"Confirmamos la detención [de Temer], en Sao Paulo", dijo a la AFP la asesoría de prensa del MPF de Rio de Janeiro, donde se emitió la orden de arresto.
El expresidente brasileño Michel Temer fue detenido este jueves como presunto jefe de “una organización criminal” que negociaba sobornos a cambio de contratos de obras en la usina nuclear Angra 3, de Rio de Janeiro, informó la Fiscalía.
La operación, bautizada “Radiactividad”, investiga “crímenes de corrupción, desvío de fondos y blanqueo de dinero debido a posibles pagos ilícitos” realizados por un empresario “para la organización criminal liderada por Michel Temer”, precisó el Ministerio Público Federal en un comunicado de prensa.
La asesoría se abstuvo de dar mayores detalles, alegando secreto de sumario hasta el fin del operativo que según la prensa también tiene por blanco al exministro de Minas y Energía Moreira Franco.
Temer, citado en varias investigaciones, fue detenido por orden del juez Marcelo Bretas, a cargo en Rio de la Operación Lava Jato, el escándalo que destapó una red de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos de casi todos los partidos para obtener contratos en Petrobras.
Temer, de 78 años, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), era vicepresidente de Dilma Rousseff, a quien sustituyó en mayo de 2016 cuando la mandataria de izquierda fue separada de su cargo en el marco de una investigación por presunta manipulación de las cuentas públicas.
Superviviente
Michel Temer pasó tres décadas en los bastidores de la política brasileña, hasta que alcanzó el poder tras el impeachment de Dilma Rousseff. Sobrevivió a casi todo, incluso a una impopularidad récord en su breve mandato, pero a los 78 años el veterano estratega ha caído víctima de las denuncias de corrupción que oscurecieron su gris presidencia.
Menos de tres meses después de salir del Palacio de Planalto, el exmandatario fue detenido este jueves en Sao Paulo a pedido de un juez de la operación anticorrupción Lava Jato en Rio, adonde debería llegar escoltado al inicio de la tarde.
Era el derrumbe de uno de los corredores de fondo de los sinuosos pasillos de Brasilia, quien tras sus dos años y siete meses de presidencia se convierte en el segundo exmandatario de Brasil en ser detenido en menos de un año, tras la encarcelación el pasado abril del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), condenado a 12 años y un mes de cárcel.