bomberos, Charles Hood.
La alerta la dio un empleado de Walmart, el supermercado frente al que estaba el camión, cuando una de las personas del camión fue a pedirle agua.
"Luego le dio agua, llamó a la policía y cuando llegamos al lugar encontramos ocho personas muertas en la parte trasera", indicó el comisario, que calificó los hechos de "horrible tragedia".
Según McManus, las grabaciones de seguridad muestran que varios vehículos acudieron a buscar a personas que estaban dentro del camión, donde no funcionaba el aire acondicionado.
"Estamos investigando si se trata de un delito de tráfico de personas", añadió el policía, que notificó el caso a los servicios de inmigración.
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Venezuela: Calles desoladas y disturbios en paro de oposición
Caracas, Venezuela. AFP Varias zonas de Caracas estaban paralizadas este jueves, con comercios cerrados y sin servicio de autobuses, como parte de un paro cívico nacional de 24 horas convocado por la oposición, que degeneró en disturbios en varias regiones.
En Chacao, bastión opositor en el este de la capital, solo abrieron unos pocos locales de comida, mientras las calles se encontraban bloqueadas por barricadas.
Sin autobuses, las personas caminaban o tomaban el Metro, que estaba operativo, aunque algunas estaciones fueron cerradas en zonas donde suele haber desórdenes durante manifestaciones opositoras.
"El paro cívico ha sido un éxito. La gente se quedó en sus casas y los comercios no abrieron", dijo a la AFP Leandro Landaeta, comerciante de 57 años que bloqueó con cuerdas y escombros la calle donde vive, en Chacao.
Manifestanten queman una caseta policial. Foto: AFP / RONALDO SCHEMIDT
Piedras y fuego
En Los Ruices (este), manifestantes se enfrentaron con piedras contra trabajadores de la televisora estatal VTV y quemaron una caseta policial.
La militar Guardia Nacional dispersó a los opositores con gases lacrimógenos y perdigones.
La situación, en cambio, era casi de normalidad en sectores del centro y el oeste de Caracas.
El paro forma parte de la llamada "escalada final" de la oposición en su lucha contra el presidente Nicolás Maduro, que tiene como objetivo frenar la elección el 30 de julio de una Asamblea Constituyente impulsada por el mandatario y su salida del poder.
Maduro, que acusa a la oposición de promover un golpe de Estado, enfrenta desde hace casi cuatro meses duras protestas en su contra que dejan 97 muertos.
También hubo refriegas en suburbios del este y oeste de la capital, así como en los estados de Zulia (noroeste), Aragua (centro) y Nueva Esparta (norte).
Según Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal, el paro dejaba al menos 82 arrestos, 51 de ellos en Zulia.
En el bulevar comercial de Sabana Grande (este de Caracas), la mayoría de los locales cerró. No había buses en las usualmente congestionadas paradas.
"No hay paso para carros ni motos, todos los negocios cerrados y no hay autobuses. Pero eso es en el este. Yo vengo de Catia (oeste la capital) y allá todo está normal", dijo a la AFP Jorge Martín, mototaxista de 27 años.
Un comerciante de Catia, que pidió no mencionar su nombre, contó telefónicamente a la AFP que tuvo que abrir su negocio porque lo amenazaron con "saquearlo" si no lo hacía.
"Yo no veo paro. Si ves esos (varios locales) cerrados es porque es muy temprano", aseguró por su parte Óscar, vendedor de cigarrillos y café en Sabana Grande.
Un centro comercial vecino permanecía cerrado, según el vigilante José Blanco, porque "los trabajadores no llegaron".
En Chacao, bastión opositor en el este de la capital, solo abrieron unos pocos locales de comida, mientras las calles se encontraban bloqueadas por barricadas.
Sin autobuses, las personas caminaban o tomaban el Metro, que estaba operativo, aunque algunas estaciones fueron cerradas en zonas donde suele haber desórdenes durante manifestaciones opositoras.
"El paro cívico ha sido un éxito. La gente se quedó en sus casas y los comercios no abrieron", dijo a la AFP Leandro Landaeta, comerciante de 57 años que bloqueó con cuerdas y escombros la calle donde vive, en Chacao.
Manifestanten queman una caseta policial. Foto: AFP / RONALDO SCHEMIDT
Piedras y fuego
En Los Ruices (este), manifestantes se enfrentaron con piedras contra trabajadores de la televisora estatal VTV y quemaron una caseta policial.
La militar Guardia Nacional dispersó a los opositores con gases lacrimógenos y perdigones.
La situación, en cambio, era casi de normalidad en sectores del centro y el oeste de Caracas.
El paro forma parte de la llamada "escalada final" de la oposición en su lucha contra el presidente Nicolás Maduro, que tiene como objetivo frenar la elección el 30 de julio de una Asamblea Constituyente impulsada por el mandatario y su salida del poder.
