- El presidente de ese país, Yoweri Museveni, considera que ser gay es un crimen; defensores de los derechos humanos, la ONU y gobiernos de todo el mundo criticaron duramente esta medida.
Uganda. - El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, promulgó una ley que convierte a la homosexualidad en un crimen pasible de cadena perpetua, ignorando críticas y presiones internacionales, informaron fuentes oficiales.
"El presidente Museveni firmó finalmente la ley antigay", indicó una portavoz de la Presidencia en Entebbe.
La ley, aprobada por el Parlamento en diciembre y firmada hoy por el presidente del país, tipifica la homosexualidad como delito e impone penas de cadena perpetua por actos homosexuales "con agravantes" y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
También prevé penas de prisión de cinco a siete años por la "promoción" de la homosexualidad o la "tentativa de cometer" o "ser cómplice" de actos homosexuales, recordó Pillay en un comunicado divulgado hoy en Ginebra.
Los defensores de los derechos humanos y los gobiernos occidentales, en especial Estados Unidos, criticaron duramente esta ley.
No es sólo el caso de Uganda. En 76 países ser gay es un crimen; en 10, puede costar la vida de esa persona.
"UN PASO ATRÁS", DIJO OBAMA
El presidente norteamericano Barack Obama había calificado de "paso atrás" esta ley, cuya aprobación "complicaría" la relación entre Uganda y Estados Unidos, aliado de Kampala.
El premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu instó el domingo a Museveni a no promulgar esta ley, al considerar que legislar contra el amor entre adultos recuerda al nazismo y al apartheid.
"Uganda es un país soberano y sus decisiones deben ser respetadas", dijo a la AFP el lunes un portavoz del presidente, Tamale Mirundi.
Las disposiciones más controvertidas de la ley, que preveían la pena de muerte en caso de reincidencia, relaciones con menores o para las personas con SIDA, finalmente no se contemplaron en el texto.
El presidente ugandés, en el poder desde 1986, indicó en un primer momento que no promulgaría la ley, pero finalmente cambió de opinión tras consultar a un grupo de científicos que, según él, le explicaron que la homosexualidad "no era una conducta genética".
Las influyentes iglesias evangélicas fomentan la homofobia en Uganda, donde los ataques contra los homosexuales son frecuentes.
LA ONU DICE "NO"
La Alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, denunció la ley que castiga la homosexualidad en Uganda, ya que "institucionaliza la discriminación hacia homosexuales y podría alentar el acoso y la violencia contra personas en razón de su orientación sexual".
"La desaprobación de la homosexualidad por algunos nunca puede justificar la violación de los derechos humanos fundamentales de los demás", aseguró.
Según la máxima responsable de la ONU en derechos humanos, la ley está formulada de forma tan amplia que "sólo puede dar lugar a abusos de poder y a acusaciones contra cualquier persona, no sólo homosexuales".
Pillay subrayó que Uganda está obligada, tanto por su propia Constitución como por el derecho internacional, a respetar los derechos de todos los individuos y protegerlos de la discriminación y la violencia.
Según Pillay, la ley viola derechos fundamentales como el derecho a la no discriminación, a la privacidad, la libertad de asociación, de reunión pacífica, de opinión y de expresión y la igualdad ante la ley.
La alta comisionada también se refirió a la lucha contra el VIH, un mal que va en aumento en el país, ya que, según dijo, la ley tendrá un "impacto negativo en los esfuerzos para prevenir la transmisión y proporcionar tratamiento a las personas que viven con VIH, además de socavar el compromiso del Gobierno para un acceso no discriminatorio a los servicios de salud".
La ONG con sede en todo el mundo All Out, en apoyo de los activistas por los derechos humanos de Uganda, con 155.000 firmas, exigen a los líderes de Uganda, gobiernos del mundo, corporaciones e instituciones religiosas a que alcen su voz para denunciar la ley.
"La pena de muerte fue removida de la copia final de la ley, pero fue reemplazada con otros castigos gravísimos. La ley reconoce la atracción por el mismo sexo como algo contranatura y somete a gays y lesbianas a castigos durísimos que incluyen la prisión perpetua", expresa All Out en un comunicado.
"Cualquiera, incluidas las personas heterosexuales, que alojen o apoyen a gays y lesbianas podrían ahora enfrentar penas de 5 a 7 años de prisión bajo la nueva legislación. Asimismo, cualquier empresa nacional o internacional, u organizaciones de derechos humanos en Uganda que apoyen la causa de gays, lesbianas, bisexuales o trans (incluyendo a sus propios empleados) podrian enfrentar 7 años de prisión y la clausura de la institución".
