Los cuerpos fueron hallados en un paraje adyacente a la carretera Papantla-Poza Rica. Foto: Diócesis de Pantapla. |
Agentes de diversas corporaciones de seguridad emprendieron un importante operativo de búsqueda y a las pocas horas hallaron con vida al conductor, quien fue puesto a disposición de la Fiscalía para rendir declaración.
Por la tarde, miembros de la corporación de elite Fuerza Civil ubicaron los cuerpos de dos personas en un paraje adyacente a la carretera Papantla-Poza Rica, en la comunidad Reforma Escolín del municipio de Papantla, zona conurbada a Poza Rica.
La Fiscalía confirmó en un comunicado de prensa que se trata de los sacerdotes Alejo Naborí y José Alfredo Jiménez, y anunció el inicio de una investigación.
Señaló que a esa región del norte del estado, con fuerte presencia del crimen organizado, llegaron peritos para realizar el levantamiento de los cuerpos y recolectar indicios que serán integrados a las pesquisas.
La institución indicó que también serán integrados otros elementos de prueba “hasta que estos ilícitos sean esclarecidos en su totalidad y el o los responsables” sean llevados ante las autoridades judiciales.
Más tarde, la Fiscalía emitió un nuevo boletín en el que señaló que desde que supo de la privación de la libertad de las tres personas “ha desahogado 25 diligencias y cuenta ya con la identidad de un probable responsable”.
“El fiscal investigador continúa con la integración de la carpeta de investigación y en próximas horas (el sospechoso) será consignado ante el juez de control”, indicó la dependencia estatal, que prometió que “seguirá informando de este caso en el marco de la ley y de acuerdo con los tiempos que el derecho permita”.
La Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado esta tarde en que expresa su “dolor e indignación ante la violencia ejercida” contra los sacerdotes asesinados, y exhorta a la autoridad a lograr el “esclarecimiento de los hechos y la aplicación de la justicia contra los responsables”.
En el documento, la Conferencia externa su “cercanía y oración” a la diócesis de Papantla, a su obispo y a los familiares de los sacerdotes asesinados.
“En estos momentos de dolor, impotencia y tragedia provocada por la violencia, elevamos nuestra plegaria al cielo por el eterno descanso de estos hermanos nuestros, e imploramos al Señor la conversión de sus agresores”, añade.
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