Las dos Coreas dieron hoy un paso más en su acercamiento con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, durante una reunión en la que acordaron desfilar conjuntamente bajo una bandera unificada en la ceremonia de apertura del evento que arranca el 9 de febrero.
La decisión se consensuó en el marco de la histórica ronda de contactos iniciada la semana pasada y que supone un alivio tras el pico de tensión del año pasado a raíz de los constantes tests armamentísticos.
En la reunión, además, el Norte propuso la asistencia de unas 230 animadoras norcoreanas a los Juegos de Invierno que comenzarán el 9 de febrero en el condado surcoreano de PyeongChang, dentro de una delegación más amplia con atletas y artistas, y sugirió que la comitiva viaje al Sur a través de la demarcación terrestre, indicó la agencia EFE.
Esta iniciativa supondría un gesto de gran valor simbólico y, aunque conlleva complicaciones de seguridad al tratarse de una zona altamente militarizada entre dos países que se encuentran técnicamente en guerra, se considera la forma más viable para que la delegación norcoreana acuda a la cita olímpica.
Los países aún deben decidir otros detalles delicados, como quién pagará los viajes y el alojamiento de la delegación, o si Pyongyang aceptará o no la propuesta de Seúl de desfilar unidas en la clausura e inauguración del evento, como se ha hecho en otras citas olímpicas.
La decisión se consensuó en el marco de la histórica ronda de contactos iniciada la semana pasada y que supone un alivio tras el pico de tensión del año pasado a raíz de los constantes tests armamentísticos.
En la reunión, además, el Norte propuso la asistencia de unas 230 animadoras norcoreanas a los Juegos de Invierno que comenzarán el 9 de febrero en el condado surcoreano de PyeongChang, dentro de una delegación más amplia con atletas y artistas, y sugirió que la comitiva viaje al Sur a través de la demarcación terrestre, indicó la agencia EFE.
Esta iniciativa supondría un gesto de gran valor simbólico y, aunque conlleva complicaciones de seguridad al tratarse de una zona altamente militarizada entre dos países que se encuentran técnicamente en guerra, se considera la forma más viable para que la delegación norcoreana acuda a la cita olímpica.
Los países aún deben decidir otros detalles delicados, como quién pagará los viajes y el alojamiento de la delegación, o si Pyongyang aceptará o no la propuesta de Seúl de desfilar unidas en la clausura e inauguración del evento, como se ha hecho en otras citas olímpicas.