Sailson José das Graças, de 26 años, fue detenido en Río de Janeiro y contó, con orgullo, todos los crímenes que había cometido. "No estoy arrepentido y, si saliese de prisión en 15 años, volvería a hacer lo mismo"
Con la frialdad de quien explica su rutina de trabajo, Sailson José das Graças, de 26 años, contó la mañana de este jueves a la cadena Globo, desde la comisaría y horas después de ser arrestado, cómo mató a sus víctimas, que asegura que fueron 42 en nueve años.
"Tenía ganas de matar mujeres, mujeres blancas, ninguna negra. Observaba a la víctima, la estudiaba y esperaba un mes o una semana. Intentaba saber dónde vivía, cómo era la familia, a qué hora andaba por la calle. Pasaba un tiempo y cuando veía una brecha en la casa, una facilidad, aprovechaba y entraba", narró este presunto asesino de 38 mujeres, tres hombres y un niño de dos años, al que mató por "miedo a que los vecinos escucharan el llanto" durante otro asesinato.
Detenido en Nova Iguaçú, localidad del área metropolitana de Río de Janeiro, Sailson explicó su preferencia por mujeres blancas y su ansiedad cuando pasaba un tiempo sin matar. "Cuando no lo hacía, me ponía nervioso y, después de matar, ya me quedaba más tranquilo. Después de una víctima, podía estar de buenas un par de meses, sin matar, pensando en la última víctima. Y después salía de nuevo", narró. "Sólo mataba por placer. Después me iba. Mataba, robaba un poco y salía".
La crudeza profesional del hombre se refleja en su cuidado por el método: "Mataba sin preocuparme por la cárcel, hacía las cosas bien hechas porque me gustaba. Usaba guantes para evitar las huellas, miraba si había cámaras o no. Si había vidrios oscuros, ahí intentaba usar un pasamontañas, no llevaba documentos, nada que diese una pista para la policía".
Según los agentes policiales, "los detalles que dio sólo los puede conocer alguien que estuvo en la escena del crimen", contaron después de contraponer sus relatos con los crímenes cometidos y registrados en el sistema informático.
A los 17 años de edad, cometer robos se le quedó pequeño a este presunto psicópata. "Empecé a robar bolsos, pequeños hurtos, y cuando fui creciendo empecé a tener un pensamiento diferente.Con 17 años maté a la primera persona, me dio aquella adrenalina y me acostumbré, me empezó a gustar".
Sailson, que confesó también matar por encargo de una mujer y su ex marido, que también fueron presos, negó cualquier tipo de arrepentimiento por sus crímenes: "No me arrepiento. Lo que hice, hecho está, no hay vuelta atrás. Si saliese de aquí dentro de 10 o 15 años, volvería a hacer lo mismo".
Infobae
"Tenía ganas de matar mujeres, mujeres blancas, ninguna negra. Observaba a la víctima, la estudiaba y esperaba un mes o una semana. Intentaba saber dónde vivía, cómo era la familia, a qué hora andaba por la calle. Pasaba un tiempo y cuando veía una brecha en la casa, una facilidad, aprovechaba y entraba", narró este presunto asesino de 38 mujeres, tres hombres y un niño de dos años, al que mató por "miedo a que los vecinos escucharan el llanto" durante otro asesinato.
Detenido en Nova Iguaçú, localidad del área metropolitana de Río de Janeiro, Sailson explicó su preferencia por mujeres blancas y su ansiedad cuando pasaba un tiempo sin matar. "Cuando no lo hacía, me ponía nervioso y, después de matar, ya me quedaba más tranquilo. Después de una víctima, podía estar de buenas un par de meses, sin matar, pensando en la última víctima. Y después salía de nuevo", narró. "Sólo mataba por placer. Después me iba. Mataba, robaba un poco y salía".
La crudeza profesional del hombre se refleja en su cuidado por el método: "Mataba sin preocuparme por la cárcel, hacía las cosas bien hechas porque me gustaba. Usaba guantes para evitar las huellas, miraba si había cámaras o no. Si había vidrios oscuros, ahí intentaba usar un pasamontañas, no llevaba documentos, nada que diese una pista para la policía".
Según los agentes policiales, "los detalles que dio sólo los puede conocer alguien que estuvo en la escena del crimen", contaron después de contraponer sus relatos con los crímenes cometidos y registrados en el sistema informático.
A los 17 años de edad, cometer robos se le quedó pequeño a este presunto psicópata. "Empecé a robar bolsos, pequeños hurtos, y cuando fui creciendo empecé a tener un pensamiento diferente.Con 17 años maté a la primera persona, me dio aquella adrenalina y me acostumbré, me empezó a gustar".
Sailson, que confesó también matar por encargo de una mujer y su ex marido, que también fueron presos, negó cualquier tipo de arrepentimiento por sus crímenes: "No me arrepiento. Lo que hice, hecho está, no hay vuelta atrás. Si saliese de aquí dentro de 10 o 15 años, volvería a hacer lo mismo".
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