"El presidente Museveni firmó finalmente la ley antigay", indicó una portavoz de la Presidencia en Entebbe.
La ley, aprobada por el Parlamento en diciembre y firmada hoy por el presidente del país, tipifica la homosexualidad como delito e impone penas de cadena perpetua por actos homosexuales "con agravantes" y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
También prevé penas de prisión de cinco a siete años por la "promoción" de la homosexualidad o la "tentativa de cometer" o "ser cómplice" de actos homosexuales, recordó Pillay en un comunicado divulgado hoy en Ginebra.
Los defensores de los derechos humanos y los gobiernos occidentales, en especial Estados Unidos, criticaron duramente esta ley.
No es sólo el caso de Uganda. En 76 países ser gay es un crimen; en 10, puede costar la vida de esa persona.
"UN PASO ATRÁS", DIJO OBAMA
El presidente norteamericano Barack Obama había calificado de "paso atrás" esta ley, cuya aprobación "complicaría" la relación entre Uganda y Estados Unidos, aliado de Kampala.
El premio Nobel de la Paz sudafricano Desmond Tutu instó el domingo a Museveni a no promulgar esta ley, al considerar que legislar contra el amor entre adultos recuerda al nazismo y al apartheid.
"Uganda es un país soberano y sus decisiones deben ser respetadas", dijo a la AFP el lunes un portavoz del presidente, Tamale Mirundi.
Las disposiciones más controvertidas de la ley, que preveían la pena de muerte en caso de reincidencia, relaciones con menores o para las personas con SIDA, finalmente no se contemplaron en el texto.
El presidente ugandés, en el poder desde 1986, indicó en un primer momento que no promulgaría la ley, pero finalmente cambió de opinión tras consultar a un grupo de científicos que, según él, le explicaron que la homosexualidad "no era una conducta genética".
Las influyentes iglesias evangélicas fomentan la homofobia en Uganda, donde los ataques contra los homosexuales son frecuentes.
LA ONU DICE "NO"
La Alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, denunció la ley que castiga la homosexualidad en Uganda, ya que "institucionaliza la discriminación hacia homosexuales y podría alentar el acoso y la violencia contra personas en razón de su orientación sexual".
"La desaprobación de la homosexualidad por algunos nunca puede justificar la violación de los derechos humanos fundamentales de los demás", aseguró.
Según la máxima responsable de la ONU en derechos humanos, la ley está formulada de forma tan amplia que "sólo puede dar lugar a abusos de poder y a acusaciones contra cualquier persona, no sólo homosexuales".
Pillay subrayó que Uganda está obligada, tanto por su propia Constitución como por el derecho internacional, a respetar los derechos de todos los individuos y protegerlos de la discriminación y la violencia.
Según Pillay, la ley viola derechos fundamentales como el derecho a la no discriminación, a la privacidad, la libertad de asociación, de reunión pacífica, de opinión y de expresión y la igualdad ante la ley.
La alta comisionada también se refirió a la lucha contra el VIH, un mal que va en aumento en el país, ya que, según dijo, la ley tendrá un "impacto negativo en los esfuerzos para prevenir la transmisión y proporcionar tratamiento a las personas que viven con VIH, además de socavar el compromiso del Gobierno para un acceso no discriminatorio a los servicios de salud".
La ONG con sede en todo el mundo All Out, en apoyo de los activistas por los derechos humanos de Uganda, con 155.000 firmas, exigen a los líderes de Uganda, gobiernos del mundo, corporaciones e instituciones religiosas a que alcen su voz para denunciar la ley.
"La pena de muerte fue removida de la copia final de la ley, pero fue reemplazada con otros castigos gravísimos. La ley reconoce la atracción por el mismo sexo como algo contranatura y somete a gays y lesbianas a castigos durísimos que incluyen la prisión perpetua", expresa All Out en un comunicado.
"Cualquiera, incluidas las personas heterosexuales, que alojen o apoyen a gays y lesbianas podrían ahora enfrentar penas de 5 a 7 años de prisión bajo la nueva legislación. Asimismo, cualquier empresa nacional o internacional, u organizaciones de derechos humanos en Uganda que apoyen la causa de gays, lesbianas, bisexuales o trans (incluyendo a sus propios empleados) podrian enfrentar 7 años de prisión y la clausura de la institución".
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