La propuesta tuvo el apoyo de todos los partidos parlamentarios (socialdemócratas, democristianos, ultranacionalistas e izquierdistas), con la excepción del liberal NEOS, que apoya el acuerdo, aunque reclama algunas modificaciones.
En el socialdemócrata SPÖ, uno de los ponentes de la moción, calificaron su aprobación como “un gran triunfo para los consumidores, el medioambiente, la protección de los animales y los derechos humanos”.
El partido conservador ÖVP, actualmente el de mayor peso en el Parlamento, apoyó inesperadamente la propuesta, mientras que el ultranacionalista FPÖ aseguró que el acuerdo “es historia” y que Austria no puede arrodillarse ante los intereses de la industria.
También Los Verdes, que no están en el Parlamento, defendieron la necesidad de detener lo que calificaron de “acuerdo nocivo”.
Austria celebrará el próximo día 29 elecciones generales anticipadas, de las que saldrán un nuevo Parlamento y un nuevo Ejecutivo, que sustituirá al actual gabinete de expertos, en el poder desde el pasado junio tras una crisis política que acabó con la coalición entre conservadores y ultranacionalistas.
El nuevo Gobierno estará obligado a aplicar este veto en el Consejo Europeo, donde están representados todos los países de la UE y que debe ratificar el acuerdo, junto con el Parlamento Europeo y los Estados miembros.
El pasado 28 de junio, la UE y el Mercado Común del Sur (Mercosur) -integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-, finalizaron tras 20 años de negociaciones el acuerdo comercial, que todavía debe ser ratificado para entrar en vigor.
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