El accidente provocó un importante escape de heptilo, un propulsor del cohete altamente tóxico, pero no hubo información de víctimas o una amenaza inmediata a las poblaciones cercanas.
La cadena estatal de televisión Rossiya-24 emitió imágenes del cohete Proton-M desintegrándose segundos después de su despegue. Estalló en llamas en el aire y se estrelló formando una bola de fuego cerca de la plataforma de lanzamiento.
La agencia de noticias Interfax citó a una fuente no citada diciendo que el personal de la plataforma de lanzamiento estaba en búnkers cuando el cohete despegó.
La agencia espacial rusa Roscosmos dijo que el accidente se produjo por el apagado de emergencia de los motores del cohete a los 17 segundos de vuelo.
La agencia estatal de noticias RIA dijo que el apagado pudo estar causado por un problema en el motor o en el sistema de dirección.
El cohete contenía 172 toneladas de heptilo, un propulsor altamente tóxico, dijo el ministro de Emergencias de Kazajistán Vladimir Bozhko en una reunión de emergencia del Gobierno.
Talgat Musabayev, director de la agencia espacial kazaja Kazcosmos, dijo que el óxido nítrico - el resultado de quemar el heptilo - era mucho menos tóxico para los humanos. Dijo que estaba lloviendo en la zona, así que las nubes tóxicas probablemente no llegarían a la población de Baikonur a unos 60 km de distancia.
No obstante, las autoridades instaron a los habitantes de la zona que se quedaran en casa y no abrieran las ventanas, y ordenó el cierre de tiendas y abastecimientos públicos, dijo el ministro del Interior kazajo Kalmukhambet Kasymov.
Rusia prevé gastar más de 300.000 millones de rublos (unos 7.000 millones de euros) hasta 2020 en Glonass, su respuesta al sistema estadounidense GPS.
Reuters