Corea del Norte. Condenado a trabajos forzados
COREA DEL NORTE - Corea del Norte sentenció hoy a diez años de trabajos forzados al estadounidense de origen coreano Kim Dong-chul, en la segunda condena de este tipo a ciudadanos de Estados Unidos en menos de dos meses.
Kim, de 62 años, recibió el veredicto del Tribunal Supremo norcoreano por haber organizado "un plan de espionaje y subversivo" para "derrocar el sistema social" del régimen, según indicó la agencia estatal de Corea del Norte KCNA.
En el juicio, los fiscales pidieron 15 años de trabajos forzados y la defensa exigió la absolución al alegar arrepentimiento, según detalló el medio oficialista, aunque finalmente la sentencia fue de diez años por violación de dos artículos del Código Penal norcoreano.
Este estadounidense nacido en Corea del Sur fue capturado en octubre en Rason, una zona económica especial en el extremo noreste de Corea del Norte pegada a la frontera con China y Rusia, tras haber recibido de otra persona una memoria USB con secretos nucleares y militares norcoreanos, según confesó posteriormente.
En su confesión, que tuvo lugar el pasado mes de marzo en una rueda de prensa organizada por el régimen, el entonces acusado aseguró que su intención era entregar la información confidencial norcoreana a agentes de inteligencia de Corea del Sur.
Tras esta declaración, el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) de Seúl negó cualquier implicación en las presuntas actividades del condenado, mientras que Estados Unidos ni siquiera confirmó oficialmente su detención para evitar -según el Departamento de Estado- perjudicar a sus ciudadanos retenidos en el país asiático.
El acusado también confesó haber actuado para "calumniar la dignidad de la dirección suprema", en referencia al líder norcoreano Kim Jong-un, según puntualizó hoy la KCNA. Kim Dong-chul es el segundo estadounidense condenado a trabajos forzados en Corea del Norte en apenas dos meses después de que Otto Frederick Warmbier, estudiante de 21 años de la Universidad de Virginia, recibiera el 16 de marzo una sentencia de 15 años por intentar sustraer un cartel de propaganda política de su hotel en Pyongyang.
En ese caso, Corea del Norte difundió ampliamente el fallo, según el cual el joven había cometido este "acto hostil" contra el régimen por orden de una iglesia protestante de Ohio, con apoyo de una agrupación universitaria y con el visto bueno de Washington y la CIA.
Al tratarse de un veredicto del Tribunal Supremo, máximo órgano judicial de Corea del Norte, las condenas a trabajos forzados impuestas a ambos reos se consideran definitivas y no existe posibilidad de apelación. Aún así, en el pasado Pyongyang ha utilizado las detenciones de ciudadanos estadounidenses como moneda de cambio para entablar negociaciones políticas con Washington, y en muchos casos los presos han sido liberados tras un período de cautiverio mucho menor al que indicaba su sentencia.
De hecho, el estadounidense que más tiempo permaneció capturado en el país comunista fue Kenneth Bae, que recibió una pena de 15 años de trabajos forzados y cumplió más de dos hasta su liberación en noviembre de 2014. En cuanto a las habituales confesiones de espionaje o "actos hostiles" contra el Estado norcoreano, la mayoría de los extranjeros detenidos en los últimos años han asegurado que las emitieron bajo órdenes de las autoridades de Pyongyang y se han retractado de ellas tras ser liberados.
Además de Kim y Warmbier hay otro extranjero con condena firme en Corea del Norte, el pastor canadiense de origen surcoreano Hyeon Soo-lim, sobre el que pesa una sentencia de cadena perpetua. El veredicto de hoy ha llegado en un momento de elevada tensión entre Corea del Norte y la comunidad internacional, después de que el país haya recibido duras sanciones por sus pruebas nucleares y de misiles llevadas a cabo en enero y febrero, respectivamente.
Debido a este clima de tensión se prevé difícil un indulto a los reos a corto plazo, aunque se espera que tanto Kim como Warmbier sean liberados en el futuro, al igual que ocurrió con sus compatriotas retenidos anteriormente.
EFE