Arrastrada por Brasil y Venezuela, América Latina y el Caribe registrará en 2016 un segundo año de decrecimiento económico antes de rebotar a terreno positivo en 2017, estimó este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI), más pesimista que en enero. En este escenario, Paraguay pasa de una proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto de 2,9% para 2016 a 3,2% para 2017, con inflación que va de 3,8% para este año, a 4,5% para el año que viene
En un escenario mundial débil y propenso a empeorar, el FMI estimó que el PIB regional decrecerá 0,5% este año, una caída mayor a la de 0,3% publicada por el organismo en enero.
Aún más lejos quedó el moderado optimismo de octubre, cuando la institución proyectaba un 0,8% de crecimiento de la economía latinoamericana y caribeño, una región afectada de manera distinta por los grandes shocks mundiales, como la caída de los commodities y la desaceleración de China.
Este año, el desempeño económico en la región será además peor que en 2015, cuando los países de la región se contrajeron 0,1%, indicó la institución, que celebra en Washington su reunión anual esta semana.
De concretarse las estimaciones del Fondo para 2016, América Latina y el Caribe habrá tenido dos años seguidos de recesión, algo inédito desde 1982-1983, cuando la crisis de la deuda desencadenó la llamada “década perdida” para la región.
La caída se detendría en 2017: el FMI espera un fortalecimiento de la actividad económica en todos los países, con un crecimiento regional de 1,5%.
Afectados de manera disímil por el entorno, las perspectivas de crecimiento de los países de la región se han separado: mientras México, Centroamérica y el Caribe se benefician de la recuperación de Estados Unidos, y en algunos casos de la caída de los precios energéticos, Suramérica se mantiene “fuertemente afectada” por los bajos precios de las materias primas.
“Más profunda de lo esperado”
En Brasil se espera una caída de la economía de 3,8% -resultado idéntico a 2015-, a medida que la acentuada recesión y “las incertidumbres domésticas” dificultan la toma de correctivos en el gobierno de Dilma Rousseff, que paralelamente batalla por su supervivencia política.
“En América Latina, la caída de Brasil fue más profunda de lo esperado”, y aunque en 2017 se espera un freno a la contracción económica en la séptima economía del mundo, el FMI indicó que sus proyecciones son objeto de “grandes incertidumbres”.
En Argentina, la tercera economía de la región, las políticas de liberación económica del presidente Mauricio Macri incrementan la posibilidad de crecimiento en el mediano plazo, no sin riesgos más inmediatos, indicó el Fondo.
Según el FMI, “el actual empuje para corregir desbalances macroeconómicos y distorsiones microeconómicas en Argentina ha mejorado los prospectos de crecimiento en el mediano plazo, pero el ajuste posiblemente generara una leve recesión en 2016”, con una caída estimada del PIB de 1%.
Venezuela, que depende de las ventas de hidrocarburos para obtener 96% de sus divisas, se mantendrá en una “profunda recesión” y caerá 8% en 2016, complicada por la “incertidumbre política” y una creciente presión en sus indicadores macroeconómicos a medida que los precios del petróleo se estancan.
La inflación se espera que llegue a casi 500% a finales del año en el país con las mayores reservas de petróleo del planeta, sumido en una aguda escasez de productos básicos causada, según economistas, en estrictos controles de precios y divisas.
La caída del precio del crudo también sigue afectando a otros países productores de la región: Colombia deberá sufrir una desaceleración pero se mantendrá en la senda positiva con un 2,5% de crecimiento, mientras que Ecuador se unirá a los países en contracción, con una caída de 4,5% en 2016, indicó el Fondo.
En un contexto de estancamiento de los precios, esa debilidad de los exportadores latinoamericanos de petróleo y de otros commodities, unido a una desaceleración de China, influenciará en el modesto crecimiento de los países emergentes en 2016.
En un escenario mundial débil y propenso a empeorar, el FMI estimó que el PIB regional decrecerá 0,5% este año, una caída mayor a la de 0,3% publicada por el organismo en enero.
Aún más lejos quedó el moderado optimismo de octubre, cuando la institución proyectaba un 0,8% de crecimiento de la economía latinoamericana y caribeño, una región afectada de manera distinta por los grandes shocks mundiales, como la caída de los commodities y la desaceleración de China.
Este año, el desempeño económico en la región será además peor que en 2015, cuando los países de la región se contrajeron 0,1%, indicó la institución, que celebra en Washington su reunión anual esta semana.
De concretarse las estimaciones del Fondo para 2016, América Latina y el Caribe habrá tenido dos años seguidos de recesión, algo inédito desde 1982-1983, cuando la crisis de la deuda desencadenó la llamada “década perdida” para la región.
La caída se detendría en 2017: el FMI espera un fortalecimiento de la actividad económica en todos los países, con un crecimiento regional de 1,5%.
Afectados de manera disímil por el entorno, las perspectivas de crecimiento de los países de la región se han separado: mientras México, Centroamérica y el Caribe se benefician de la recuperación de Estados Unidos, y en algunos casos de la caída de los precios energéticos, Suramérica se mantiene “fuertemente afectada” por los bajos precios de las materias primas.
“Más profunda de lo esperado”
En Brasil se espera una caída de la economía de 3,8% -resultado idéntico a 2015-, a medida que la acentuada recesión y “las incertidumbres domésticas” dificultan la toma de correctivos en el gobierno de Dilma Rousseff, que paralelamente batalla por su supervivencia política.
“En América Latina, la caída de Brasil fue más profunda de lo esperado”, y aunque en 2017 se espera un freno a la contracción económica en la séptima economía del mundo, el FMI indicó que sus proyecciones son objeto de “grandes incertidumbres”.
En Argentina, la tercera economía de la región, las políticas de liberación económica del presidente Mauricio Macri incrementan la posibilidad de crecimiento en el mediano plazo, no sin riesgos más inmediatos, indicó el Fondo.
Según el FMI, “el actual empuje para corregir desbalances macroeconómicos y distorsiones microeconómicas en Argentina ha mejorado los prospectos de crecimiento en el mediano plazo, pero el ajuste posiblemente generara una leve recesión en 2016”, con una caída estimada del PIB de 1%.
Venezuela, que depende de las ventas de hidrocarburos para obtener 96% de sus divisas, se mantendrá en una “profunda recesión” y caerá 8% en 2016, complicada por la “incertidumbre política” y una creciente presión en sus indicadores macroeconómicos a medida que los precios del petróleo se estancan.
La inflación se espera que llegue a casi 500% a finales del año en el país con las mayores reservas de petróleo del planeta, sumido en una aguda escasez de productos básicos causada, según economistas, en estrictos controles de precios y divisas.
La caída del precio del crudo también sigue afectando a otros países productores de la región: Colombia deberá sufrir una desaceleración pero se mantendrá en la senda positiva con un 2,5% de crecimiento, mientras que Ecuador se unirá a los países en contracción, con una caída de 4,5% en 2016, indicó el Fondo.
En un contexto de estancamiento de los precios, esa debilidad de los exportadores latinoamericanos de petróleo y de otros commodities, unido a una desaceleración de China, influenciará en el modesto crecimiento de los países emergentes en 2016.