Con la economía atravesando su peor recesión en más de un siglo y con apenas dos años de gobierno por delante, Temer dio una clara señal de fuerza el lunes, cuando la Cámara de Diputados apoyó la enmienda propuesta para enmendar la Constitución y encorsetar los desembolsos del Estado durante 20 años.
El proyecto, que solo permite aumentar el gasto público para compensar la inflación del año previo, fue respaldado por 366 diputados, 58 más de los necesarios para superar la primera de las dos votaciones previstas antes de pasar al Senado. “La aprobación fue muy importante hasta por su simbolismo. Muestra madurez. El país tiene un régimen fiscal insustentable y desestabilizador para la economía.
El sistema está implosionando por rigideces del presupuesto, como el ajuste automático del salario mínimo”, sobre el cual están indexadas las jubilaciones, “y por el envejecimiento de la población”, dijo a la AFP Zeina Latif, economista de XP Investimentos en San Pablo.
“Pero esta enmienda no es un instrumento de ajuste fiscal en sí misma, es apenas una prohibición de aumentar el gasto. Serán necesarias otras reformas estructurales para poder cumplir con ese límite, y es ahí donde entran las jubilaciones, que son la prioridad”, agregó. “Tenemos responsabilidad y estamos cortando en carne propia”, dijoTemer, que sucedió a la izquierdista Dilma Rousseff el 31 de agosto tras un traumático proceso de destitución.
Las opciones parecen limitadas para un país con una carga tributaria considerada elevada por el propio Gobierno, una deuda pública que pasó del 52% del PIB en el 2013 a más del 66% en el 2015 y con algunos estados que dan señales de haber agotado su capacidad de pago.
Con economía en recesión
Los números del gigante sudamericano distan mucho de aquellos que lo habían convertido en la séptima economía global: el PIB se contrajo un 3,8% en el 2015 y debería caer un 3,3% este año (según el FMI); el déficit fiscal previsto para el 2016 ronda los 170.000 millones de reales (unos 52.900 millones de dólares) y el desempleo supera el 11%, casi el doble que a inicios del 2014.
No obstante, Ignacio Crespo, analista de la consultora paulista Guide, comparte el optimismo que campea en el mercado desde que Temer asumió el cargo con la promesa de reducir la intervención estatal en la economía en base a recortes, desregulaciones y privatizaciones. Los críticos de la reforma sostienen que ésta dañará las ya maltrechas áreas de salud, educación y asistencia social y plantean dudas sobre su efecto en la inflación y en una eventual baja de la tasa de interés de referencia, actualmente en 14,25%.