Una investigación apunta hacia el mandatario ruso como el culpable por la muerte del espía Alexander Litvinenko.
Robert Owen, el juez a cargo de la indagación sobre el asesinato de Litvinenko señaló que posiblemente el presidente ruso firmó la orden de muerte de Litvinenko, envenenado con la sustancia radiactiva polonio 210.
"Teniendo en cuenta todas las pruebas y análisis disponibles, he encontrado que la operación de la FSB para matar a Litvinenko fue probablemente aprobada por el señor (Nikolai) Patrushev (director del FSB) y también por el presidente Putin", señaló el magistrado.
Litvinenko, que pidió asilo político al llegar a Londres en noviembre de 2000, obtuvo la nacionalidad británica y trabajó para los servicios secretos MI6. El exespía ruso, que tenía 43 años cuando murió, se había reunido con Lugovói y Kovtun en el hotel Milennium, en el barrio londinense de Mayfair, el día que tomó la fatídica taza de té.
El magistrado apuntó al trabajo de Litvinenko para los servicios secretos británicos, las críticas contra el FSB y contra Putin, además de sus vínculos con el magnate ruso Boris Berezovsky, como los posibles motivos para su asesinato. Además, el uso de polonio 210, subraya el juez, es un "fuerte indicio de participación estatal".
Owmen también mencionó las rivalidades entre Litvinenko y Putin, que datan de los años en que el dirigente ruso estuvo en el FSB. El exespía hizo "repetidos ataques personales" contra Putin después de solicitar asilo en el Reino Unido en 2000, agregó.
En términos generales, según el juez, la administración de Putin, incluido el mismo presidente y el FSB, tenían motivos para tomar medidas contra Litvinenko, incluso matarle, a finales de 2006.El magistrado se mostró "seguro" de que el asesinato fue perpetrado por Lugovói y Kovtun, ambos solicitados por las autoridades británicas pero que Rusia se niega a extraditar.
Agencias