Polly Sheppard, de 72 años, dio su testimonio en un tribunal federal en Charleston, Carolina del Sur, durante el juicio contra el supremacista blanco Dylann Roof, de 22.
El 17 de junio del 2015, Roof entró a la iglesia metodista episcopal africana Madre Emanuel y masacró a nueve personas. Ahora enfrenta 33 cargos y la fiscalía pide la pena de muerte.
Este miércoles, Sheppard describió con calidez a los nueve hombres y mujeres que murieron esa tarde cuando participaban en un grupo de estudio de la Biblia. Contó que ella no pensaba quedarse, pero que su amiga Myra Thompson –quien luego murió– le insistió en que lo hiciera.
“Tenía planes de escaparme”, contó Sheppard, con una sonrisa. “Pero (Thompson) no dejaba de vigilarme”. Luego Roof entró a la iglesia, se unió al grupo y recibió una Biblia y un panfleto. Casi una hora después, cuando todos se pusieron de pie para rezar con los ojos cerrados, Sheppard escuchó los primeros disparos.
Contó que se refugió bajo una mesa y, tras varios tiros, vio las botas del asesino delante de ella. “¿No te disparé todavía?”, le preguntó Roof. “No”, respondió Sheppard. “No lo haré. Necesito que cuentes la historia”, dijo el joven, según el relato de la mujer.
El 17 de junio del 2015, Roof entró a la iglesia metodista episcopal africana Madre Emanuel y masacró a nueve personas. Ahora enfrenta 33 cargos y la fiscalía pide la pena de muerte.
Este miércoles, Sheppard describió con calidez a los nueve hombres y mujeres que murieron esa tarde cuando participaban en un grupo de estudio de la Biblia. Contó que ella no pensaba quedarse, pero que su amiga Myra Thompson –quien luego murió– le insistió en que lo hiciera.
“Tenía planes de escaparme”, contó Sheppard, con una sonrisa. “Pero (Thompson) no dejaba de vigilarme”. Luego Roof entró a la iglesia, se unió al grupo y recibió una Biblia y un panfleto. Casi una hora después, cuando todos se pusieron de pie para rezar con los ojos cerrados, Sheppard escuchó los primeros disparos.
Contó que se refugió bajo una mesa y, tras varios tiros, vio las botas del asesino delante de ella. “¿No te disparé todavía?”, le preguntó Roof. “No”, respondió Sheppard. “No lo haré. Necesito que cuentes la historia”, dijo el joven, según el relato de la mujer.