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EEUU y Arabia Saudí, aliados frágiles en un Medio Oriente agitado

Los vínculos entre Estados Unidos y la monarquía ultraconservadora de Arabia Saudí se remontan a lejos debido a intereses en común en la región, aunque varios acontecimientos en los últimos años debilitaron su relación.
Estados Unidos y Arabia Saudí iniciaron relaciones diplomáticas en 1940, en plena Segunda Guerra Mundial. Éstas quedaron selladas cinco años más tarde durante un encuentro entre el entonces rey saudí, Abdelaziz Ibn Saud, y Franklin Delano Roosevelt a bordo del buque USS Quincy en el canal de Suez.

El hallazgo de importantes reservas de petróleo en el reino en los años 1930 lo convirtió en un aliado clave de Estados Unidos, ávido de materias primas, pese a un desacuerdo precoz sobre la creación del Estado de Israel.

Desde entonces, Riad trabajó con Washington a fin de proteger los intereses estadounidenses, pero la voluntad de Barack Obama de sellar un acuerdo sobre la energía nuclear con Irán, enemigo jurado de Arabia Saudí, y su voluntad de llevar a Estados Unidos a ser independiente en términos energéticos, complicó las relaciones.

"Lo más importante en esta relación es que cada uno de los dos países necesita al otro", resume Marina Ottaway, especialista en el Centro Woodrow Wilson. "Arabia Saudí sigue siendo importante en términos de seguridad energética y los saudíes siempre sintieron la necesidad de estar protegidos".

La autoridad moral de Riad, guardián de los dos sitios más sagrados del Islam, también le otorgó una cierta estabilidad en un Medio Oriente sumamente agitado.

Durante la invasión de Kuwait en 1991 por el iraquí Sadam Husein, Washington pudo contar con su aliado para lanzar el operativo "Tormenta del desierto" desde las bases estadounidenses ubicadas en puntos estratégicos de Arabia Saudí.

Fue "un momento de cooperación sin parangón entre dos grandes naciones", recordó quien era entonces presidente estadounidense, George H.W. Bush, al rendir homenaje a su "querido amigo" el rey Abdalá, fallecido el jueves.

Pero según Ottaway, Riad nunca terminó de perdonar el derrocamiento de Sadam Husein en 2003, "considerado como un craso error porque había abierto la vía para que Irán ejerciera su influencia".

Los vínculos también se deterioraron después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, porque 15 de los 19 piratas aéreos era saudíes.

"Los saudíes no podía creer que 15 de sus hijos habían tomado estos aviones y hecho lo que hicieron", recuerda Robert Jordan, exembajador estadounidense en Arabia Saudí. "Estaban en la negación absoluta".

Una serie de atentados sangrientos en 2003 marcó un cambio de rumbo y llevó a Riad a convertirse en un sólido aliado en la lucha contra Al Qaida.

Así fue cómo los aviones caza saudíes estuvieron entre los primeros en apoyar a Estados Unidos en septiembre pasado para bombardear a los militantes sunitas del grupo Estado Islámico en Siria.

Riad lamentó sin embargo que Estados Unidos no se comprometiera más para derrocar al dirigente sirio Bashar al Asad, enemigo de larga data de Arabia Saudí.

Y aunque Barack Obama rindió homenaje al rey Abdalá como un hombre "sincero" y "valiente", la relación entre los dos países ya no es lo que era, constata Salman Shaikh, director del Centro Brooking Doha, en Washington.

Entre los motivos de enojo, Shaikh destaca los estrechos vínculos de Estados Unidos con Israel y la incapacidad de Obama de cumplir con su promesa de restablecer los vínculos entre su país y el mundo musulmán.

"Por muchas razones, los dirigentes de los países del Golfo están contando los días para que termine el gobierno de Obama y empiece el siguiente", añadió.

Karen Elliot House, experta en Arabia Saudí y autora, concuerda: "No veo nada que pueda mejorar la relación porque el presidente (Obama) no va a hacer lo que ellos quieren".

La voluntad de Obama de avanzar en el tema nuclear con Irán, considerado por Riad como el "mayor peligro exterior", y el caos estos últimos días en el vecino Yemen, aumentaron los temores.

"Los países del Golfo tienen cada vez más la impresión de que Irán los intenta rodear", añade Salman Shaikh. "Y esto se produce en momentos en que Estados Unidos intenta ver si Irán podría acercarse mediante un acuerdo sobre el aspecto nuclear".

AFP

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