La Policía chilena detuvo a 43 personas “por su eventual responsabilidad en incendios forestales” que desde hace casi dos semanas afectan siete regiones del centro y sur de Chile, y que ya han arrasado más de 400.000 hectáreas, informó Bachelet durante un balance de la tragedia.
La mayoría de los sospechosos fueron detenidos en las regiones de O’Higgins (sur), Maule (norte) y Biobío (sur), las más golpeadas por el paso del fuego, donde la Fiscalía local ya presentó acusaciones en su contra por provocación de incendios. Las penas por este delito alcanzan a los 20 años de cárcel.
“Estamos seguros de que sí ha habido intencionalidad en algunos de los focos, vamos a seguir las responsabilidades hasta el final”, afirmó Bachelet.
Aún se mantienen activos 130 incendios, de los cuales 66 están en combate, 50 fueron controlados y 14 extinguidos, y han dejado en total 11 muertos, cerca de 3.000 damnificados, decenas de pueblos arrasados y más de un millar de viviendas destruidas.
El gobierno distribuye ayuda económica y material para los afectados, la mayoría de ellos agricultores y criadores de ganado, que perdieron sus hogares, sus animales, y han visto sus tierras totalmente calcinadas por las llamas.
Asimismo se han movilizado empresas privadas y personas de otras regiones de Chile para acudir en ayuda de los damnificados.
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