Maduro, que acusa a la oposición de promover un golpe de Estado, enfrenta desde hace casi cuatro meses duras protestas en su contra que dejan 97 muertos.
También hubo refriegas en suburbios del este y oeste de la capital, así como en los estados de Zulia (noroeste), Aragua (centro) y Nueva Esparta (norte).
Según Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal, el paro dejaba al menos 82 arrestos, 51 de ellos en Zulia.
En el bulevar comercial de Sabana Grande (este de Caracas), la mayoría de los locales cerró. No había buses en las usualmente congestionadas paradas.
"No hay paso para carros ni motos, todos los negocios cerrados y no hay autobuses. Pero eso es en el este. Yo vengo de Catia (oeste la capital) y allá todo está normal", dijo a la AFP Jorge Martín, mototaxista de 27 años.
Un comerciante de Catia, que pidió no mencionar su nombre, contó telefónicamente a la AFP que tuvo que abrir su negocio porque lo amenazaron con "saquearlo" si no lo hacía.
"Yo no veo paro. Si ves esos (varios locales) cerrados es porque es muy temprano", aseguró por su parte Óscar, vendedor de cigarrillos y café en Sabana Grande.
Un centro comercial vecino permanecía cerrado, según el vigilante José Blanco, porque "los trabajadores no llegaron".
Tras desmantelar un grupo terrorista: Kuwait expulsa a diplomáticos iranies
Las medidas se producen en plena crisis del Golfo
KUWAIT (NA) ─ Kuwait anunció este jueves la expulsión de diplomáticos iraníes y el cierre de misiones de la embajada de Irán, luego de la condena a miembros de una célula "terrorista" por sus relaciones con la República islámica, que a su vez amenazó con responder.
Las medidas de Kuwait se producen en plena crisis del Golfo, donde el asunto iraní es uno de los elementos centrales. Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto justificaron su ruptura de relaciones con Catar el 5 de junio pasado y las sanciones económicas tomadas en su contra, por su apoyo al "terrorismo" y su cercanía con Irán, país chiita y principal rival de los sunitas saudíes.
En Irán, el encargado de negocios kuwaití fue convocado por las autoridades locales. "Es lamentable que los responsables kuwaitíes (...) tengan como objetivo a la República islámica con acusaciones sin fundamento en vez de hacer un esfuerzo por reducir tensiones inútiles", afirmó un responsable del ministerio de Relaciones exteriores iraní durante su encuentro con el encargado de negocios kuwaití, según Bahram Ghassemi, portavoz del ministerio.
"Irán se reserva el derecho de (tomar) una medida similar", afirmó en su cuenta Telegram. Kuwait también ordenó el cierre de las misiones "militar, cultural y comercial" de Irán en el emirato, añadió el jueves a la AFP la fuente gubernamental kuwaití que dio la información. La Corte Suprema de Kuwait acaba de condenar al jefe de la célula "terrorista" a cadena perpetua y a 20 miembros del grupo a
diversas penas de prisión, por sus vínculos con Irán y el Hezbolá chiita libanés y por haber proyectado cometer atentados en Kuwait.
La célula tenía 26 miembros, todos kuwaitíes con la excepción de un iraní que se encuentra en paradero desconocido. La agencia oficial KUNA indicó por su parte que Kuwait pidió "reducir la cantidad de diplomáticos que trabajan en la legación iraní, el cierre de sus misiones anexas y la suspensión de las reuniones mixtas" de cooperación. La agencia, que cita a un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores kuwaití, no precisó la cantidad de diplomáticos
expulsados.
Medidas de retorsión
El ministro interino de Información, jeque Mohamed Abdalá al Sabah, interrogado por AFP, confirmó que su país había tomado medidas de retorsión contra Irán pero se abstuvo de detallarlas. El lunes, el periódico Al Seyassá informó que 14 kuwaitíes chiitas, miembros del mismo grupo, habían huido por mar hacia Irán.
El periódico, que cita a un alto responsable de los servicios de seguridad, precisó que esas personas huyeron el domingo al conocer la decisión de la Corte Suprema de condenarlos a penas de prisión. La información fue confirmada el miércoles por las autoridades kuwaitíes, que no precisaron a qué país huyeron. Kuwait, en donde un tercio de la población local es chiita, desempeña el papel principal de intermediario en esta crisis. Los países árabes del Golfo acusan regularmente a Irán de injerencia en sus asuntos, lo que Teherán desmiente.
KUWAIT (NA) ─ Kuwait anunció este jueves la expulsión de diplomáticos iraníes y el cierre de misiones de la embajada de Irán, luego de la condena a miembros de una célula "terrorista" por sus relaciones con la República islámica, que a su vez amenazó con responder.
