El Cairo.- Más de 1.000 personas se encuentran en prisión preventiva acusadas de participar en las protestas que se produjeron en Egipto el pasado fin de semana en contra del presidente del país, Abdelfatah al Sisi, mientras se han reanudado las investigaciones en las fiscalías, informaron a Efe abogados y ONG de derechos humanos.
Según el último recuento del Centro Egipcio de Derechos Económicos y Sociales, al menos 1.014 personas estarían acusadas en prisión preventiva desde las protestas y otras 1.052 están desaparecidas, presumiblemente detenidas.
De ese total, casi un centenar sería menor de edad, según el cómputo actualizado.
Un abogado de esta ONG, Malek Adly, declaró a Efe que «el número total de los que se encuentran en prisión preventiva supera las 1.000 personas», mientras que «hoy han comparecido alrededor de 150 personas», después de que la fiscalía «retomara las investigaciones».
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Por su parte, otro abogado que está prestando asistencia a los detenidos, Karim Abdelradi, indicó a Efe que los interrogatorios continúan y en los que hoy ha comparecido la periodista egipcia Ingy Abelwahab, que llevaba una semana en paradero desconocido.
En su opinión, la semana que viene saldrá mucha gente de prisión preventiva, «porque hay un gran número» de personas que fueron arrestadas «de forma aleatoria».
Según el centro egipcio, solo 9 personas han sido liberadas desde el pasado 20.
El jueves por la noche, la fiscalía cifró en casi un millar los acusados desde el inicio de las marchas, que se sucedieron en el centro de El Cairo y en otras ciudades del país, las primeras significativas contra el Gobierno desde 2016, aunque no reveló los cargos de los que se les acusa
Aunque abogados y ONG de derechos humanos informaron de que los cargos contra los acusados son: «participar en un grupo terrorista para lograr sus propósitos», «difundir noticias e informaciones falsas», «usar páginas web con el fin de cometer un crimen que amenaza la seguridad y la paz pública» y «manifestarse sin permiso».
Ayer hubo una convocatoria promovida por el empresario egipcio, Mohamed Ali, desde la ciudad española de Barcelona para que los egipcios volvieran a salir a las calles, aunque finalmente no se produjo.
El Gobierno egipcio reaccionó y blindó el centro de El Cairo, donde se encuentra la plaza Tahrir, icono de las revueltas de 2011 que derrocaron al dictador Hosni Mubarak, que llevaba 30 años en el poder.
Además, movilizó a los seguidores de Al Sisi, en el poder en Egipto tras un golpe de estado en 2013 y ser elegido en las urnas en 2014, que salieron en masa en el este de El Cairo para apoyar al gobernante.
EFE.