El grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha perpetrado crímenes de guerra y contra la humanidad con diversos actos para la exterminación de minorías étnicas, técnicas para aterrorizar a los civiles, violencia sexual contra las mujeres y el reclutamiento y adoctrinamiento de niños.
Estos crímenes fueron denunciados ayer por la comisión de la ONU que investiga las violaciones de los derechos humanos en el conflicto armado de Siria, que ha compilado por primera vez las evidencias de la situación de los civiles en los territorios donde actúa el grupo terrorista.
Se trata de un informe que podría ser la base para un eventual procesamiento de los responsables por la justicia internacional y que se basa en más de 300 entrevistas con hombres, mujeres y niños que han vivido o viven en áreas bajo control del EI.
Presidida por el jurista brasileño Paulo Pinheiro, la comisión pone de relieve los crímenes atroces de los yihadistas y alerta de que “su capacidad militar ha aumentado”, con una movilización más rápida y una potencia de fuego mayor que les permite sorprender a sus oponentes y asegurarse la superioridad.
En las zonas en las que ha impuesto su autoridad, las detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones, castigos corporales públicos -incluidas mutilaciones- y otros tipos de abusos son cotidianos, según la comisión.
El EI realiza amputaciones y da latigazos a personas. A los hombres se les amputan las manos por supuestos robos y los dedos por fumar. Los hombres pueden ser sometidos a latigazos por estar acompañados de una mujer que no consideran vestida apropiadamente.
De las entrevistas que efectuaron los comisionados de la ONU se supo también que “siempre” hay cabezas y cuerpos exhibidos en plazas y rotondas a modo de advertencia para el resto de la población.
La comisión de la ONU para Siria, presidida por Pinheiro y que completan los juristas estadounidense Karen Abu Zayd, suiza Carla del Ponte y tailandés Vitit Muntarbhorn, considera que “someter a las personas a mutilaciones, desfigurarlas o dejarlas discapacitadas, quitándoles alguna extremidad, son casos de crímenes de guerra”.
DECAPITACIÓN
El EI ejecutó a uno de sus dirigentes acusado de malversación de fondos y robo, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
“El EI ha ejecutado a uno de sus altos dirigentes, de nacionalidad siria, decapitándolo y crucificándolo” en la provincia de Deir Ezzor, anunció el Observatorio.
Según esta fuente, estaba acusado de “coger dinero de musulmanes (...) y de malversar fondos del EI”.
El OSDH difundió una fotografía del hombre, identificado como Jalaybeeb Abou Muntather.
Se trata de un informe que podría ser la base para un eventual procesamiento de los responsables por la justicia internacional y que se basa en más de 300 entrevistas con hombres, mujeres y niños que han vivido o viven en áreas bajo control del EI.
Presidida por el jurista brasileño Paulo Pinheiro, la comisión pone de relieve los crímenes atroces de los yihadistas y alerta de que “su capacidad militar ha aumentado”, con una movilización más rápida y una potencia de fuego mayor que les permite sorprender a sus oponentes y asegurarse la superioridad.
En las zonas en las que ha impuesto su autoridad, las detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones, castigos corporales públicos -incluidas mutilaciones- y otros tipos de abusos son cotidianos, según la comisión.
El EI realiza amputaciones y da latigazos a personas. A los hombres se les amputan las manos por supuestos robos y los dedos por fumar. Los hombres pueden ser sometidos a latigazos por estar acompañados de una mujer que no consideran vestida apropiadamente.
De las entrevistas que efectuaron los comisionados de la ONU se supo también que “siempre” hay cabezas y cuerpos exhibidos en plazas y rotondas a modo de advertencia para el resto de la población.
La comisión de la ONU para Siria, presidida por Pinheiro y que completan los juristas estadounidense Karen Abu Zayd, suiza Carla del Ponte y tailandés Vitit Muntarbhorn, considera que “someter a las personas a mutilaciones, desfigurarlas o dejarlas discapacitadas, quitándoles alguna extremidad, son casos de crímenes de guerra”.
DECAPITACIÓN
El EI ejecutó a uno de sus dirigentes acusado de malversación de fondos y robo, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
“El EI ha ejecutado a uno de sus altos dirigentes, de nacionalidad siria, decapitándolo y crucificándolo” en la provincia de Deir Ezzor, anunció el Observatorio.
Según esta fuente, estaba acusado de “coger dinero de musulmanes (...) y de malversar fondos del EI”.
El OSDH difundió una fotografía del hombre, identificado como Jalaybeeb Abou Muntather.