El Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, recibía el sobrenombre de Flamengo. AFP.
Lula (2003-2010) sería votado por el 30% del electorado (contra 25-26% de diciembre), el doble de lo que obtendrían Marina Silva, una exministra de su gobierno, que se mantuvo en 15%, y Jair Bolsonaro, un "outsider" de extrema derecha que sumaría entre 14 y 15% de los votos (desde 8 y 9%), suficientes para quedar segundo en uno de los escenarios analizados por el estudio de Datafolha.
Silva es la única política en condiciones de vencer Lula en segunda vuelta: 41 a 38%, diferencia considerada por Datafolha como de "empate técnico".
En todas las demás mediciones, el exmandatario de izquierda se impondría ampliamente.
"Lula se mantiene en el liderazgo pese a las menciones recientes en Lava Jato", señaló la encuestadora, en referencia al caso Petrobras, que investiga una red de sobornos y desvíos de dinero público a la política.
El exlíder sindical y fundador del Partido de los Trabajadores (PT) enfrenta cinco procesos por corrupción, tráfico de influencia y obstrucción a la Justicia. Si es condenado en alguno de ellos, y el fallo es ratificado en segunda instancia, no podrá postularse.
Nuevas figuras
El escenario político brasileño entró en turbulencia desde que el año pasado fue destituida Dilma Rousseff (2011-2016), sucesora de Lula, por adulterar las cuentas públicas. Y la crisis ha sido alimentada sin pausa por los escándalos de Petrobras y de la constructora Odebrecht, que confesó haber comprado decenas de funcionarios públicos.
El descrédito abrió las puertas a figuras como el radical Bolsonaro, que defiende públicamente a la última dictadura (1964-1985), el actual alcalde de la ciudad de Sao Paulo, Joao Doria, u otras sin filiación partidaria, pero con prestigio social, como el juez Sergio Moro.
Datafolha midió una hipotética candidatura del magistrado de primera instancia devenido en ícono anticorrupción por su actuación en el caso Petrobras, y las respuestas revelaron que derrotaría ajustadamente a Lula en una segunda vuelta.
Moro negó tener intenciones de saltar a la política. En cambio, interrogará al exmandatario en su juzgado de Curitiba (sur) el próximo 10 de mayo, una cita que ha despertado un enorme interés en Brasil.
Una eventual candidatura de Doria, por su parte, sumaría 9% de los votos.
Temer
El trabajo de Datafolha registró un alto rechazo a la gestión del presidente conservador Michel Temer (PMDB), que llegó al poder tras el impeachment y luego de desempeñarse como vice de Rousseff durante cinco años.
Acusado por su exaliada de liderar un golpe parlamentario para derrumbarla, la gestión de Temer tiene el apoyo de apenas el 9% de los brasileños, que la encuentran "óptima" o "buena".
El 61% la definió como "mala" o "pésima" y el 26% como "regular". Datafolha no especificó el porcentaje restante.
El elevado nivel de reprobación "ya es comparable al de su antecesora en las vísperas de la apertura del proceso de impeachment", indicó el trabajo.
Temer debe entregar la banda presidencial el 1 de enero de 2019 y ya anticipó que no se postulará en octubre de 2018. Su eventual candidatura genera un rechazo del 64% del electorado, casi 20 puntos por encima de Lula, que está segundo en esa medición.
El líder septuagenario impulsa un plan de austeridad para intentar sacar al país de la recesión, que incluye reformas para endurecer las condiciones para jubilarse y una flexibilización de los contratos de trabajo que motivaron que el viernes pasado Brasil tuviera su primera huelga general en 21 años.
La protesta terminó con violentos choques entre manifestantes y la policía.
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