- L as autoridades esperan que se eleve el número de víctimas mortales
- Ocho personas continúan desaparecidas y diez han resultado heridas.
Al menos 38 personas han muerto en la mitad norte de Filipinas y otras ocho permanecen desaparecidas tras el paso del tifón Rammasun, que azotó la zona el pasado miércoles con vientos de hasta 170 kilómetros por hora, según han informado este jueves las autoridades del país.
Según el último informe del Consejo de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres de Filipinas, diez personas más resultaron heridas, mientras que se espera que el número de fallecidos aumente en los próximos días.
La mayoría de las muertes, apunta la agencia, se produjeron por la caída de árboles o el impacto de objetos derribados por los fuertes vientos, que además dañaron seriamente las instalaciones de la compañía eléctrica Meralco, lo cual ayer dejó sin luz al 90 por ciento de sus clientes.
Según el ministro de Energía, Jericho Petilla, se tardará al menos dos semanas en arreglar todas las instalaciones y el tendido eléctrico, por lo que algunas zonas afectadas pasarán sin electricidad varias semanas.
El Consejo de Desastres apuntó asimismo que un total de 115 colegios de 12 regiones distintas se vieron afectados por el tifón, aunque en 54 de ellos este jueves se han comenzado a impartir clases, para que el impacto sobre los estudiantes sea el menor posible.
Además, un total de 11 carreteras y 1 puente quedaron cortados el miércoles por los efectos del tifón, y cerca de 230 vuelos nacionales e internacionales tuvieron que ser cancelados.
Cuatro provincias continúan en estado de calamidad
El tifón pasó por un total de 12 provincias de la mitad norte de Filipinas, de las que un total de 4 siguen bajo el estado de calamidad, lo que permite al Gobierno controlar los precios de necesidades básicas y conceder préstamos a cero interés, entre otras medidas.
Rammasun, bautizado con el nombre de Glenda por las autoridades de Filipinas, llegó al país cuando aún no se ha recuperado de los daños causados por Haiyán, que el pasado mes de noviembre dejó tras de sí 6.300 muertos y más de 1.000 desaparecidos, además de cerca de 28.700 heridos.
Aunque el Consejo de Desastres tiene aún que calcular el coste de los daños que ha dejado Rammasun, concretó que "ni se acerca" a la devastación que causó Haiyan.
El tifón, de unos 500 kilómetros de diámetro, tocó tierra el pasado martes sobre las 17.00 hora local (10 de la mañana hora española) y abandonó el archipiélago a mediodía del miércoles (5 de la mañana en la península).
La temporada de tifones en Filipinas, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre, atrae todos los años entre 15 y 20 tifones.
Fuente: rtve