Las medidas de Kuwait se producen en plena crisis del Golfo, donde el asunto iraní es uno de los elementos centrales. Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto justificaron su ruptura de relaciones con Catar el 5 de junio pasado y las sanciones económicas tomadas en su contra, por su apoyo al "terrorismo" y su cercanía con Irán, país chiita y principal rival de los sunitas saudíes.
En Irán, el encargado de negocios kuwaití fue convocado por las autoridades locales. "Es lamentable que los responsables kuwaitíes (...) tengan como objetivo a la República islámica con acusaciones sin fundamento en vez de hacer un esfuerzo por reducir tensiones inútiles", afirmó un responsable del ministerio de Relaciones exteriores iraní durante su encuentro con el encargado de negocios kuwaití, según Bahram Ghassemi, portavoz del ministerio.
"Irán se reserva el derecho de (tomar) una medida similar", afirmó en su cuenta Telegram. Kuwait también ordenó el cierre de las misiones "militar, cultural y comercial" de Irán en el emirato, añadió el jueves a la AFP la fuente gubernamental kuwaití que dio la información. La Corte Suprema de Kuwait acaba de condenar al jefe de la célula "terrorista" a cadena perpetua y a 20 miembros del grupo a
diversas penas de prisión, por sus vínculos con Irán y el Hezbolá chiita libanés y por haber proyectado cometer atentados en Kuwait.
La célula tenía 26 miembros, todos kuwaitíes con la excepción de un iraní que se encuentra en paradero desconocido. La agencia oficial KUNA indicó por su parte que Kuwait pidió "reducir la cantidad de diplomáticos que trabajan en la legación iraní, el cierre de sus misiones anexas y la suspensión de las reuniones mixtas" de cooperación. La agencia, que cita a un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores kuwaití, no precisó la cantidad de diplomáticos
expulsados.
Medidas de retorsión
El ministro interino de Información, jeque Mohamed Abdalá al Sabah, interrogado por AFP, confirmó que su país había tomado medidas de retorsión contra Irán pero se abstuvo de detallarlas. El lunes, el periódico Al Seyassá informó que 14 kuwaitíes chiitas, miembros del mismo grupo, habían huido por mar hacia Irán.
El periódico, que cita a un alto responsable de los servicios de seguridad, precisó que esas personas huyeron el domingo al conocer la decisión de la Corte Suprema de condenarlos a penas de prisión. La información fue confirmada el miércoles por las autoridades kuwaitíes, que no precisaron a qué país huyeron. Kuwait, en donde un tercio de la población local es chiita, desempeña el papel principal de intermediario en esta crisis. Los países árabes del Golfo acusan regularmente a Irán de injerencia en sus asuntos, lo que Teherán desmiente.
Nigeria: Enfrentamiento entre aldeanos y pastores deja 33 muertos
LAGOS, Nigeria, 19 jul (Xinhua) -- Al menos 33 personas murieron en enfrentamientos entre aldeanos y pastores en la zona sur del estado de Kaduna, ubicado en el norte de Nigeria, informó hoy un alto oficial de policía.
Aldeanos asesinaron en dos diferentes ataques a 27 pastores que vivían en el área de Kajuru del estado, donde también perdieron la vida seis aldeanos, informó Agyole Abeh, comisionado estatal de la policía.
El área de Kajuru se ubica a unos 50 kilómetros de la capital del estado.
El jefe de la policía dijo que los responsables de este acto ruin y desalmado serán arrestados y enjuiciados.
Sin embargo, añadió que en las aldeas afectadas ya se restableció la calma
La crisis estalló el domingo cuando algunos jóvenes fulani presuntamente fueron a una aldea en Ugwan Uka para tomar venganza por la muerte de un familiar.
Aldeanos asesinaron en dos diferentes ataques a 27 pastores que vivían en el área de Kajuru del estado, donde también perdieron la vida seis aldeanos, informó Agyole Abeh, comisionado estatal de la policía.
El área de Kajuru se ubica a unos 50 kilómetros de la capital del estado.
El jefe de la policía dijo que los responsables de este acto ruin y desalmado serán arrestados y enjuiciados.
Sin embargo, añadió que en las aldeas afectadas ya se restableció la calma
La crisis estalló el domingo cuando algunos jóvenes fulani presuntamente fueron a una aldea en Ugwan Uka para tomar venganza por la muerte de un familiar.
Hermano de Benedicto XVI entre acusados de abuso de niños
Al menos 547 niños de la escuela del coro de la catedral de Ratisbona (sur de Alemania) fueron golpeados y maltratados por maestros o sacerdotes entre 1953 y 1992, de los cuales 67 sufrieron abusos sexuales, según el informe difundido hoy y encargado por el obispado para aclarar lo sucedido.
