La "amnistía" es el eje de la celebración del Año Santo de la Misericordia. Hasta ahora debía autorizarlo un obispo. Se lleva a cabo en la Argentina desde que Jorge Bergoglio era cardenal.
El Papa Francisco declaró ayer que durante el próximo Año de la Misericordia permitirá a los sacerdotes absolver a las mujeres que hayan cometido el "pecado del aborto" si ellas se arrepienten "con corazón contrito"', alegando que él es muy consciente de que muchas sienten que no tuvieron más remedio que tomar esa decisión extrema.
Reflejando el tema de la misericordia, uno de los aspectos centrales de su pontificado, Francisco dijo en una carta publicada por el Vaticano que ha conocido a muchas mujeres que llevan "la cicatriz de esta decisión angustiosa" de abortar.
Dijo que no se puede negar el perdón de Dios a quienes se arrepienten y que por eso dio a los sacerdotes la decisión discrecional de absolver ese pecado durante el Año Santo de la Misericordia, que va del 8 de diciembre venidero hasta el 20 de noviembre de 2016.
Para la Iglesia, el aborto es un pecado tan grave que una católica arrepentida por haberse sometido a esa práctica no podía simplemente confesarse con su cura párroco. En cambio, el obispo de su diócesis debía designar a un sacerdote especializado en tales confesiones para escuchar la de la mujer o reservarse para sí la decisión de absolver a esas mujeres.
Con esta decisión, el Papa Francisco permitió a las mujeres que eviten esta gestión complicada y se confiesen con cualquier sacerdote durante el próximo año santo.
Francisco aclaró que no está minimizando la gravedad del aborto para la Iglesia, que esencialmente considera lo considera algo equivalente a un asesinato. En lugar de ello, aplicó su liderazgo en el tema de la misericordia a lo que es una elección muy personal, que a menudo angustia a muchas mujeres.
"Algunas experimentan la tragedia del aborto con una conciencia superficial, como si no se dieran cuenta del daño extremo que implica tal acto", escribió Francisco en una carta a un funcionario del Vaticano que promueve los esfuerzos de evangelización de la Iglesia.
"Muchas otras, por otro lado, a pesar de experimentar este momento como una derrota, creen que no tuvieron otra opción".
Francisco se basó en décadas de experiencia pastoral con fieles católicos en Argentina, incluso como arzobispo de Buenos Aires, época en que había autorizado a los curas a absolver a mujeres que habían abortado
"Pienso en particular en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Soy muy consciente de la presión que las llevó a esta decisión", dijo. "Sé que es una experiencia existencial y moral penosa".
"He conocido a tantas mujeres que llevan en el corazón la cicatriz de esta decisión angustiante y dolorosa", escribió Francisco.
"No se puede negar el perdón de Dios a quien se ha arrepentido, sobre todo cuando esa persona aborda el Sacramento de la Confesión con corazón sincero para obtener la reconciliación con el Padre", recalcó.
Agregó que por ello ha decidido conceder a todos los sacerdotes "la discreción de absolver del pecado del aborto a todos los que lo han procurado y que, con corazón contrito, buscan el perdón".
No obstante, el Vaticano dejó claro que "el perdón del pecado del aborto no condona el aborto ni minimiza sus efectos graves. La novedad es claramente el acercamiento pastoral del Papa Francisco".
En algunos casos, los obispos recurren a un cuerpo especial de sacerdotes —a menudo procedentes de las filas de los jesuitas, como el Papa— para servir como confesores de una mujer que busca el perdón por haber abortado.
En Estados Unidos, que el Papa visitará durante una peregrinación este mes, muchos obispos ya permiten a los sacerdotes absolver a las mujeres que han tenido abortos, mientras que en algunas diócesis los obispos se han reservado esa decisión para sí mismos.
La directriz del Papa difundida ayer "recuerda a los sacerdotes de la necesidad de la misericordia y toma también un tono muy pastoral hacia la mujer que ha tenido un aborto", dijo el padre James Martin, editor de la revista jesuita America.
También para enfermos. El perdón a las mujeres que abortaron es sólo una parte de la carta que explica el jubileo. Francisco incluye en la "gran amnistía" religiosa a enfermos, ancianos y presos. Además, envía un mensaje de reconciliación a los ultraconservadores del movimiento lefebvrista de la Fraternidad San Pío X, excomulgados hace tres décadas por Juan Pablo II.