Al menos 14 personas fallecieron y otras 14 resultaron heridas este miércoles en un tiroteo perpetrado en un centro de pacientes con problemas mentales en San Bernardino, al este de Los Ángeles, confirmaron las autoridades.
El jefe policial Jarrod Burguan dijo en una rueda de prensa que “los datos preliminares indican que 14 personas murieron, mientras otras 14 fueron heridas”.
“Al menos tres sospechosos perpetraron la masacre, huyeron en un todoterreno negro”, señaló Burguan. “No sabemos quiénes son, pero estaban preparados como si se tratara de una misión”.
Las autoridades todavía desconocen las razones que motivaron la masacre pero reconocieron que se trata “como mínimo de un acto de terrorismo doméstico”.
El tiroteo comenzó cerca de las 11:00 locales en el Centro Regional Inland, que acogía a esa hora un evento organizado por el condado de San Bernardino.
Un empleado del centro, Brandon Hunt, contó a la cadena CNN que un centenar de personas se habían dado cita en el evento, además de unos 550 trabajadores, que “se encerraron en oficinas y armarios para intentar estar a salvo”.
Hunt no dijo cuántos pacientes estaban en el centro en el momento del tiroteo.
“Es una situación muy desafortunada. Estas personas dan su corazón y su alma para ayudar a los demás. Es una locura la audacia de los atacantes, de venir aquí y disparar”, reconoció.
Los bomberos de la ciudad habían anunciado previamente por Twitter que la masacre había dejado unas 20 víctimas, pero no precisó el número de muertos y heridos.
“La situación (de amenaza) sigue activa”, explicó la sargento Vicki Cervantes durante una rueda de prensa.
El tiroteo, perpetrado en un centro de ayuda a personas con problemas mentales, dejó 14 muertos y 17 heridos.
Las autoridades aseguraron que al menos tres sospechosos llevaron a cabo el ataque, “preparados como si se tratara de una misión”.
El presidente Barack Obama lamentó que en Estados Unidos exista “un patrón de tiroteos masivos”.
“Ahora existe en este país un patrón de tiroteos masivos sin igual en el mundo. Podríamos tomar varias medidas, no para eliminar todos estos tiroteos, pero para mejorar las chances de que no se produzcan con tanta frecuencia”.
Hace apenas cinco días, el mandatario clamó un rotundo “ya basta” a los ataques con armas de fuego después de que tres personas murieran y otras nueve resultaran heridas en una masacre en Colorado, al oeste del país.