El abogado Ulrich Weber, autor de la investigación, presentó las conclusiones de su trabajo, en el que se constata que los responsables de la escuela debieron tener al menos “conocimientos superficiales” de lo que estaba ocurriendo, entre ellos también Georg Ratzinger, hermano del papa emérito Benedicto XVI.
Ratzinger, de 93 años, fue director musical del coro entre 1964 y 1994 y cuando salieron a la luz pública los primeros indicios del escándalo, en 2010, hablando entonces de unos cincuenta casos de abusos, calificó esas informaciones de “locura”.
Weber considera que el hermano del papa emérito tuvo conocimiento al menos de los castigos físicos que se infligían en la institución, aunque probablemente no de los casos de abusos sexuales.
Ni él ni el resto de sacerdotes tomaron medidas, al imperar lo que el autor del informe denomina una “cultura del silencio”, lo que ha dificultado la investigación ahora de esos casos.
En el estudio se recogen casos que van de caricias y tocamientos a violaciones, así como castigos físicos tales como palizas, bastonazos y golpes con todo tipo de objetos, fueran llaveros o gruesos anillos.
Asimismo se podía obligar a los niños a comer, cuando no querían, o se les negaba todo alimento, a modo de castigo.
Weber ha identificado en su informe a 49 personas que “con alta probabilidad” incurrieron en esas prácticas, de las cuales nueve perpetraron las agresiones sexuales.
En el centro se respiraba un ambiente “infernal”, relata el autor del informe, según el cual algunas de esas víctimas describían su situación en el lugar como similar a un “campo de concentración”.
Como responsable de esa situación señala Weber, por razones de jerarquía, al entonces obispo de Ratisbona, Gerhard Ludwig, quien no abordó con la responsabilidad debida la tarea de esclarecer lo que ocurría ahí.
Las etapas más álgidas fueron las décadas de los 60 y 70, mientras que a partir de 1992 empezaron a abordarse las primeras denuncias de víctimas.
El obispado reaccionó ante ello con el pago de los que denominó “reconocimiento de servicios”, por los que cada afectado percibió entre 5.000 y 20.000 euros y tras lo cual se daba por zanjado el asunto.
El representante del colectivo de víctimas, Peter Schmitt, elogió el trabajo de Weber, por considerar que ha contribuido enormemente a sacar a la luz esos casos, aunque advirtió que sigue habiendo una “cifra oscura” de víctimas anónimas que no se han atrevido aún a relatar la experiencia vivida.
El abogado Ulrich Weber, autor de la investigación, presentó las conclusiones de su trabajo, en el que se constata que los responsables de la escuela debieron tener al menos “conocimientos superficiales” de lo que estaba ocurriendo, entre ellos también Georg Ratzinger, hermano del papa emérito Benedicto XVI.
Ratzinger, de 93 años, fue director musical del coro entre 1964 y 1994 y cuando salieron a la luz pública los primeros indicios del escándalo, en 2010, hablando entonces de unos cincuenta casos de abusos, calificó esas informaciones de “locura”.
Weber considera que el hermano del papa emérito tuvo conocimiento al menos de los castigos físicos que se infligían en la institución, aunque probablemente no de los casos de abusos sexuales.
Ni él ni el resto de sacerdotes tomaron medidas, al imperar lo que el autor del informe denomina una “cultura del silencio”, lo que ha dificultado la investigación ahora de esos casos.
En el estudio se recogen casos que van de caricias y tocamientos a violaciones, así como castigos físicos tales como palizas, bastonazos y golpes con todo tipo de objetos, fueran llaveros o gruesos anillos.
Asimismo se podía obligar a los niños a comer, cuando no querían, o se les negaba todo alimento, a modo de castigo.
Weber ha identificado en su informe a 49 personas que “con alta probabilidad” incurrieron en esas prácticas, de las cuales nueve perpetraron las agresiones sexuales.
En el centro se respiraba un ambiente “infernal”, relata el autor del informe, según el cual algunas de esas víctimas describían su situación en el lugar como similar a un “campo de concentración”.
Como responsable de esa situación señala Weber, por razones de jerarquía, al entonces obispo de Ratisbona, Gerhard Ludwig, quien no abordó con la responsabilidad debida la tarea de esclarecer lo que ocurría ahí.
Las etapas más álgidas fueron las décadas de los 60 y 70, mientras que a partir de 1992 empezaron a abordarse las primeras denuncias de víctimas.
El obispado reaccionó ante ello con el pago de los que denominó “reconocimiento de servicios”, por los que cada afectado percibió entre 5.000 y 20.000 euros y tras lo cual se daba por zanjado el asunto.
El representante del colectivo de víctimas, Peter Schmitt, elogió el trabajo de Weber, por considerar que ha contribuido enormemente a sacar a la luz esos casos, aunque advirtió que sigue habiendo una “cifra oscura” de víctimas anónimas que no se han atrevido aún a relatar la experiencia vivida.
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