Docenas de ballenas están muertas después de haber quedado varadas en una playa remota en Nueva Zelandia, informaron autoridades el lunes.
Las 39 ballenas piloto quedaron varadas en la noche en el Farewell Spit, una garra estrecha de tierra que sale al mar del rincón norte de la Isla Sur de Nueva Zelandia.
Doce de las ballenas ya habían muerto cuando fueron encontradas el lunes por la mañana.
Las autoridades de Conservación decidieron practicarle eutanasia a las otras 27 porque las posibilidades de devolverlas de manera segura al mar eran muy pocas.
“Los animales llegaron con una gran marea”, dijo John Mason, el director de los servicios de conservación para el área donde las ballenas fueron encontradas. “Las grandes mareas están ahora reduciéndose, llegando más lejos de la costa, así que será difícil llevarlas lo suficientemente profundo en el mar para ponerlas a flote”.
“En lugar de prolongar el sufrimiento de las 27 ballenas que seguían vivas, decidimos practicarles eutanasia”, dijo en un comunicado.
Rodeada de océanos ricos en vida marina, Nueva Zelandia tiene uno de los promedios más altos de encallamientos para los mamíferos acuáticos en el mundo.
Unos 300 delfines y ballenas quedan varados en las costas del país cada año, de acuerdo a Project Jonah, un grupo sin fines de lucro que busca rescatar y proteger a los mamíferos marinos.
La Bahía Dorada, el área en la que el grupo de ballenas encalló, es conocido por ser un lugar de varamiento debido a que su costa sobresale, con playas de suaves pendientes y sistemas de corrientes.
Pero el número de ballenas que murieron en Farewell Spit esta semana palidece en comparación con algunos de los peores encallamientos de Nueva Zelandia.
En 1998, más de 300 ballenas murieron después de quedar varadas en la Bahía Doughboy en la Isla Stewart, que está al sur de la costa de la Isla del Sur.
El peor encallamiento de Nueva Zelandia ocurrió en 1918, cuando cerca de 1,000 ballenas quedaron asiladas en Long Beach en las Islas Chatham, que están situadas a cientos de kilómetros de la costa este del país.
Las 39 ballenas piloto quedaron varadas en la noche en el Farewell Spit, una garra estrecha de tierra que sale al mar del rincón norte de la Isla Sur de Nueva Zelandia.
Doce de las ballenas ya habían muerto cuando fueron encontradas el lunes por la mañana.
Las autoridades de Conservación decidieron practicarle eutanasia a las otras 27 porque las posibilidades de devolverlas de manera segura al mar eran muy pocas.
“Los animales llegaron con una gran marea”, dijo John Mason, el director de los servicios de conservación para el área donde las ballenas fueron encontradas. “Las grandes mareas están ahora reduciéndose, llegando más lejos de la costa, así que será difícil llevarlas lo suficientemente profundo en el mar para ponerlas a flote”.
“En lugar de prolongar el sufrimiento de las 27 ballenas que seguían vivas, decidimos practicarles eutanasia”, dijo en un comunicado.
Rodeada de océanos ricos en vida marina, Nueva Zelandia tiene uno de los promedios más altos de encallamientos para los mamíferos acuáticos en el mundo.
Unos 300 delfines y ballenas quedan varados en las costas del país cada año, de acuerdo a Project Jonah, un grupo sin fines de lucro que busca rescatar y proteger a los mamíferos marinos.
La Bahía Dorada, el área en la que el grupo de ballenas encalló, es conocido por ser un lugar de varamiento debido a que su costa sobresale, con playas de suaves pendientes y sistemas de corrientes.
Pero el número de ballenas que murieron en Farewell Spit esta semana palidece en comparación con algunos de los peores encallamientos de Nueva Zelandia.
En 1998, más de 300 ballenas murieron después de quedar varadas en la Bahía Doughboy en la Isla Stewart, que está al sur de la costa de la Isla del Sur.
El peor encallamiento de Nueva Zelandia ocurrió en 1918, cuando cerca de 1,000 ballenas quedaron asiladas en Long Beach en las Islas Chatham, que están situadas a cientos de kilómetros de la costa este del país.
Fuente: CNN